Capítulo XIII: Guerra

13 5 11
                                    

1 de junio de 1994

Clemence y Joey habían forjado una inesperada alianza con el objetivo de derrotar a los Cottone y acabar con su reinado de poder. Ambos sabían que enfrentarse a una familia tan influyente requeriría una cuidadosa planificación y ejecución estratégica.

Juntos, trazaron un meticuloso plan que aprovechaba los recursos y la experiencia de los Madonia en el mundo de la mafia. Georgina confiaba en la determinación de Joey y en su conocimiento de los entresijos de la vida criminal, mientras que él veía en ella una aliada inteligente y astuta que podía guiarlos hacia la victoria.

La primera fase del plan consistía en debilitar las defensas y la red de apoyo de los Cottone. Georgina y Joey utilizaron su influencia y conexiones para socavar los lazos de los Cottone con otros líderes de la mafia y ganarse el apoyo de aquellos que veían una oportunidad de cambio en el poder.

La siguiente etapa implicó minar la reputación y la autoridad de los Cottone en los círculos empresariales y políticos. Georgina utilizó su conocimiento del mundo financiero para difundir información comprometedora sobre los Cottone y sus prácticas corruptas. La verdad salió a la luz, y los pilares del poder de los Cottone comenzaron a tambalearse. La familia que mantenía el papel de ser ortodoxa, entregada a los valores y principios familiares, estaban siendo culpados de corruptos, involucrados en crímenes inimaginables y prácticas heterodoxas totalmente alejadas de su aparente ideología.

Llegó el momento del enfrentamiento directo. Georgina y Joey planearon meticulosamente un golpe final que les permitiría desmantelar por completo la estructura de poder de los Cottone. A Clemence no le bastaba con la destrucción del Banco Mundial Cottone, quería ir más allá, dar muerte a quienes se habían burlado de ella.

Una tarde, los Madonia en compañía de Georgina, esperaban en el aeropuerto donde el avión privado de los Cottone aterrizaría. Se había acondicionado con el fin de que nadie se interpusiera en su objetivo, los trabajadores estaban comprados y la seguridad había sido derrocada.

Margaret, Gabriel y Marnaldo bajaron del avión y los Madonia se prepararon en apuntar. Gabriel y Marnaldo fueron asesinados por una ráfaga de balas a la distancia.

El golpe final fue aplastante para los Cottone. Su imperio se derrumbó ante los ojos de la sociedad, y su influencia fue aniquilada. La alianza con los Madonia había sido crucial para su éxito, y Clemence estaba agradecida por la ayuda y el apoyo que habían brindado. Sin embargo, ¿En dónde estaba aquella mujer? La bruja de los Cottone con quién Georgina compartía rivalidad.

La figura de Margaret apareció frente a todos, envuelta en un elegante vestido negro que contrastaba con su tez pálida, sus ojos penetrantes y su imponente porte que se mantenía firme incluso ante la muerte de su esposo y cuñado. Levanto la mano ordenandoles que no dispararán, Joey antes había advertido que no podían hacer mucho por la muerte de Margaret, puesto que incluso ellos temían de la mujer.

-Clemence- habló Margaret con voz serena pero cargada de un aire de derrota.

La joven se acercó a ella al mismo tiempo que la miró fijamente, sin mostrar señales de debilidad.

-¿Qué es lo que quieres? Ya has perdido todo.

Sin emabargo, la mujer sonrió con amargura.

-No estoy aquí para hacer honor a tu nombre y suplicar clemencia, ni para tratar de revertir lo que has hecho. Mis días de poder han llegado a su fin. Pero antes de marcharme, quiero que sepas una cosa. A pesar de todo, siempre admiré tu determinación y tu ambición. Eres una fuerza a tener en cuenta.

Las palabras de Margaret sorprendieron a Georgina, quien esperaba un enfrentamiento lleno de reproches y resentimientos. Sin embargo, había algo en el tono de Margaret que resonaba con sinceridad.

-Margaret, nuestras vidas han estado entrelazadas por la ambición, la desgracia y el poder. Pero ahora, tu capítulo ha llegado a su fin.

Margaret asintió lentamente.

-No moriré a manos tuyas ni de ninguno de esos hombres. Tampoco viviré para ver cómo mi reino ha caído.- dijo- Cómo último favor y consejo, acude a mi hija Gabriela, ella sabía cuál sería nuestro destino y si aún buscas una alianza, ella podrá dártela.

Con esas palabras, Margaret se dio la vuelta y se alejó.

Con los ojos cristalinos y el corazón lleno de angustia, Margaret tomó una decisión trágica. La carga emocional y el sentimiento de haber perdido todo se volvieron abrumadores, y la desesperación la llevó a contemplar una salida que parecía la única opción. Posteriormente saco un arma que guardaba debajo de su vestido, apunto a su propia cabeza e inmediatamente disparo.

En un acto de desesperación y dolor, Margaret se quitó la vida en aquella noche lúgubre. El silencio envolvía el lugar mientras su alma se desvanecía en la oscuridad, dejando atrás una vida llena de ambición y errores.

La noticia de la muerte de Margaret se extendió rápidamente, sacudiendo a aquellos que alguna vez la conocieron y temian. Así como los enemigos que había dejado a su paso, quedaron sorprendidos por el trágico final de la mujer que había sido una fuerza temible en su tiempo.

Para Georgina, ser testigo de la muerte de Margaret fue un recordatorio impactante de la fragilidad de la vida y las consecuencias devastadoras que pueden resultar de la búsqueda obsesiva de poder. Aunque habían sido enemigas y habían luchado ferozmente, la muerte de Margaret no trajo consigo un sentimiento de victoria. En su lugar, Georgina sintió una mezcla de tristeza y reflexión, comprendiendo que las acciones impulsivas y la ambición desmedida pueden llevar a consecuencias irreparables.

Los círculos de clemenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora