Capitulo XXVI: Advertencia.

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8 de agosto de 1994

Aquella era una tranquila tarde,
mientras los rayos del sol se filtraban por las rendijas de la ventana y el aroma de incienso llenaba el aire en la pequeña y acogedora casa de Georgia. En medio de la habitación, rodeada de libros de magia negra y rituales, y objetos místicos, se encontraba Georgia, sumida en sus pensamientos. En ese momento, la puerta se abrió y entró un viejo amigo, Jorge, un brujo de gran renombre y experiencia que había iniciado a la mujer cuando ella solo tenía siete años.

Aquel confidente íntimo se acercó a Georgia, su mirada estaba impregnada de una mezcla de pesar y sabiduría. Sin rodeos, le habló con sinceridad acerca de los peligros que podría representar su propia hija. Le describió a Clemence como una hábil manipuladora, capaz de tejer complejas telarañas de engaño para alcanzar sus objetivos. Sin embargo, esto bien lo sabía Georgia.

-Georgia, mi querida amiga, ¿cómo estás?

- Jorge, mi gran amigo. Siempre es un placer recibir tu visita. ¿En qué puedo ayudarte hoy?

-He venido porque tengo algo importante que decirte.- reveló el hombre, tomando las manos de su amiga- He de revelarte que tengo un mal presentimiento hacía tu hija.

-¿Georgina? ¿Qué quieres decir? Ella es mi hija, ¿Cómo puedes dudar de ella?- dijo la mujer con molestia.

-Comprendo tu incredulidad, pero debes tener cuidado. He escuchado murmuraciones en los círculos mágicos, y no son favorables hacia Georgina.

-Pero, Jorge. Bien sabes quién soy yo, no tienes nada que temer que siempre me mantendré un pie adelante de mi hija. Ella recién inicia en este mundo, yo llevo años.- aseguró Georgia- Si Georgina planeara lastimarme ya lo hubiera descubierto. Confío en ella.

-A veces, incluso aquellos que amamos y en quienes confiamos pueden cambiar.- dijo el hombre con sabiduría- Es importante que estés preparada para cualquier eventualidad. La magia puede ser poderosa y desatar fuerzas oscuras en aquellos que la utilizan con malas intenciones.

-Lo sé. Aprecio tu amistad y tus palabras de sabiduría. Siempre me has guiado. Ahora, debes saber que mi hija no es capaz de traicionarme.

-Estoy aquí para apoyarte en lo que necesites, querida amiga. Confía en tus habilidades y en tu conexión con las fuerzas superiores. Que la sabiduría y la protección te acompañen en este viaje.

Con una despedida afectuosa, Magnus se marchó, dejando a Georgia sumida en una mezcla de sentimientos. La advertencia de su viejo amigo había sacudido su mundo, sin embargo, no podía creer que su hija fuera capaz de traicionarla, sabía que llevaban poco tiempo viviendo juntos, pero le era suficiente para saber que Clemence era incapaz de lastimar a su propia madre. Se levantó de su asiento y caminó hacia la ventana, mirando al horizonte con determinación.

Mientras tanto, en otro lugar de la ciudad, Georgina sostenía un teléfono público, hablando con su hermano Franco. Sus palabras resonaban en su mente mientras una sonrisa retorcida se formaba en sus labios.

-¿Mi siguiente fiesta es con temática de traición, dices? Interesante. Estoy lista para enfrentar cualquier desafío que se presente en mi camino. No hay límites para lo que soy capaz de hacer.

-He estado observando tus acciones muy de cerca, Georgina.- dijo Franco del otro lado de la línea- Es tu último círculo, el lugar al que llegamos los verdaderos tiranos del universo. Para conocer a los demonios es necesario convertirse en uno de ellos.

La expresión de Georgina se tensó mientras procesa las palabras de su hermano. Un sentimiento de conflicto se apoderó de ella.

-¿Traicionar? ¿A quién, Franco?

-A Georgia. Tu madre.

Clemence quedo en silencio, conmocionada por las palabras de Franco. Su mente se llenó de pensamientos encontrados y emociones turbulentas.

-¿Por qué? ¿Por qué debería traicionar a mí madre? Recién la conozco.

-Porque es la única forma de alcanzar el poder que tanto anhelas.- contesto Franco- Ella ha sido un obstáculo en tu camino desde el principio, acéptalo. Georgia sólo quiere controlarte ¿Vas a permitirlo? Si quieres convertirte en la líder de los Scott, debes actuar en tu propio interés.

-Pero... ella es mi madre. No puedo traicionarla de esa manera.

-Clemence, el poder requiere sacrificios. Si quieres ser la líder que tanto anhelas, debes aprender a tomar decisiones difíciles.

Con esas palabras, Georgina colgó el teléfono y se quedó allí, sumida en sus pensamientos, mientras las sombras de la noche se cernían a su alrededor. Su mente estaba llena de ambición y determinación, lista para desencadenar su próximo movimiento en el juego de poder y traición que había decidido jugar.

Sin embargo, por un lado el amor y el respeto que tenía por Georgia, pesaban sobre su conciencia. Sabía que traicionarla sería imperdonable, una ruptura de la confianza y el vínculo que habían construido. Sentía una profunda culpa y una punzada de angustia al pensar en el dolor que causaría a la persona que la había protegido por tanto tiempo.

Por otro lado, la sed de poder y el anhelo de reconocimiento la consumían. Desde hacía mucho tiempo, Georgina había soñado con convertirse en líder de los Scott y dejar su marca en la familia. La propuesta de su hermano despertaba en ella una ambición desmedida, una oportunidad tentadora de alcanzar sus objetivos más preciados. Sentía una atracción magnética hacia la promesa de estatus y éxito que su hermano le ofrecía.

En medio de este torbellino de emociones, Georgina se debatía entre el deber filial y la búsqueda de su propio destino. La indecisión y la tormenta interna se reflejaban en su mirada, que oscilaba entre la determinación y la incertidumbre. Aunque su corazón se resistía a la idea de traicionar a su madre, una parte de ella se sentía tentada por las posibilidades que se abrían ante ella.

Los círculos de clemenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora