~Capítulo 4 : Mi vida no es tan aburrida ...

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Obligaba a su caballo a ir cada vez más rápido , llevaba solo unos minutos corriendo pero el trayecto se le hacía eterno , eran demasiados hombres y Degel un refinado doncel ,basto los pocos minutos que hablaron y el par de horas que lo observó pa...

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Obligaba a su caballo a ir cada vez más rápido , llevaba solo unos minutos corriendo pero el trayecto se le hacía eterno , eran demasiados hombres y Degel un refinado doncel ,basto los pocos minutos que hablaron y el par de horas que lo observó para saber que  lo harían pedazos si alguien no lo rescataba , después de tortuosos minutos de incertidumbre por fin se divisaba la lujosa finca Versau.

Echo una mirada rápida a todo el lugar y no vio nada fuera de lo común , ni siquiera algo roto para seguir un rastro , su preocupación aumento ...y ¿Si ya se lo habían llevado ? No quería imaginarse a el hermoso galo en las situaciones que describían esos mastodontes , tomo nuevamente su caballo y empezó a buscar huellas que seguir , pero ver semejante escena por la ventana de la parte de atrás de la casa lo dejo anonadado.

El peliverde que el pensó era más frágil que una vajilla de cristal se encontraba apuntando con admirable elegancia y seguridad el cuello de el que ahora sabía se llamaba Doclates con el filo de una magnífica arma blanca , su corazón latía con fuerza y sentía mariposas en su estómago , en ese momento Kardia supo que Degel era el elegido , el galo tenía la situación bajo control hasta que sorpresivamente salió otro hombre y lo atacó por la espalda , lo golpeó fuertemente en la cabeza con el pomo de la espada dejandolo inconciente , su sangre ardió como si de un infierno se tratara , antes de entrar , tomo una manga de su camisa y la corto abriéndole dos agujeros para poder ver , se puso el antifaz improvisado , lo más prudente era mantener su identidad secreta.

—Perfecto ahora solo falta matar al viejo ministro —Dijo el hombre mientras tomaba a el inconsciente Degel en brazos.

—No tan rápido , suelten a ese joven si no quieren problemas.

Los seis hombres voltearon hacia la puerta y allí estaba un peli azul enmascarado empuñando una espada.

Todos parecían algo confundidos pero Doclates rompió el silencio —¿ y qué puedes hacer tú contra nosotros seis ? —río en su cara.

Kardia sonrió altanero y dijo— Les sorprendería —de manera inmediata la punta de la espada dió con tres de los hombres dejándolos en el suelo con una herida profunda pero no mortal , los otros dos restantes caminaron hacia atrás asustados , no vieron ni siquiera en que momento atacó , su velocidad con la filosa hoja era inhumana.

—¡Peleen conmigo cobardes ! Un verdadero hombre no le teme a al filo ni ataca por la espalda—su sangre aún le quemaba con la imagen del galo siendo injustamente vencido , la acanaladura dió en las piernas de esos dos dejandolos fuera de combate , Kardia dirijio su vista a el fornido hombre que tenía en brazos a su francés —¡Ahora tu infeliz ! Sueltalo.

Doclates Tiro a Degel como si de un saco de estiércol se tratara , mala idea , la ira de el heleno subió a su tope , antes de que el grandote siquiera pudiera dar el primer ataque sus piernas y torso habían sido heridos por el acero inoxidable de el arma.

Mi Verdadero Yo...[KardiaxDegel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora