~Capítulo 25: Los planes del gobernador

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Golpeaba sin piedad alguna la pared de su habitación, su hijo no se casó con Degel Versau y eso sería la ruina del apellido Gemak, no podía permitir que su nombre se ensuciara y ser un don nadie como los pobres que tanto desprecia, lograría su obj...

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Golpeaba sin piedad alguna la pared de su habitación, su hijo no se casó con Degel Versau y eso sería la ruina del apellido Gemak, no podía permitir que su nombre se ensuciara y ser un don nadie como los pobres que tanto desprecia, lograría su objetivo a como diera lugar. Volvió a golpear la pared y dió un grito de auténtica irá, se sentó en su cama y escondió su cara entre sus manos, no podía ser un don nadie... ¡No lo aceptaba!

Dos pequeñas figuritas observaban la rabieta de su abuelo desde el umbral de la puerta, solo se veían sus ojos verdes y sus cabellos azules, Abel se sintió observado así que levanto el rostro, es entonces que nota a los pequeños bastardos.

¿¡Que hacen ahí parados engendros!? ¡Fuera!—Les grito en cólera, si no fuera por qué Aspros estaba en el primer piso los mataría ahí mismo.

Saga y Kanon se miraron y empezaron a reír, no sabían muchas palabras y no entendían lo que les decía el mayor, de lo que estaban seguros es que les divertía las caras tan graciosas que ponía su abuelo.

—Los odió—Les dijo Abel mirándolos con despreció y continuo ahogándose en su desesperación.

Ambos niños se acercaron y empezaron a jalar cada uno de su pantalón para que los ayudarán a subir a la cama, eran muy pequeños y la cama parecía el monte Everest. Abel no supo por qué les hizo caso y subió a cada uno a su lado pero lo que hicieron a continuación lo dejo anonadado.

Los niños lo rodeaban con sus pequeños brasitos en un abrazo, Saga por la izquierda y Kanon por la derecha, después empezaron a hacerle cosquillas para animarlo como su padre lo hacía cuando ellos se caían o cuando hacían alguno de sus berrinches.

—Mocosos...no necesito de su lastima pequeños bastardos—Apesar de decir aquello el mismo los abrazo encontrando agradable la situación.

Tanto que una sonrisa adorno los labios del pelinegro

Los niños al verlo más calmado empezaron a distraerse con los enormes cojines de la cama de su abuelo, se pararon en la cama extramatrimonial de sábanas de seda de su abuelo y comenzaron a saltar en ella con sus zapatitos llenos de lodo.

—Los odio...—El mayor veía como sus finas sábanas quedaban un caos de suciedad. 

Aspros veía preocupado las fechas de los viajes, tendría que esperar mínimo dos semanas para irse con sus hijos lejos de Atenas, no tenía paz desde que su hermano le reveló toda la verdad y Defteros no estaba en la mansión para ayudarlo a cuidar a sus hijos.

Una vez la boda quedó cancelada el moreno emprendió un viaje sin destinó, encontraría a su amado Asmita a como diera lugar.

Suspiro por tercera vez en esa mañana y después de masajear su cabeza que comenzaba a doler decidió darles de desayunar a sus hijos que había dejado a su lado jugando tranquilamente mientras el organizaba todo para su viajé.

Mi Verdadero Yo...[KardiaxDegel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora