~Capítulo 30: Así empezaron mis desgracias.

892 83 192
                                    

Kardia estaba ardiendo en fiebre a causa de su herida, se mejoraría pero los antibióticos eran fuertes y debía guardar reposo, no había despertado desde que la doctora Flourite se fue hace un par de horas, Degel mojaba un pañuelo y lo ponía en la ...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Kardia estaba ardiendo en fiebre a causa de su herida, se mejoraría pero los antibióticos eran fuertes y debía guardar reposo, no había despertado desde que la doctora Flourite se fue hace un par de horas, Degel mojaba un pañuelo y lo ponía en la frente de su esposo buscando mitigar su temperatura, mientras lo cuidaba aún resonaban en su mente las palabras de la doctora.

"Estás embarazado"

Desde que se enamoró perdidamente de aquel hombre al caer la máscara mostrándole cómo era realmente se imagino la vida entera a su lado, lo amaba y quería vivir con el todo lo que conllevaba ser una pareja, tener hijos con Kardia no le desagradaba en absoluto, le agradaba la idea de un pequeño revoltoso llenando sus vidas de alegría, en otra circunstancia estaría lleno de felicidad pero este no era su casó...no era culpa del bebé, era su miedo.

Desde ya sentía que amaba a ese pequeño ser que se formaba en su interior, su ser de regocijaba de tanto amor de manera tan inmediata al saber que salvaguardaba la vida de su hijo en su vientre, desde ya lo amaba tanto que temía...Hades aún estaba en el poder y hasta que ese hombre no dejará su tiranía no podrían estar tranquilos, Kardia el padre de su hijo y su esposo era el enmascarado, el hombre que más detestaba el gobernador y al que mataría al conocer su identidad, el sabía lo que acarreaba estar junto a Kardia y no le importaba triunfar o morir a su lado pero temía por su bebé...

En un par de horas sus vidas dieron un gran giro, no estaba seguro como tomaría su pareja la noticia del bebé pues el heleno estaba invirtiendo gran parte de su tiempo en sacar a Hades del poder, tener un bebé era mucha responsabilidad y el no quería ser una carga.

Suspiro con preocupación, ser padres no es algo fácil, es un contrato para toda la vida y el solo esperaba que no pasará nada malo, no quería exponer a su bebé a una vida peligrosa tampoco quería que Kardia lo dejara y sabía que esto en cualquier momento podría suceder, prueba de ello el que esté inconsciente con una herida de bala en su hombro.

Siguió cuidando del mayor, al poner aquella tela húmeda en su frente vio que hizo gestos de querer despertar, se sintió más calmado pues las horas que estuvo inconsciente lo lleno de preocupación.

—¿D-degel?—Pregunto somnoliento, se sentía desorientado y sobretodo adolorido, lo último que recordaba era haber bajado de su caballo y después no supo más nada del mundo.

—Mi amor...me alegra tanto que estés despierto, ver tus ojos abiertos y tenerte aquí a mi lado me llena de paz, tenía tanto miedo Kardia. Cuando te ví de ese modo sentí que se me escapaba el alma, no dejes que te lastimen por favor, pudiste haber muerto—Sentía que iba a llorar pero se contuvo—¿Te sientes mejor?—Pregunto Preocupado.

—Si, es solo un rasguño—Le sonrió para tratar tranquilizarlo, verlo tan susceptible y angustiado le hizo sentirse terrible, imagina lo preocupado que estaba—Perdóname por preocuparte, baje la guardia y como consecuencia me dispararon.

Mi Verdadero Yo...[KardiaxDegel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora