Capitulo 13

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Al escucharlo, agarré la falda de mi vestido apretando mis manos en ella.

-Sebastian yo me dejé llevar, no quería...- Este bajó sus brazos y se acercó a la silla donde estaba sentada.

Se posicionó a escasos centímetros de mi, por mi altura tuve que elevar mi cabeza para poder ver su rostro.

-Yo quiero que te dejes llevar Aria.- Su mano derecha agarró mi rostro.

La piel se me erizo por su contacto; por ello no pude moverme.

¿Que haría si fuera capaz?
¿Irme de su despacho?

No quería hacerlo.

Su mano se deslizó hasta mi barbilla que frotó con su pulgas.

-Eres tan bella Aria, no sabes cuanto te deseo...- Tiró de mi hasta que mi nariz rozó la parte baja de su abdomen.

Cerré los ojos por la excitación que estaba sintiendo y elevé mis manos hasta sus caderas, donde las aferré a la tela de sus pantalones.

Tuve un momento de lucidez y abrí los ojos de golpe, separándome de él y pegando mi espalda al respaldo de la silla.
Busqué su mirada pensado que quizás él también se encontraba igual que yo, pero no había desaparecido aquella sonrisa en sus labios.

-¿A que le tienes miedo Aria?- Dijo a la vez que bajaba su cuerpo y colocaba sus manos en el respaldo de la silla.

-A...a nada.- Tuve que tragar fuerte para no ahogarme.

Al escucharme, amplió su sonrisa y acercó su rostro al mío.
Sus labios rozaron levemente los míos y no pude evitar soltar el aire en mis pulmones produciendo un leve gemido.

-Déjame probarte.- Susurró y vi como una de sus manos bajaba a mis piernas que abrí instintivamente.

Su mano se coló por debajo del vestido rozando mi sexo por encima de la fina tela de mi lencería.
Cerré los ojos intentando pensar con claridad pero deseaba sus besos y deseaba sentirlo.
Levanté mi cabeza buscando sus labios y estos se estamparon en los míos en un beso fogoso que ambos deseábamos.

Fue entonces que su mano se abrió camino apartando mi lencería a un lado, rozaba levemente mi punto mas delicado produciéndome una calor que se expandió por el resto de mi cuerpo.

-Abre los ojos y miraba Aria.- Hice caso a sus palabras y al encontrar su mirada dos de sus dedos se introdujeron en mi.

Agarré fuerte los reposabrazos de la silla a la vez que bajaba mis caderas.
Movía sus dedos en un ritmo suave pero contundente produciéndome un placer singular ya que pensaba que alguien podría entrar y ese pensamiento llegó a excitarme aún más.

-Sebastian...- Al decir su nombre un movimiento fuerte en mi entrepierna me hizo abrir mi boca, gesto que Sebastian no desaprovechó y agarrando mi rostro con fuerza uniendo nuestros labios de nuevo.

Sus movimientos era rápido haciendo que no pudiera pensar en nada más que en él.

-Vamos Aria...quiero escuchar como gimes para mi...- Su mano libre, agarró mi nuca pegando mi rostro a su hombro donde no me contuve en gemir en bajo.

Entonces se detuvo, no quería que lo hiciera y agarrando su antebrazo lo guié de nuevo.
Este rió en mi oido que lamió para después morder mi lóbulo levemente.

-¿Quieres que pare Aria?- Preguntó burlón.

-No.- Estaba segura en mis palabras.

-Entonces déjame verte.- Sebastian dejó de tocarme y agarrando mis manos, me guió hasta el borde de su escritorio donde me posicionó de espaldas a él.

LIAM  - "¿Aún querrás conocerme?"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora