Capitulo 16

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Mis gemidos se escuchan por toda la habitación, era imposible retenerlos y si lo lograba y Sebastian se percataba de ello, intensificaba sus movimientos.

Estaba a punto de venirme cuando de pronto paró.

-No, no, no pares te lo pido...- Escuché una risa por su parte.

-Vas a tener que hacer algo mas que pedírmelo simplemente...- De un tirón, giró mi cuerpo dejando a espaldas de él.

Sus manos agarraron mis caderas y glúteos con fuerza, sentía sus dedos clavarse en mi piel sin compasión alguna.

-Creo que aun puedo ser el primero en una cosa, ¿no crees?- Su mano derecha agarró una de mis piernas para hacer que me abriera aún más.

Sabia a lo que se estaba refiriendo y estaba mas que segura de que no quería.

-Sebastian no...- Una fuerte cachetada me fue dada en mi nalga derecha.

-Si abres la boca que sea para gemir.- Mi mente estaba en un debate.

Si y no, que hacer. Nunca antes había tenido sexo que fuera...

Que fuera...por ahí...

-Relájate y disfruta.- No pude pensar nada mas cuando sentí un liquido viscoso en mi trasero.

No dije nada, solo dejé que pasara.

Su miembro rozó mi cavidad con suavidad y se hizo paso con delicadezas.
Y aunque Sebastian estaba siendo cuidadoso, no quitaba que sintiera un tremendo dolor.

-Aaa...joder...- Apretaba fuerte mis manos a la vez que mordía las sábanas.

-Un poco mas...- Y así fue, un poco mas y estuvo completamente dentro de mi.

-Me duele Sebastian...- Este agarró fuerte mis caderas y comenzó a penetrarme con fuerza.

No solo gemía por dolor sino también por placer; era una sensación nueva que nunca antes habían sentido.

-Eres tan pequeña...y tan inocente...- Una estocada fuerte hizo que mi cuerpo se fuera hacia delante.

Su embestidas aumentaron y con ellas mi lucha entre dolor y placer, no quería que parara pero a la vez deseaba que el dolor acabara.
De un tiró de mi cabellos Sebastian levantó mi cabeza y con su mano libre golpeo mi nalga izquierda.

No hablábamos, solo disfrutábamos del momento de lujuria sin muros de por medio.
La calor en mi cuerpo aumento y eso solo quería decir una cosa.

-Yo...yo...- Antes de sentir nada mas Sebastian salió de mi y con ansias mordió mi espalda.

-¿Que estas haciendo conmigo Aria?- Preguntó jadeando.

Doble mi espalda y levanté mis caderas, ya que el cuerpo de Sebastian estaba sobre el mio y de esta forma lograba juntar nuestros sexos.
Moví mis caderas hacia los lados y giré mi cabeza sonriendo; no me esperé que por aquello agarra mi nuca con semejante fuerza, pegando mi cabeza al colchón y me volviera a penetrar como un animal.

Lo único que hice fue disfrutar de todo el placer y del control que tenia sobre mi.

-No estas siendo buena.- No estaba segura de a lo que se refería pero deduje que estaba cambiando sus planes.

-¿Y que harás al respecto?- Dije desafiante.

El tirón en mi muñecas me hizo saber que soltó el agarre del cabecero.

-De rodillas.- Su voz era gruesa y con tono molesto.

Me bajé de la cama con cuidado y me posiciones de rodillas como bien había dicho.
Sus dedos rozaron mis labios y luego agarró mi barbilla tirando de ella hacia delante.

LIAM  - "¿Aún querrás conocerme?"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora