Mi Verdadero Yo...[KardiaxDegel]

~Capítulo 19 : Presentación parte 1.

Miraba con una sonrisa el resplandeciente cielo azul, se desparramó aún mas en la grama mientras una risa tonta broto de sus labios, ¿En que momento había perdido? Estaba totalmente enamorado, por su mente pasaban como si de imágenes se trataran el...Degel Versau, su sonrisa, sus ojos, su personalidad y cada parte de su cuerpo. Lo deseaba y soñaba con algún día hacerlo suyo. Al ser tempranas horas tenía una ereccíon mañanera que pedía a gritos ser atendida, miro hacia sus costados y no había nadie, se había encargado de despedir a algunos de sus empleados pues sabía que no podía confiar en todos a ciegas pues cualquiera podría ser un infiltrado de Hades y no sería prudente que notarán sus repentinas escapadas.

—Degel~—Lo llamo en un suspiro necesitado mientras se complacía el mismo.

—Eres un pervertido—Dejo de masturbarse y maldijo entre dientes...por que lo interrumpían mientras hacía sus 'cosas privadas'

—Malditasea Manigoldo...si ves que me estoy masturbando ¿¡Por que no das la vuelta y me dejas terminar!?—Dijo avergonzado, cualquier persona en su sano juicio sólo pasaría de largo pero no. Su amigo lo tenía que interrumpir.

—Lo que digas...solo vine a dejarte esto—Le extendió lo que parecía una clase de tarjeta dorada—Me voy para que sigas jugando con Kardiaconda—Se retiro riendo dejando al heleno sólo nuevamente.

El peliazul miro el curioso sobre y olvido su ereccíon—Una invitación...—Murmuro mientras lo abría y leía, a medida que sus ojos se paseaban sobre las letras noto que se trataba de una celebración para presentar a la sobrina del gobernador pero lo que llamo su atención fue algo en específico—¿Invitado de honor?—Suspiro y se puso de pié, al parecer tenía que prepararse para otra reunión absurda, alistó su máscara pues presentía que la necesitaría.

~🌿~

Por otra parte en la finca Versau Degel y Albafica disfrutaban de unas golosinas que compraron en el pueblo a escondidas, Sus barrigas estaban llenas de tanto dulce y en sus rostros permanecía una sonrisa de satisfacción después de tremendo deleite, Tocaron la puerta de la habitación del galo y después de esconder las envolturas dieron permiso para pasar.

—Joven Degel su prometido acaba de llegar—Le avisaba una de las mucamas para que cambiará sus ropas de dormir.

El delicioso sabor dulce que mantenía su boca duro muy poco pues a la mención de Defteros todo se volvió amargó, agradeció a la mucama y se comenzó a vestir con aire sombrío. Defteros lo escucharía, era impensable la barbaridad que le hizo a Asmita...

Una vez vestido bajo las escaleras para encontrárselo mirando el jardín, llamo su atención tocando su hombro.

—Buenos días Degel—Saludo cordialmente con la intención de besar su mano, su padre le había dicho que debía convivir más con su prometido y heló ahí.