-Puedes coger alguna de mis camisetas, ya sabes donde están.- Habíamos ido al cuarto de Liam.
Observé todo a mi alrededor, debía de haber alguna manera de irme de aquí.
Aparté algunos pantalones del armario donde Liam guardaba su ropa, cuando el frío tacto del metal de algún objeto tapando por la ropa me recorrió mi brazo derecho, mi cuerpo se estremeció.-Ven, deja eso.- Las manos de Liam agarraron mis antebrazos para alejarme de allí y sentarme al borde de la cama.
No aparte mi vista de donde se encontraba aquel objeto que, aunque no lo había visto, sabia que se trataba de una pistola.
-Es solo por protección.- Dijo al verme con la mirada perdida en el armario.
-¿Por que ibas a necesitar protección? Tu plan va estupendamente ¿no crees?- No medí mis palabras.
El solo hecho de pensar que aquel arma la podía haber usado para herir o matar a gente inocente, me produjo unas náuseas al instante.
-De rodillas.- Los músculos de su espalda se tensaron y sus manos se cerraron en puños.
-Ponte tú de rodillas asesino.- Mi cuerpo y mente se paralizaron debido a la ira e impotencia de no poder hacer nada, ni por mi, ni por nadie.
Un fuerte golpe me fue dado mandándome directa al suelo; toqué mi mejilla que ardía viendo además que mi nariz había comenzado a sangrar.
-¡¡¡DEBERÍAS DARME LAS GRACIAS PEQUEÑA DESAGRADECIDA!!! ¡¡¡CREES QUE IRINA SE ALEJO DE TI PORQUE LA ABURRISTE!!! ¡¡¡CREES QUE AQUELLOS CHICOS SE ACERCARON A TI POR SIMPATÍA!!! ¡¡¡O QUE SI QUIERA A LA ESTÚPIDA DE TU AMIGA CASEY LE LLAMASTE LA ATENCIÓN POR TU CARÁCTER!!!- Me arrastre hasta llegar a la puerta que por mi mala suerte se encontraba cerrada.
No fue hasta que sus manos agarraron mis tobillos y me obligó a dar media vuelta que lo miré.
-Tu vida desde que llegaste a este pueblo la cree yo, medí cada paso que dabas hasta hacerte llegar a mi...-
-Tú lanzaste la piedra Liam, el resto fue cosa mía.- Al escuchar la seguridad en mi voz una sonrisa se dibuja en su rostro.
Poco a poco su risa retumbó por la habitación, su pelo revuelto, las ojeras debajo de sus ojos y aquella sonrisa le daban la verdadera apariencia de un lunáticos corrompido por un deseo.
TAC...
-La puerta...- Hablé en un susurro más para mi que para alguien más.
-¿Qué?- No me había percatado de que ahora Liam me miraba atento.
-Bésame.- Si había entrado alguien, tenia una oportunidad, una solo.
Solo había una manera de que Liam no hiciera el amago de salir o si quiera prestar atención a su alrededor.
-Aria...- Estaba confuso y no era para menos; tenía que jugar bien mis cartas para hacerle creer que quería estar con él.
-Después de esto...- Me incorporé y andando a gatas llegué hasta sus piernas. -Después de esto no se que pasará, quiero tener un bonito recuerdo de la persona que me enamoró antes de irnos de aquí.-
Mis manos subieron hasta el borde se su pantalón donde roce su piel caliente, haciendo que se erizara nada mas posar mis dedos.
-No intentes jugar conmigo Aria, sabes como pueden acabar las cosas.- Acercándome un poco mas me senté sobre él y curvé mi espalda.
Unos quejidos roncos al sentir mi sexo sobro el suyo, se escaparon de sus labios.
No tenía mucha ropa que me cubriera, solo un conjunto interior que estaba dispuesta a quitarme.
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LIAM - "¿Aún querrás conocerme?"
Teen FictionMi vida, un completo caos. Una madre ausente por su trabajo y un padre familiar y cariñoso que desapareció. ¿Qué más puedo pedir para mi vida? La llegada de un tormento, un hombre. Un hombre encapuchado que está decidió a atormentarme hasta saciar s...