Florecer
- ¡JungKook!- una voz conocida resonó en el aire, profunda y con un tono de preocupación que atravesó la confusión en su mente. Un estallido de luz se abría paso entre la oscuridad.Estaba en brazos de NamJoon, los ojos de este fijos en su semblante. El pelinegro podía sentir la calidez del cuerpo del castaño, y en medio del aturdimiento, una parte de él se sintió aliviada. La protección envolvente de esa figura tan familiar era un refugio en un momento tan vulnerable.
- ¿Estás bien?- preguntó el castaño, preocupado. JungKook sintió el pulso de su corazón a través de su camisa, un latido que sin duda se sincronizaba con el suyo. Las palabras parecían diluirse en el aire. El pelinegro apenas podía responder, todo lo que podía hacer era aferrarse a la camiseta del menor, mientras la inestabilidad en sus piernas comenzaba a desvanecerse.
En su interior se libraba una batalla entre la necesidad de hablar y la incapacidad de formular una palabra coherente, aún así, su respiración se estabilizó, y poco a poco, su visión nublada comenzó a despejarse.
NamJoon lo sostuvo con fuerza, su mirada evaluando la situación antes de que el pelinegro pudiera recuperar por completo sus sentidos- Vamos, siéntate- dijo el castaño, guiándolo suavemente hacia el sofá del salón, su mano nunca distanciándose del contacto.
JungKook se sentó, la realidad comenzando a regresar lentamente, la incomodidad en su estómago se mantenía, pero estar allí, con el castaño, lo hacía sentir mejor. Las palabras de preocupación del mayor resonaban en su mente, “¿Estás bien?”.
Por un instante, el universo se redujo a la figura frente a él. A medida que recuperaba el aliento, los pensamientos dieron paso a la clara realidad de que NamJoon había estado allí, esperándolo; había estado presente, donde debería haber estado siempre, y esa acción simple pero significativa lo llenó de calidez. Sin embargo, la vulnerabilidad de su situación lo llevó a sentir que las lágrimas asomaban a sus ojos.
- Lo siento…- murmuró JungKook, sintiéndose patético por haber perdido el control de esa manera, justo en frente del castaño. La vergüenza lo invadió mientras se pasaba una mano por el rostro, tratando de ocultar su debilidad.
- ¿Por qué te disculpas?- respondió NamJoon suavemente, acercándose un poco más mientras JungKook se sentía un poco más centrado- Solo... solo quiero asegurarme de que estés bien.
El castaño, notando el ligero temblor en el cuerpo de JungKook, frunció el ceño con preocupación
- Espera un...- dijo, levantándose rápidamente del sofá- ¿Dónde están las toallas? Estás empapado, te vas a enfermar.
El pelirrojo sintió un ligero sonrojo al recordar que, efectivamente, su ropa chorreaba agua- En el baño, al fondo del pasillo- respondió, señalando con la cabeza en dirección al cuarto.
NamJoon asintió, y antes de salir, se detuvo un momento para mirarlo de nuevo- ¿Dónde puedo encontrar ropa seca?- preguntó.
- En mi habitación, hay una puerta hacia el armario- dijo, sintiéndose un poco avergonzado.
- Iré a buscar eso- dijo, antes de dirigirse hacia el baño, nervioso ante la atenta mirada del pelinegro.
Unos momentos después, NamJoon regresó al salón, sosteniendo una toalla grande y suave, una sudadera de color gris claro, y unos pantalones sueltos del mismo tono- Aquí tienes- dijo, extendiendo la toalla hacia JungKook- Sécate, por favor.
El pelinegro se tomó un momento para asimilar la escena. Sin pensar mucho más, tomó la toalla y comenzó a secarse las manos, el rostro, y por encima de la ropa.
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Lust Flower |KookNam|
FanfictionSu llegada en aquel local había sido la clave para despertar el deseo y la curiosidad en un hombre serio, despectivo y egocéntrico. La flor de la lujuria era el mayor regalo que hasta ahora aquel hombre podía ofrecerle al mundo, pero la lista de fl...