Vulnerabilidad- ¿Por qué tuviste que dejarlos pasar?- se llevó las manos al rostro, frotándose con rabia- ¿Por qué les abriste la puerta?- suspiró frustrado, volteando a ver al rubio, quien estaba encogido en la esquina de la cocina, avergonzado- No puedo dejarte solo, eres demasiado débil- se mordió el labio inferior, viéndolo fijamente.
- Lo siento- dijo, formando inconscientemente un leve puchero en los labios- Ellos me convencieron, perdón- seguía disculpándose, estaba a punto de arrodillarse para implorar por su perdón.
- ¿Te convencieron?- YoonGi bufó, la situación lo estaba sacando de quicio- ¿Y cómo diablos te convencieron?- preguntó, volteando la mirada hacia el otro lado, observando a los dos invitados indeseados, HoSeok estaba de pie, mirando r la ventana, mientras que JungKook estaba sentado peligrosamente cerca de NamJoon, quería ir allá y echarlo a patadas.
- Me dijeron que si NamJoon no se despertaba en...- sacó su teléfono del bolsillo y miró la hora- En otros treinta minutos se irían sin insistir, acepté porque sé que lo más probable es que NamJoon no despierte hasta mañana- para él era el plan perfecto, el menor no despertaría, JungKook se iría y no lo molestaría más, estaba absolutamente todo calculado.
- ¿Y qué pasaría si NamJoon despierta ahora? ¿Cómo le vas a explicar que los dejaste pasar por un plan que funcionó?- podría pasar de todo, y observando la insistencia con la que el pelinegro llamaba NamJoon entre susurros, insistentemente, podía esperar cualquier cosa.
- Pues entonces comenzaré a cavar mi propia tumba, porque no pasaría de mañana estando vivo- se imaginó la escena, siendo perseguido por NamJoon por toda la ciudad hasta que lo atrapara y lo volviera picadillo.
- Pues eso no...- YoonGi cortó sus palabras al ver cómo el castaño se removía en el sofá- Vamos- tomó del brazo a Jimin y se dirigió al salón, viendo como los ojos del menor hacían el intento de abrirse.
- No puede ser...- susurró Jimin, sin poder creer que el menor verdaderamente se estaba despertando en ese momento, el pánico comenzó a invadirlo, sin saber qué haría o qué diría NamJoon.
- NamJoon...- el susurro de JungKook hizo que el castaño se removiera incómodo una vez más, llevándose las manos al rostro, tallando sus ojos con las mismas.
- ¿Qué...?- murmuró NamJoon, sentándose lentamente, con la mirada aún perdida entre el sueño y la realidad. Su voz era rasposa, como si llevara demasiado tiempo sin hablar. YoonGi se tensó al ver al castaño despierto, y con JungKook a su lado, quería apartarlo de ahí.
- ¿Cómo estás...?- preguntó Jimin con una sonrisa nerviosa, tratando de sonar despreocupado, pero su tono terminó revelando su ansiedad.
- No sé...- NamJoon frunció el ceño al percatarse de la presencia de HoSeok y JungKook en su sala. Su mirada se detuvo en cada uno de ellos, pasando del desconcierto al desagrado y la molestia en cuestión de segundos- ¿Por qué...?
- NamJoon...- JungKook lo interrumpió, pero se detuvo, sin saber qué decir exactamente. Se sentía atrapado entre tantas miradas, la presión aumentaba con cada segundo que pasaba. Miró a YoonGi y a Jimin, quiénes lo miraron con desdén.
- NamJoon, es un poco complicado- dijo Jimin, buscando las palabras adecuadas. No quería que la rabia estallara y la situación se volviera incontrolable, tomaba a YoonGi del brazo, prevenido ante la idea de que quisiera lanzarse encima de JungKook- Lo que pasa es que ellos querían verte…
- Yo quería verte- interrumpió JungKook. NamJoon lo miró con una mezcla de ira y confusión, intentando procesar lo que acababa de escuchar. La imagen de JungKook con aquellas dos mujeres no tardó en aparecer, la punzada en su corazón se hizo presente nuevamente. Aquella imagen seguía jugando en su mente como un eco incesante. Cerró los ojos por un momento, tratando de calmarse antes de que aquellos sentimientos lo desbordaran.
ESTÁS LEYENDO
Lust Flower |KookNam|
FanfictionSu llegada en aquel local había sido la clave para despertar el deseo y la curiosidad en un hombre serio, despectivo y egocéntrico. La flor de la lujuria era el mayor regalo que hasta ahora aquel hombre podía ofrecerle al mundo, pero la lista de fl...