Capitulo 3

3 0 0
                                    

Tras unos minutos al fin llamé a la puerta del aula.

-Adelante.- Gritó alguien al otro lado.

Abrí la puerta viendo que todos dentro se había girando para mirarme en silencio.

-No debería de llegar tarde señorita...- Dijo la profesora con seriedad.

Se notaba que no estaba muy contenta con mi presencia, eso o no tenía un buen día al igual que yo.

-Zaharie, Aria Zaharie.- Los alumnos en la sala empezaron a hablar en bajo, acto que hizo que rodara mis ojos.

-Bueno señorita "Zagire" no hace falta que ruede sus ojos si no le gusta mi clase, hay tiene la misma puerta por la que acaba de entrar, sirve para salir también.- Las personas a mi alrededor comenzaron a reír, sentía hervir mis mejillas y no me quedé callada.

-Señora no se como se apellide, es mi primer día, acabo de llegar y no se como impartirá sus clases pero veo que no son muy buenas si ya me invita a salir.- La señora ante mi abrió la boca de tal manera que no me contuve una pequeña risa por mi parte.

El resto de alumnos allí comenzaron a reír inmediatamente.

-Si es usted una niña tan descarada vallase inmediatamente al despacho del subdirector.- No tuve ni que pensar en la respuesta.

-De allí vengo sabe "usted".- Y antes de que dijera nada salí del aula, escuchando a mi ida el alboroto de risas.

No me gusta hablar mal a la gente y menos si son mayores que yo o en este caso la profesora que seguramente me de clases hasta que termine la universidad.
Quizás me había pasado.

De nuevo estaba de vuelta al despacho del Sebastian; como en mi primer día y ni 5 minutos en la clase me iba a presenta de nuevo en su despacho.
Mi madre me diría:

"¿Esta es la imagen que quieres dar."

Ya me la estaba imaginando de brazos cruzados mientras yo estaba con la cabeza agachas sentada en el sofá.

Estaba por llamar a la puerta del despacho pero en ella había colgado un cartel de "no estoy".
En ese caso pensé en dar una vuelta por la universidad y de paso buscar algún lugar al aire libre para fumar.

Hace bastante tiempo que fumo y aunque a mi madre no le guste nada y delante de ella no lo hago, es un hábito que me cuesta dejar.

Decidí salir por una de las puertas traseras de la universidad, estas daban a los aparcamiento que en estos momentos se encontraba desiertos.
Me senté en unas escaleras a mis pies y no tardé en llevarme un cigarrillo a mis labios; metí la mano en mi pantalón pero no encontré el fastidioso mechero.

En ese momentos una mano con un mechero en ella apareció en mi campo de visión haciendo que chillara por el susto.

-Lo siento no quería asustarte Aria.- Al girarme Sebastian se encontraba de cuchillas a mi lado con un cigarro en su boca.

-Estaba distraída, quizás aquí no se pueda...- Dije apresuradamente.

-No se puede fuma, no.- Siguió él,  pero por el cigarro que sostenía no me alarme demasiado.

-Entonces...- Dije guardando mi cigarro pero al reírse Sebastian me di cuenta de que estaba bromeando.

-No te preocupes, puedes fumar, pero una cosa ¿que haces aquí fuera?- Dijo a la par que se sentaba a mi lado.

El olor a su perfume no tardó en llegar a mis fosas nasales, me removí en el escalón pero no había mucho espacio y acabamos los dos hombro con hombro.

LIAM  - "¿Aún querrás conocerme?"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora