~Capítulo 41: viejos amores, nuevos enemigos.

413 39 56
                                    

Atenas la capital, Grecia se trataba de un país bastante amplio sin embargo está pequeña capital era un descontrol absoluto, las clases sociales estaban altamente marcadas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Atenas la capital, Grecia se trataba de un país bastante amplio sin embargo está pequeña capital era un descontrol absoluto, las clases sociales estaban altamente marcadas. Habían familias extremadamente ricas y la otra mitad de la población extremadamente pobres ¿La clase media? Si no se era lacayo de hades o de alguna familia de renombre antigua que guardará su fortuna al pasar las décadas con sus herederos, era improbable una calidad de vida si no se trabaja para el gobernador que destinaba un 10% para el pueblo y lo demás lo robaba o invertía en obras que nadie sabía y solo a el lo beneficiaban.

No era de extrañar que esos sujetos fantasearan con el dinero que podrían conseguir por el rescate de ese niño que evidentemente era un joven amo.

El pequeño Afrodita estaba completamente atemorizado, con su altura esos hombres se veían inmensos, sus ojos enloquecidos por el hambre y dientes negros, nunca había visto personas así en su corta vida.

Pronto otro más se unió.

—Yo no les aconsejo que sigan tocando a ese niño, dejenlo ir si no quieren problemas—Apareció un nuevo sujeto con marcado acento italiano.

El pobre Dita ahora si estaba peor de preocupado, no conocía a este hombre y se veía considerablemente más alto y músculoso que los que estaban aprisionandolo.

—¡Piérdete estúpido, este niño es nuestra mina de oro! —Comtinuaron jaloneando al niño haciéndolo llorar.

—¡Que lo suelten mierda! ¿Quieren maldito dinero? Tomen —Les dio una  bolsa llena de monedas que el se ganó con el sudor de su frente. También vivió en la calle y sabe lo difícil que es, aunque no justificaba la atrocidad en la que pensaban ya que el por muy hambriento y necesitado que estuviera jamás recurrió a algo así.

—¡TÍO MANIIIII! —Llego Milo con el cometa abrazado a su cuerpo, Manigoldo sintió una vena en su frente. Por supuesto Afrodita no se pudo meter en problemas solo, tenía que ser con ayuda de Mini Kardia.

—Milo Antares...tu y yo después hablaremos—Milo puso cara de angustia los castigos de su tío eran ayudarlo en el establo y eso no era tarea fácil.

—Antares dijo...este niño también nos servirá ¡atrapenlo! —Fueron a por el otro niño al saber su apellido.

—Bueno olvídense de por las buenas, lo intente—Manigoldo tomo en brazos a su sobrino y de una patada detuvo a uno de los tipos que corría hacia ellos, lo mando a volar hasta la pared.

Aprovecho la distracción para tomar al otro pequeño en brazos y hecho a correr, no tendría un combate con los niños en brazos ni los dejaría solos mientras el se agarraba a puños.

Era tonto no imbécil.

Mientras corría empezó a hablar

—Sus padres se van a infantar, y tu Milo ya le pusiste el cabello verde a Degel.

Mi Verdadero Yo...[KardiaxDegel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora