CAPITULO 15

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Trataba de mantener tranquila su respiración, respiraba y exhalaba repetidamente, tanta gente, tantos sonidos de autos, estructuras bastante grandes, ___ intentaba no entrar en pánico pero le parecía casi imposible, era una ciudad pequeña, apenas un centro histórico, pero no dejaba de darle miedo, empezó a querer distraerse con algo, miró a su tío Tavo quien la tomaba por la espalda aferrandola a su cuerpo, no le ayudaba a calmarse, miró el suelo, había muchos pies, tampoco le tranquilizaba, entonces miró a Kaleb, vestido con su pantalón de agente y una playera azul que Daniel le había prestado, miraba a todos lados con una sonrisa y algunos sonidos le hacían voltear, había estado años encerrado en el libro y ahora era como si re descubriera el mundo a su alrededor, ella sonrió al recordar tantas cosas que habían pasado, la primera vez que vieron a Nango, cuando se miraron por primera vez, esos lindos ojos negros que demostraban determinación.

Sintio como su cuerpo se destensaba y su respiración se volvía más regulada, había logrado mantener la calma, Gustavo al ver esto suspiro de alivio y la solto.

-¿Ya habias venido aquí ___?- preguntó el agente.

- Solo una vez, cuando saque mi credencial de elector.

- Entonces tenemos la misma edad.

- No, de hecho no, tu tienes 22.

El joven se quedó pensando unos segundos.

- Guau, pase 4 años en el libro.

___ asintió y miró a Jeremy que también iba con ellos, el había pasado toda su vida ahí, descubrir que no era más que la creación de un ser maquiavélico debio haber sido un duro golpe para el niño.

Poco después entraron a una tienda de ropa cercana.

- Muy bien, saldrán de aquí al menos con dos mudas de ropa- dijo Tavo viendo a ambos chicos-, ¿entendido?

- Si, señor- afirmó Jeremy.

Se quedaron ahí como por una media hora ya que Kaleb se había quedado a decidir entre dos playeras, una con el símbolo illuminati y otra completamente blanca, Gustavo se hartó y terminó comprando las dos con tal de que se fueran de una vez.

"Parece vieja" pensó el rockero una vez salieron de la tienda viendo a Kaleb con su bolsa de ropa.

Poco después se encontraron con Aghata, Sam y Daniel, quienes también habían ido a comprar algo de ropa junto con comida, eran al rededor de las 6 de la tarde y era momento de volver a su nueva casa para cenar.

___ si bien había logrado calmarse, no estaba del todo tranquila, como ya se había dicho solo había estado ahí para sacar su INE, nunca pasó de la escuela y la parada de autobús, el hecho de que empezara a oscurecer le daba más pánico pero intentaba distraerse.

En algún momento (no supo como) empezó a jugar al veo veo con Sam y Kaleb, cosa que le ayudó a distraerse de su pánico.

- La playera de la señorita de bolsa café- dijo el chico.

- No- respondió la adolescente.

- La bolsa de suburbia de Aghata- dijo ___.

- Si, no se vale, adivinas casi todo.

- Es puro talento- la chica volvió a ver la bolsa, sin embargo algo le llamó la atención-, Aghata.

La mencionada volteo.

-¿Que sucede?

-¿Me...me prestas tu bolsa?

La mayor se la dio e inmediatamente buscó el logo en la bolsa, al encontrarlo, confirmó que lo que vio no fue una ilusión, en el borde del cuadrado que delimitada el logo, encontró símbolos familiares, los mismos símbolos que había decodificado en la bitácora. Saco su celular y tomo una fotografía, se preguntó si sería algo importante o una simple broma de Black Hat hacia ella.

Kaleb no pasó desapercibida la acción de su amiga, se acercó intentando ver lo que ella había descubierto.

-¿Que encontraste?- pregunto después de no encontrar nada.

- Un código, como los de la bitacora- ___ señaló el renglón-, esta aquí.

El agente volvió a revisar en vano, no encontró más que el fondo rosado de la bolsa.

- Ahí no hay nada ___.

- Claro que si- volvió a señalar los simbolos-, aquí está.

- No lo veo, no hay nada.

- El chaparro tiene razon- dijo Tavo que estaba a su lado-, ahí no hay nada.

Entonces, la chica tuvo una revelación, empezó a preguntarle a todos sus acompañantes si veían el código, incluso le preguntó a dos personas al azar, todos dijeron que no veían nada más que el logo, su teoría era correcta, como si de una prueba se tratase, ella era la única que podía ver esa inscripción.

Estaba sola en la búsqueda de pistas.

El joven Moreno se cepillaba los dientes, eran alrededor de las 2 de la madrugada y apenas tendria tiempo para descansar al menos 4 horas (que eran para el demasiadas comparadas con las que normalmente dormia), pero en fin, la vida de un animador.

La luz del foco parpadeó un par de veces, cuando volteó, encontró la marioneta de Black Hat encima de un mueble que tenía toallas, lavo el cepillo y lo dejó en el vaso del lavabo, tomó al muñeco y lo acomodó en su mano, la tela se aferró fuertemente a su piel, sensación a la que ya se había acostumbrado.

-¿Como vamos con los proyectos, Alan?- pregunto la marioneta.

- Todo va muy bien mi señor, los próximos capítulos están casi listos, los libros se venden como pan caliente y sus adoradores son cada día más- decía el hombre feliz de tal vez contar con un agradecimiento de su amo.

- Me alegra escucharlo, pero te tengo un pequeño encargo- la boca de tela del muñeco formó una sonrisa deforme.

- Con mucho gusto lo aceptaré mi Lord.

- Necesito que vayas a un pueblucho llamado Cuernavaca, no me importa como lo hagas, solo ve, te daré 3 meses para que vayas, y si no lo haces juro que tendrás tu castigo.

- Confie en mi Amo, nunca lo he defraudado.

El muñeco entonces se cayó de la mano de Alan, quien logró tomarlo a tiempo antes de que cayera al suelo, fue a su habitación y abrió una vitrina para poner ahí su tan preciada posesión, entonces destendio la cama y se acostó a dormir.

"Mañana hablaré con Linisho y Penguin, no se negarán".

La dimensión equivocada// Kaleb x lectora//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora