Capitulo 10

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- ¿Aria te importa acompañarme a por unos papeles?- Lo miré pensado en que responder.

-¿Tardaremos mucho?- Pregunté después de unos minutos.

Quería irme por toda la vergüenza que estaba sintiendo y no quería tardar mucho en prepararme.

-No tardaremos nada.- Dijo sonriendo.

Seguí sus pasos por la universidad, esta estaba vacía y casi todos sus pasillos estaban a oscuras.
Estábamos atravesando un pasillo que contaba con solo una luz cuando un ruido muy leve hizo que me girara, Sebastian no se percató de nada.
Agudicé mis vista buscando algo al final del pasillo, no fue hasta que una sombra alta se hizo presente en el mismo que giré mi cabeza buscando la mirada de Sebastian.

Pero no llegué a decir nada cuando mi espalda chocó con los casilleros; levanté mi cabeza viendo que Sebastian me miraba fijamente agarrando mis hombros.
Este acercó su rostro al mío el cual sin pudor alguno besaba y lamia la comisura de mis labios, subí mis manos hasta su abdomen donde agarré su camisa atrayéndolo a mi.

No pensé nada solo me dejé llevar y nuestros labios se unieron en un beso cargado de excitación.
Una de sus manos agarró mi nuca y la otra bajo hasta mis glúteos, que agarró con fuerza.

Mis manos pasaron a su espalda que tocaba, sintiendo lo tonificada que estaba.
Algunos gemidos leves se escapaban de mi boca por todo lo que estaba sintiendo y por la calor que se formaba en la parte baja de mi abdomen.

No fue hasta por falta de aire que separé nuestros labios; su frente estaba sobre la mía y podía sentir como su respiración estaba agitada.
Su mano, que antes agarraba mi nuca, bajó hasta mi entrepierna que abrí temblorosa, en el momento que sus dedos rozaron por encima de la tela mi sexo, un un fuerte golpe metálico nos asustó haciendo que nos separáramos de inmediato.

Ambos miramos al final del pasillo viendo que allí no había nadie.

-Será mejor que nos vayamos.- Dije agarrando mi bolso y caminando hacia la dirección opuesta a donde había sonado el golpe.

-Saldremos por la puerta de emergencia.- Sebastian agarró mi brazo y tiró un poco de el para que lo siguiera.

No tardamos en llegar a la salida y sin dejar de caminar salimos por la misma, esta daba a los aparcamientos que estaban bien iluminados.

-Vamos a tu coche primero Aria, no quiero que vayas sola.- Asentí pero antes de llegar a donde lo había aparcado, vimos que uno de los coches que se encontraba allí había sido destrozado.

-No me digas que ese es tu coche.- Dije mirando a Sebastian.

-Lo era.- Nos acercamos a el viendo que todos los cristales habían sido destrozados al igual que la carrocería.

-No se como es posible que...- Dije sin dejar de mirar el coche que además tenía sus llantas rajadas.

-Esta bien no pasa nada, pero tenemos que irnos de aquí.- Saqué las llaves de mi coche y fuimos directamente a el.

Al montarnos, vi en uno de los callejones que daba a la universidad a un hombre vestido de negro, con lo que parecía ser un tubo en sus manos.
Mis manos comenzaron a temblar ya que era el mismo hombre que había entrado en mi casa.

-Conduce.- Dije sin quitarle ojo al hombre ante mi.

-¿Aria estas bien?- Sebastian posó su manos en mi muslo y vi como claramente aquel hombre movía su cabeza haciendo gesto de negación.

-Conduce Sebastian.- Aunque era yo la que estaba en el asiento del conductor, me moví sobre Sebastian e intercambiamos asientos.

-Aria tranquila, no pasa nada, primero te llevo a casa y después llamaré a la policía.- No sabia que hacer, ni que decir, solo quería irme cuanto antes de allí.

LIAM  - "¿Aún querrás conocerme?"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora