Primer acto: Kardia Antares al llegar a su amada ciudad natal Atenas , descubre que esta no es lo que era antes , decide tomar justicia con sus propias manos para que su bello pueblo vuelva a lo que fue , al conocer al Hermoso doncel Degel Versau qu...
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Con sigilo se escondió entre los escombros, hace menos de cinco minutos había echo volar la entrada de aquella edificación dónde aquel vil villano tenía retenido a las personas ¡En su mayoría niños! Tenía que salvarlos a todos, había uno de esos prisioneros que era sumamente importante para el.
Su melena azul revoloteando, sostenía fuertemente el pomo de la espada, frente a el estaba ese ruin hombre, llego la hora de hacerle pagar tantas fechorías.
Lo que no se esperaba es que este sacará una pistola y le disparará cinco veces seguidas...¡Rayos como no lo predijo! Por supuesto que no tendría un combate justo con aquel tipo.
Aún con los disparos el cumpliría su misión, esos prisioneros solamente contaban con un héroe y ese era el, con su sangre escurriendo y cuerpo tembloroso empezó un duelo a muerte...¡definitivamente ganaría! . . . Degel miraba extrañado como su hijo daba vueltas por el suelo y hablaba solo mientras hacia gestos extraños...
¿Pensaban que se trataba de Kardia?
No, solo es Milo jugando.
-Vámonos escorpión huyamos de aquí, nuestra misión está completa-Se monto en su caballito de madera simulando que cabalgaba.
-Hijo...¿Por qué se llama escorpión si es un caballo?-Pregunto el mayor extrañado.
-Porque mi caballo es letal como un escorpión-Sonrió emocionado-¡Ahhh! Papi no me digas hijo, yo soy el héroe que salvo a los prisioneros, tu eres uno de ellos...¡Tranquilo papi prisionero, yo te volveré a salvar si estás en peligro!
-Ok mi valiente súper héroe, aunque es extraño que le digas a los prisioneros papi ¿no creés?-Degel se aguanto una carcajada al ver el rostro lleno de impacto de su hijo, ¡Su padre tenía razón!
-Papi ya dañaste el juego-Exclamo molesto haciendo pucheros-Degel empezó a darle besos en sus regordetas mejillas sacándole estruendosas carcajadas que pusieron de buen humor nuevamente al pequeño Antares.
-Bueno Milo ya hubo mucha acción por hoy ahora vamos a almorzar, iremos a visitar al tío Albafica-Dijo tomando su manita dirigiéndose al comedor, el menor bajo la cabeza luciendo pensativo, gesto que no era muy notorio pero para Degel no paso desapercibido-¿Que sucede pequeño?
-¿Tampoco comeremos con papá hoy?-Pregunto con sus ojos azules brillando de ilusión por una respuesta positiva.
Degel se sintió algo incómodo por ser el que rompiera la ilusión de su hijo pero nuevamente tendría que poner buena cara mientas le decía que su padre no estaría con ellos en la mesa.
-No pongas esa carita tan triste mi manzanita-Acaricio sus alborotados cabellos azules tan idénticos a los de su padre, definitivamente es su mini copia-Sabes que tú papá tiene mucho trabajo con...
-Con el gobernador, ya lo sé, ese señor me cae muy mal papi, por su culpa papá nunca está para cenar con nosotros-Inflo sus mejillas enojado-No me da buena espina, se parece al villano que secuestra los niños que rescató.