Salgamos
Su oficina estaba mucho más silenciosa y sola ese día, fuera estaba lloviendo y él no hacía más que ver al otro lado de la ventana, deseando por alguna razón estar en su casa bajo las cobijas durmiendo; un plan mucho mejor que estar un viernes a las cuatro de la tarde en el trabajo.El sonido de la puerta siendo tocada y luego abierta estropeó el cómodo silencio que había en la habitación- Vicepresidente Kim, disculpe por interrumpir, pero el presidente Min viene a verlo- escuchó NamJoon hablar a su secretaria, no tuvo ni que mediar palabra cuando el pálido ya se encontraba dentro de la oficina, escuchando como la puerta se cerraba a sus espaldas.
- ¿Estás ocupado?- preguntó YoonGi con algo de gracia, observando como su amigo miraba perdidamente como caía la lluvia.
- Estaba ocupado siendo aburrido- sonrió ligeramente, dándose la vuelta para encontrarse con el mayor sentado en uno de los sillones- Ya que estás aquí entonces me ocupo de tí, ¿Qué necesitas?- le preguntó, caminando hacia el otro sillón frente a YoonGi, tomando asiento en el.
- Estoy preocupado por un pequeño asunto, ¿Crees que puedas ayudarme?- se cruzó de brazos y de piernas, colocándose en una posición más cómoda, observando fijamente a NamJoon, quien no dejaba de evitar mirarlo.
- Cuéntame, a ver si te puedo ayudar, ¿Qué te pasa?- le preguntó, distraído aún con las vistas que le ofrecía la ventana, la lluvia parecía caer cada vez con más calma.
- Mi preocupación eres tú- NamJoon parpadeó un par de veces, intentando volver completamente a la realidad, al hacerlo miró con detenimiento a YoonGi, su expresión tornándose confundida.
- ¿Yo soy tu preocupación? ¿Por qué?- preguntó confundido, sin entender la razón por la cual él podría ser una preocupación para YoonGi, no le encontraba sentido.
- Porque llevas más de una semana muy extraño, cuando vienes a trabajar no sales de tu oficina, casi ni logro escuchar tu voz durante todo el día- comenzó a enumerar YoonGi el comportamiento fuera de lo común que NamJoon había tomado- Vienes de tu casa al trabajo, y vas del trabajo a tu casa, vienes desde muy temprano y te vas muy tarde. Y cuando Jimin y yo te invitamos el fin de semana al Lust nos rechazaste, luego cuando te invitamos a almorzar y nos rechazas, y cuando quisimos hacer una reunión en mi casa también nos hiciste a un lado- suspiró frustrado, verdaderamente había evitado esta conversación, no quería hacer sentir mal al menor, pero el comportamiento de este no era normal y ya comenzaba a preocuparse, llegó al punto en el que no puede hacerse el de la vista gorda- ¿Qué te sucede? ¿Tienes algún problema y no quieres contarnos? ¿Hicimos algo que no te gustó? ¿Estás enfermo?- quería y buscaba alguna respuesta, aunque sea un mínimo de explicación, Pero quería que el menor hablara con él.
- No, para nada, ustedes no han hecho nada y yo no estoy enfermo- se apresuró a negar aquello.
- ¿Y entonces qué tienes?- le preguntó nuevamente, un poco más tranquilo al saber que el castaño no tenía problemas de salud y que ni él ni Jimin habían hecho nada malo. El menor se quedó en silencio, su vista desviándose al suelo.
A la mente de NamJoon llegaron los recuerdos de hace días, cuando el pelinegro había ido sin avisar a su casa, el momento en que practicamente lo echó de su casa, la mirada extraña que le lanzó el pelinegro después de haber escuchado las palabras del menor, el dolor en su pecho al solo recibir un silencio por parte de Jungkook, el cual se había acercado a él y plantado un beso en su mejilla, largo y torturador, silencioso y lastimero, para luego desaparecer del salón e irse.
Su ansiedad se había incrementado con cada día que a su casa había llegado un ramo de flores, recibió tulipanes, gardenias, azucenas, lilas, rosas y girasoles, cada una de ellas siendo acompañadas de una tarjeta con las iniciales del pelinegro y disculpas escritas a mano, todo aquello había descolocado a NamJoon, hizo que saliera de la normalidad de su vida y se enfrascara en una constante pelea con sus pensamientos, intentando apartar a JungKook de ellos, quien parecía no comprender que lo único que quería el castaño era poder olvidarlo y continuar con su vida totalmente normal y aburrida como lo era antes de poner un pie en aquel burdel, pero cada una de las flores y tarjetas habían calado dentro de su ser, al punto que aquellas flores aún no habían salido de su casa, y todas las tarjetas las había conservado y guardado, aferrándose a algo de lo que no debía; algo confuso y extrañamente doloroso.
- ¿NamJoon?- el llamado de YoonGi lo hizo volver a la realidad, sus pensamientos quedaron por un momento en segundo plano, y su corazón comenzó a latir dolorosamente.
- El tema es que ni yo mismo sé qué me pasa- confesó, suspirando frustrado mientras se revolvía los cabellos con estrés, era cierto lo que decía, ni él mismo sabía qué le pasaba, no sabía y no entendía el hecho por el cual no podía sacar de su mente aquel par de ojos negros fríos y casi carentes de emoción- Probablemente no me creas, si yo fuera tú tampoco lo haría, pero es la verdad, no sé qué es lo que tengo últimamente como para querer estar aislado la mayoría del tiempo- su mirada se desvío de nuevo a la ventana, la lluvia se había detenido- Lamento mucho si los he hecho sentir mal a ti y a Jimin, sabes que no es mi intención. No quiero que esto se preste a malentendidos- una pequeña lágrima amenazó con salir de sus ojos, pero pudo retenerla.
A eso se refería cuando no entendía qué era lo que le estaba pasando, la sensibilidad a la que estaba expuesto no era normal, tenía un remolino de pensamientos y un nudo formado en la garganta, se sentía frustrado, cansado y molesto.
YoonGi se levantó del sillón y se colocó detrás de NamJoon, dándole un abrazo por la espalda, le acarició el cabello y sonrió- ¿Quieres salir conmigo y con Jimin? Para que te despejes un rato, podría hacerte falta- el castaño sonrió lastimero, asintió con algo de desgana, quizá el pálido tenía razón, tal vez saliendo con él y con el rubio se sentiría mejor y podría liberarse un rato de tantos pensamientos intrusivos- ¿Qué quieres hacer? ¿Vamos a cenar y luego a divertirnos un rato? Escucho tus propuestas- si tenía que sacrificar su cita de esa noche por el bienestar de NamJoon, entonces lo haría.
- Puede estar bien lo que tú propones, no tengo quejas- mientras no fuera el Lust su destino todo estaría bien, se podría despejar y estar tranquilo por una noche, solo serían ellos tres, YoonGi, Jimin y él, como a él le gustaba. Quería su comodidad y tranquilidad de vuelta.
- Perfecto, vendré por ti a eso de las seis, llamaré a Jimin para avisarle- dijo el YoonGi, le dio un último apretón, y revolvió sus cabellos, antes de apartarse de su lado y salir de la habitación en dirección a su oficina, tenía planes que hacer.
- Bien, salgamos a despejar la mente.
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Lust Flower |KookNam|
FanfictionSu llegada en aquel local había sido la clave para despertar el deseo y la curiosidad en un hombre serio, despectivo y egocéntrico. La flor de la lujuria era el mayor regalo que hasta ahora aquel hombre podía ofrecerle al mundo, pero la lista de fl...