Capitulo 22

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Sus dedos rozaban mis labios y sentía su mirada penetrante sobre mi.

-Por favor...- No sabia que decir.

Que le diría, ni si quiera era real, todo estaba en mi cabeza.

Otra risa por su parte me erizó los pelos y mi cuerpo se contrajo.

-De rodillas.-

-Tu no estas aquí, esto no es real...- Y como si mi cuerpo hubiera reaccionado solo, me aparte de él.

Caminé dando pasos cortos sin apartar mi mirada de donde estaba situado, este solo se giró siguiendo mis movimientos con la mirada.
Cuando estuve lo suficientemente cerca del pasillo miré hacia él pensado en lo que estaba por hacer.
El hombre ante mi, sacó de su bolsillo una navaja que abrió en alto para que pudiera verla.

-¿Quieres jugar? Pues corre.- Y haciendo el mayor esfuerzo que mi cuerpo me permitió, corrí por el oscuro pasillo tratando de no chocar con nada.

Corrí, corrí y corrí.

La casa de Liam era enorme y acabe perdiéndome entre las salas que conectabas unas con otras a través de puerta.
Parecía un sueño, un sueño donde por mas que intentaba salir de aquella casa no podía, cada sala, cada detalle... era distinto al anterior y solo hacía que me confundiera más.

Me detuve en una de las salas que contaba con una decoración antigua, cargada de objetos del siglo once; me mantenía de espaldas a la siguiente puerta y como si alguien hubiera tirado de mi, me dejé caer hacia delante escuchando unas cadenas a mis espaldas.
Aquel hombre había intentado entrar pero una especie de cerrojo se lo impidió, logrando pasar solo su brazo que, con navaja en alto, golpeaba la cadena que le impedía pasar.
Sin perder más tiempo corrí hacia la puerta contraria, vi claramente como el hombre desistió en el intento de pasar por aquella puerta y comenzó a correr por las habitaciones paralelas.

Estaba segura de que pronto se acabaría las puertas y quedaría atrapadas en alguna habitación, me detuve en seco analizando donde me encontraba.
Vi un gran armario en el que con cuidado de no hacer ruido, abrí sus puertas y me escondí en el.

Intentaba aguantar el llanto y tapé mi boca para evitar hacer ruido.
Casi no escuchaba nada pero un sonido metálico hizo que removiera donde estaba sentada.
Los pasos de aquel hombre llegaron hasta donde me encontraba.

-Se que estas cerca pequeña, pero hagamos un trato. Si te encuentro antes de las 04:00 de la mañana, jugaremos los dos a algo muy divertido pero sino te encuentro, serás libres por esta noche.- Dijo burlesco.

Lo único que me tranquilizo fue pensar que quedarían 15 minutos, como mucho 20 minutos, para que fueran las 04:00.
Si seguía escondida sin hacer ruido quizás no me encontraría.

Después de algunos minutos, donde apoye mi cabeza en el armario para pensar, dejé de escuchar pasos.
Quise pensar que permaneciendo allí estaría segura pero fue muy obvio para mi que aquel hombre solo estaba jugando y sabía donde me encontraba desde el principio.

Con coraje, abrí las puerta del armario y me deslicé entre ellas sin hacer ruido, solo tenía dos opciones:

O caminar de nuevo siguiendo mis pasos por mas habitaciones.

O seguir el camino que había emprendido el hombre encapuchado.

Elegí la segunda, una idea pésima si piensas escapar de él, pero no eran esas mis intenciones, sino seguir sus pasos de cerca sin que se percatara de mi presencia, así podría saber donde se encontraba en cada momento y esconderme si fuera necesario.

No pensé en Liam hasta que vi un cuadro de él colgando de la pared.
¿Se habría dado cuenta de lo que estaba pasando?
Era imposible que no se diera cuenta, y de ser así, ¿donde estaba en estos momentos?

LIAM  - "¿Aún querrás conocerme?"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora