~Capítulo 24: Final acto 1.

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El sonido de la puerta siendo abierta con brusquedad de par en par llamo la atención de todos los invitados que centraron su atención en la entrada, los ojos amatista de Degel se toparon con esos zafiros del hombre que tanto amaba, abrió la boca i...

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El sonido de la puerta siendo abierta con brusquedad de par en par llamo la atención de todos los invitados que centraron su atención en la entrada, los ojos amatista de Degel se toparon con esos zafiros del hombre que tanto amaba, abrió la boca incrédulo sin creer del todo que el estuviera ahí gritando a los cuatro vientos que se oponía a su matrimonio.

El enmascarado de su corazón...

La luz del sol era su compañera y lo hacía ver aún más imponente y magestuoso, el silencio reino en la catedral hasta que los pasos de esas botas corte alto de cuero negras resonaron por el mármol.

La mirada de todos estaba puesta en aquel hombre que vestía de color oscuro, su capa se mecía con la suave brisa de la tarde a la vez que el acero inoxidable de sus espadas y sus cadenas se mecían llenando el ambiente de aquel sonido metálico, poco a poco se iba acercando al altar donde lo miraba su príncipe, la única mirada que le importaba en ese lugar.

Tomo su mano y lo alejo de Defteros.

—El es mío.

Degel lo miraba sonrojado sin poner objeción o resistencia a algunos de sus movimientos, se hablaron con el alma atra vez de sus pupilas y después de unas sonrisas cómplices se propusieron salir de ahí.

—¡Atrapen a ese ladrón!—Dejo su asombro de lado el gobernador para dar su orden para que de una vez por todas capturaran a ese bandido.

Kardia observaba asombrado como de la nada los soldados invadían el lugar en busca de su cabeza.

Sonrió de lado.

—¿Me esperas un momento?—Le pregunto al galo que se mantenía a su lado.

—Te espere toda mi vida, puedo hacerlo un poco más.

Le sonrió dulcemente a su amado antes de cambiar su expresión a una de sadismo mientras tomaba de sus costados sus dos espadas, con los meses había ganado aún más agilidad y experiencia gracias a los incesantes enfrentamientos con los soldados de Hades.

Soldados tras soldados lo atacaban buscando lastimarlo, solo bastaba moverse con elegancia y superioridad para evitarlos, con sus espadas evitó el acero inoxidable de los hombres que lo atacaban y los lanzó a todos de un solo movimiento hacia las bancas, se giró hacia el sacerdote que miraba todo consternado.

—Lo siento...—Sonrio apenado, podría durar décadas luchando pero no era el momento ni el lugar.

Tenía una verdad que revelar.

Tomo a Degel y lo cargo como costal de papas para salir disparado de la iglesia, antes de emprender la huida lanzó su espada con certeza hasta el gran retrato que colgaba del techo de la catedral que cayó justo en la puerta evitando así lo siguieran de inmediato.

Los soldados hacían fuerza para alejar el adorno de la puerta para poder capturar a ese bandido, aunque era tan pesado que la tarea se les hacía imposible.

Mi Verdadero Yo...[KardiaxDegel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora