~Capítulo 37:Adiós mi alma.

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Defteros sintió un escalofrío en su espina dorsal, no se espero encontrarse con Asmita justo en este momento, no sabía como explicar el por qué se encontraba en su casa a altas horas de la noche y lo que es peor sin su consentimiento

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Defteros sintió un escalofrío en su espina dorsal, no se espero encontrarse con Asmita justo en este momento, no sabía como explicar el por qué se encontraba en su casa a altas horas de la noche y lo que es peor sin su consentimiento...

—Asmita yo...lo siento ¿Te desperté?—Pregunto tocando su nuca, sentía todo su cuerpo tenso, estaba frente al dueño de su corazón, su primer y único amor del que estuvo separado por más de un año.

—No tranquilo, escuché a Shaka llorar y me levanté a atenderlo, no esperaba verte p-pero te ví con el así que...—Tartamudeaba incómodo, no sabía cómo llevar una conversación normal con Defteros, además hace unos minutos perdió la compostura y le dijo cosas hirientes. Aunque estaba dolido su intención no era alterarse de ese modo.

—En verdad lamento haber entrado a tu casa sin permiso pero quería ver al niño yo...—Camino un paso hacia adelante pero no sé percató de la pequeña mesa que está frente a el así que se tropezo hasta caer al suelo dolorosamente vergonzoso.

—¡¿Defteros estás bien!?—Pregunto el rubio preocupado viendo cómo el mayor se levantaba lo más rápido que podía.

—Si, si, si enserio perdón, ah qué tonto soy—En momentos como estos agradecía que su piel fuera morena o de lo contrario delataría su vergüenza.

Asmita no se pudo contener y soltó una pequeña risita ahogada haciendo que Gemak se sintiera aún más avergonzado por su inexplicable torpeza, sin embargo dejo de pensar en ello cuando vio los párpados del blondo cerrados formando unas medía lunas adornadas de rubias pestañas, tenía cientos de días sin verle y seguía igual de radiante, Asmita seguía siendo su amado niño que le enseño la belleza de la simpleza y un amor verdadero e inocente, se perdió en su rostro blanco como jade, sus labios curvados y en todo el, de pronto un gran dolor invadió su pecho pensando en todo lo que tuvo que haber sufrido pensando que lo abandonó, quería decirle tantas cosas...

El rubio dejo de reír y noto que Defteros lo observaba sin parpadear con una mirada compleja, dejo de sonreír y hablo algo incómodo.

—¿Sucede algo, tengo algo en el rostro?—Pregunto extrañado.

El mayor guardo silencio un momento antes de responder suavemente—No...es solo que sigues tan hermoso como Siempre.

El rubio no espero que dijera eso tan repentinamente, sintió sus mejillas calentarse pero tampoco dijo algo al respecto, no podía entender sus propias emociones en estos momentos pero tanto tiempo de penurias no se olvidarían por un par de palabras bonitas, Asmita puso una expresión más sería y dijo con firmeza.

—Tu hermano ya se fué, dijo que buscaría Mañana temprano a los niños. Tu también deberías buscar donde pasar la noche yo...ya me voy a acostar—Empezo a caminar pará adentrarse a su habitación, pero Defteros lo tomo suavemente por el antebrazo.

—Asmita e-espera un poco yo...tengo muchas cosas que decirte, sobre el pasado quiero que sepas que en verdad...en verdad yo...—¿Que iba a decir? ¿Que se alejó por qué temía que su padre le hiciera daño? ¡Asmita sufrió mucho! Se sentía avergonzado y no quería escusarse, independientemente de lo mal que se portó su padre seguía siendo su sangre y no quería ponerlo mal ante el hombre que amaba, y aunque sabía que Abel Gemak era despiadado el fue el cobarde que dejó que destruyeran su vida, tal vez su padre no torturó al rubio pero el fue el asesino de sus alegrías y sentimientos.

Mi Verdadero Yo...[KardiaxDegel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora