Bestia hambrienta
Soltaban jadeos desesperados entre los besos que se daban, el castaño se encontraba contra la pared y el pelinegro tenía sus manos bajo la ropa del menor, tocando todo aquello que estaba a su alcance- Un momento...- pedía NamJoon entre el beso, buscando aire desesperadamente, al mismo tiempo que no quería despegarse de los labios del mayor- Espera...- tenía sus manos sobre el pecho del contrario, haciendo un pequeño forcejeo inútil, buscando separarse.- Ya esperé demasiado- JungKook llevó sus manos hacia el trasero del menor y luego lo alzó, haciendo que este enrollara las piernas al rededor de su cintura- ¿Piensas huir?- preguntó, permitiendo que NamJoon tomara aire, mientras él pegaba sus frentes y cerraba los ojos, estaba a punto de enloquecer.
- Ésto va muy rápido...- dijo con la respiración entrecortada, los nervios lo consumían y su mente estaba nublada, no podía pensar bien y su cuerpo reaccionaba de una forma extraña ante los toques del pelinegro.
- ¿Muy rápido?- JungKook lo miró con diversión- Es lo más lento que he ido en mi vida- y no mentía, nunca antes se lo había pensado más de una vez antes de ceder a acostarse con alguna mujer, nunca habían sido noches como la que ahora estaba viviendo; ahora se encontraba deseando con desesperación a un hombre que no cedía con facilidad, y eso lo estaba consumiendo por dentro.
- Solo un momento...- NamJoon volteó la mirada hacia la puerta del baño- Dame un momento- se zafó del agarre del pelinegro, se puso de pie y, tambaleando, se fue corriendo hasta el cuarto de baño, al entrar cerró la puerta con pestillo y se llevó las manos al rostro- ¿Qué diablos estoy haciendo?- su corazón latía desenfrenado y su respiración era acelerada, deseaba huir pero al mismo tiempo ansiaba quedarse.
NamJoon soltó una gran bocanada de aire y fue hacia el lavabo, abrió el grifo y vio correr el agua, aquello lo tranquilizó por alguna razón, puso sus manos en cuenco y las llenó de agua para luego lavarse el rostro, queriendo dejar de estar tan acalorado, cerró nuevamente el grifo y se miró en el espejo que había sobre este, su rostro mojado, sus mejillas teñidas de rojo, su cabello despeinado y su camisa mal arreglada, aquella imagen lo hizo avergonzarse consigo mismo, suspiró y apartó la mirada luego de un rato, tomó un paño y se secó, luego la dejó de nuevo en su lugar y volteó hasta quedar frente a la puerta nuevamente.
- Tengo dos opciones- se cruzó de brazos- Salgo y me rindo...- volteó hacia el otro lado de la habitación- O me lanzo por la ventana- aquello le parecía una muy buena opción, al parecer la mejor de las dos. Se quedó un rato en silencio, pensando en si debía salir o no- JungKook...- dijo por lo bajo, suspiró rendido, caminó hacia la puerta y la abrió con rapidez antes de que pudiera arrepentirse.
Al abrir la puerta observó como el pelinegro seguía en el mismo lugar en que él lo había dejado; de espaldas y con la mirada clavada en la pared. NamJoon salió del cuarto de baño con sutileza, intentando no hacer ruido alguno, cerró la puerta lentamente y luego caminó con lentitud hasta aproximarse al mayor, colocó una mano en su hombro y lo hizo girar, encontrándose con una expresión de seriedad.
JungKook levantó una ceja al ver al castaño, pensaba que se quedaría en el baño hasta cerciorarse que él había abonado la habitación- ¿Quieres irte?- preguntó sin más, deseando que la respuesta fuese negativa y poder lanzarse a los labios del menor una vez más.
NamJoon se quedó mirando fijamente al mayor, su vista fija en aquellos ojos negros que brillaban con intensidad, su silencio fue extenso y desesperante, pero su ansiedad y necesidad eran torturadoras- Quiero quedarme- respondió por fin, haciendo que JungKook reaccionara al instante, lo tomó de la cintura y lo dirigió hasta la cama, se sentó sobre el suave colchón e hizo que el castaño se subiera a su regazo, llevó una sus manos hasta el rostro del menor y luego invadió su boca, proclamándola como suya.
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Lust Flower |KookNam|
FanfictionSu llegada en aquel local había sido la clave para despertar el deseo y la curiosidad en un hombre serio, despectivo y egocéntrico. La flor de la lujuria era el mayor regalo que hasta ahora aquel hombre podía ofrecerle al mundo, pero la lista de fl...