20 de Febrero de 1994
Con el pasar de los días Clemence seguía sin poder creer lo lejos que había llegado, personas habían muerto a causa de ella, incluso había comido a esas mismas personas, se había convertido en un ser despiadado y tenía mucho miedo de continuar así; pasar de ser aquella chica inteligente con algunas inseguridades, que se sentía culpable de ser tan aparentemente afortunada, a volverse un demonio con piel de humano, sin pizca de bondad, sin límites ni miedos.
Levantándose de la cama tan solo para desplazarse hasta la biblioteca para tomar sus clases, comiendo lo mínimo pues su estómago aún se revolvía y evitando a toca costa encontrarse con sus hermanos. No había marcha atrás, sin embargo, al menos podía intentar posponer la siguiente fiesta.
Markel estaba preocupado por ella, la entendía, todos pasaban por la misma crisis donde temían del castigo que Dios les tendría preparado. Al mismo tiempo, era un requisito vivir el duelo, esto les aseguraba que aún eran seres humanos y si bien no podía revelar le aún que ellos eran Dios, podía hacer algo por intentar despejar de aquel ambiente a la mujer que amaba.
Recordando las veces en que Geo había expresado su amor por Italia, decidió que Catania, una hermosa ciudad en la costa este de Sicilia, podría ser el lugar perfecto para brindarle un respiro y una nueva perspectiva acerca de sus actos.
Markel se esforzó en planificar cada detalle del viaje. Quería que fuera una experiencia inolvidable, una oportunidad para recargar su energía y por supuesto una nueva oportunidad para hablar acerca de sus sentimientos hacía ella. Sabía que no sería fácil convencerla de que se uniera al viaje, pero estaba decidido a hacer todo lo posible para lograrlo.
Clemence termino por aceptar, no sin antes condicionar el viaje con la compañía de su hermano Adam y de Lorian. Mark no tuvo más remedió que aceptar las condiciones que la mujer impuso, y días después emprendieron viaje en el avión privado de su familia.
Consultaron con Jaram Ferrer la posibilidad de hospedarse en su mansión, él gustoso aceptó, cualquiera estaría dispuesto a apoyar a los Scott por un poco de su agrado.
La mansión era una imponente estructura ubicada en un lugar privilegiado. Su arquitectura reflejaba la elegancia y el esplendor de épocas pasadas, combinando elementos renacentistas y barrocos que le otorgaban un encanto único.
Al llegar a la mansión, los Scott fueron recibidos por una majestuosa puerta de madera tallada, adornada con intrincados detalles florales. A ambos lados de la entrada principal, se encontraban estatuas de mármol blanco que parecían custodiar el lugar.
El interior de la mansión era igualmente impresionante. Un amplio vestíbulo con un suelo de mármol pulido daba la bienvenida a los visitantes, mientras una escalera de caracol ascendía elegantemente hacia los pisos superiores. Las paredes estaban decoradas con pinturas al óleo de artistas reconocidos, que añadían un toque de sofisticación al ambiente.
Las habitaciones eran espaciosas y luminosas, con altos techos decorados con molduras detalladas. Grandes ventanales permitían que la luz natural iluminara cada rincón de la mansión, ofreciendo vistas panorámicas del paisaje circundante. Los muebles, en su mayoría de época, aportaban un aire de distinción y buen gusto.
El corazón de la mansión era, sin duda, su hermoso jardín. Extendiéndose en varios niveles, estaba cuidadosamente diseñado y lleno de exuberante vegetación. Caminos empedrados conducían a través de jardines de rosas, estanques con nenúfares y zonas de descanso bajo frondosos árboles. En el centro, una fuente de mármol esculpida en forma de delfines bailando añadía un toque de serenidad al entorno.
Desde la terraza de la mansión, se podía apreciar una vista impresionante del mar Mediterráneo y el horizonte de Catania. El sonido de las olas rompiendo en la costa se combinaba con el canto de los pájaros y el perfume de las flores, creando una atmósfera de serenidad y tranquilidad.
ESTÁS LEYENDO
Los círculos de clemencia
Mystery / Thriller⚠️ CONTENIDO EXPLÍCITO ⚠️ ¿Qué tanto estás dispuesto a ofrecer para obtener poder?