Capítulo I: Familia.

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5 de Enero de 1994

Clemence Georgina Scott había nacido como fruto de una relación entre su padre Adam y una sirvienta negra que hasta el momento se encontraba desaparecida. Los Scott-Belrose no podían permitirse tal escándalo, así como tampoco podían permitir que una descendiente directa estuviera a las afueras de los territorios donde concentraban su poder. Victoria (esposa de Adam), fue obligada a criar a la niña como si fuera suya, sin embargo, con el paso de los meses termino por aceptarla y amarla sobre todas las cosas.

Clemence nació con piel bronceada a diferencia de su familia, su cabello resultó café claro, más heredó de su abuela Georgina unos hermosos ojos aceituna que resaltaban y brillaban de entre cualquier otro miembro. Desde pequeña mostró rasgos de ser una niña superdotada, ambiciosa, con metas claras y altas, no tardó en ganarse el lugar correcto dentro de una casa de la que no poseía sangre pura. Más tarde, un error le cobraría el estatus que hasta el momento había conseguido. Nadie sabe lo que sucede detrás de las sombras, no tenia ninguna necesidad de tomar la mano de alguien para llegar al control total, pero si su deber era hacerlo entonces no le quedaba más que aceptarlo. Después de todo, ella vivía de esa valoración.

¿Qué tanto se está dispuesto a ofrecer con tal de poder?

A las afueras de un país donde residían las cuatro familias más importantes a nivel global; se encontraba una pequeña comunidad de residencias custodiadas por una fortaleza de altos árboles. Scott, Belrose, Ferrer y Nyevelt eran los apellidos de estás familias, siendo los primeros la línea de sangre sobresaliente entre está aristocracia.

La historia de los Scott comienza oficialmente a hace 913 años cuando Adam Alexandré Scott obtuvo títulos nobiliarios y junto a Eleonora Ferrer engendraron numerosos, embajadores y líderes civiles y eclesiásticos. Si bien, los orígenes se remotan a hace más de mil quinientos años, como descendientes de importantes gobernantes Romanos que más tarde inmigraron a Escocia, para varios años después regresar a Italia.

Adam es descendiente directo de Adam Alexandré Scott, perteneciente a generación número treinta. Su familia poseía la característica de nombrar así a sus primeros hijos, mismos que más tarde tomaban control sobre su propia familia, heredando títulos y propiedades. Junto a Mabel Ferrer tuvo a sus hijos: Franco, Magdalene y Lourdes. Dos años después al nacimiento de Lourdes, la pareja se divorcio, solo para que pocos meses después, Adam tomara por esposa a la mujer que llevaba dieciocho meses siendo su amante; Victoria Belrose, con quién tuvo cuatro hijos más.

Georgina es la penúltima hija de la pareja, tiene veinte años y dado a su excelencia en matemáticas actualmente se encuentra estudiando Banca y Finanzas,  Matemáticas Y Economía. Cuando se tiene todo el poder del mundo,  mezclado con la inteligencia, todo es posible. Desde hace cuatro años ella ha sido excluida de las decisiones importantes que se han tomado en su familia, el coraje la ha hecho salir adelante, pero aún falta algo más que completar para poder demostrar a su padre que ella merece volver a tener su atención.

—Señorita, Clemence— llamó a la puerta una sirvienta— su hermano Adam se encuentra en casa.

—¡Dile qué ya bajo!— exclamó la joven, cerrando de inmediato un libro de introducción a la teoría de grupos.

Clemence salió de su habitación, la mansión estaba completamente silenciosa, parecía que nadie más se encontraba en casa. Mientras bajaba las escaleras; el sonido de sus zapatillas hacia eco en el salón, el día era frío y debido a esto su hermano se había encargado de ordenar que encendieran la chimenea.

Adam y Georgina habían pasado varias semanas sin encontrarse. Al hombre le gustaba viajar y pasar tiempo fuera de los territorios de la corporación, su último viaje había sido junto a Aedam y Marnaldo, dos de sus amigos que compartían el gusto por conocer nuevos lugares, ellos lo hacían a bordo de un Cadillac rojo y cuando invitaron a Adam a una aventura, este no lo pensó dos veces antes de aceptar.

Los círculos de clemenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora