~Capítulo 20: Presentación parte 2.

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Los duelos desde tiempos inmemoriales son aprovechados para demostrar ante todos su valentía y conocimientos con las armas de doble filo, los corazones de todos se estremecen con un buen espadachín, en la mayoría de los casos al momento de escojer...

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Los duelos desde tiempos inmemoriales son aprovechados para demostrar ante todos su valentía y conocimientos con las armas de doble filo, los corazones de todos se estremecen con un buen espadachín, en la mayoría de los casos al momento de escojer un compañero de vida es más llamativo que sepan defender a que sean atractivos, los duelos no podían faltar en una presentación y está no era la excepción...

Kardia sobaba su enrojecida mejilla atónito, habían maneras menos intransigentes para retar a cualquier contrincante, tomaría su espada y encararía a ese estúpido sujeto que se atrevido a tocar a su Degel, su espada traspasaria a ese hombre que decía ser el prometido del dueño de su corazón, lo haría suplicar por piedad y le bajaría ese ego haciéndolo llorar como bebé... ho si, eso haría.

Si no tuviera que aparentar...
Si no tuviera que esconder su verdadero yo.

—Disculpe, no me llama la atención ese tipo de actividades, desordenaria mi traje y traspiraria—Sonrió acomodando su lazo, muchos de los invitados rodaron los ojos ante la cobardía de Antares decepcionados, ellos querían ver sangré—Odio transpirar.

Defteros volvió a golpearlo con su guante de cuero, el sonido se escuchó por toda recepción. Kardia respiro profundamente para no ir a matarlo a golpes.

—Dije que te retaba, no me importa tu desagrado por el desorden y el sudor—Lo miró severamente ¿Ese hombre sin honor le gustaba a Degel?

—He dicho que no—Su mirada se endureció, odiaba quedar como un cobarde ante Degel pero si se dejaba ganar por sus impulsos todo lo que ha progresado y descubierto no tendría validez.

El moreno no podía comprenderlo...estaba realmente enfurecido, su amigo merecía un hombre que lo representara y protegiera. No un tonto como ese sujeto.

Sin dudarlo lo volvió a abofetear con más intensidad, Kardia sentía su mejilla caliente y sobretodo la irá  creciente.

—¡Dije que te retaba! Compórtate como un hombre y pelea maldita sea—Esta vez no lo iba golpear con el guante humillandolo sino que estaba dispuesto a estampar su puño en esa molesta cara, pero una suave y blanca palma se lo impidió.

—Basta Defteros—Exigio Degel mirándolo severamente—Fue suficiente.

El mayor dió unos pasos y el galo lo siguió, ya teniendo privacidad asegurándose que nadie les escuchaba hablo en tono bajo—Si ese tipo se cree digno de cortejarte y ser un rival para mí que demuestre que tan buen adversario puede ser—Fue dispuesto a cumplir su cometido pero el insistente agarre del menor se lo volvió a impedir.

—¡Que demonios pasa contigo! Estás hablando como si en verdad yo te importará, deja en paz a Kardia y ni te atrevas a tocarlo—No quería que le hicieran daño...era un estúpido pero aún así lo quería un poquito.

—Si me importas—Confeso, quería mucho a su amigo, no de la manera en que amaba a Asmita pero lo apreciaba y no quería que sufriera.

—Tambien decías eso de Asmita y terminaste haciéndolo sufrir...no quiero importarte y mucho menos tu falso amor—Se dió la vuelta y se encaminó al jardín para tomar un poco de aire, necesitaba estar solo.

Mi Verdadero Yo...[KardiaxDegel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora