CAPITULO 34

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Armando Jimenez Lara era un hombre estricto que educó a sus dos únicos hijos con mano de hierro, y su esposa, María del Carmen Argon Sanchez era una madre sensible y cariñosa que era intimidada por su marido en más de una ocasión, por lo que pocas veces defendía a sus hijos, o bueno, solo a uno.

Daniel era igual de blando que María, eso a Armando no le gustaba por lo que le exigía en extremos radicales, muchas veces se dormía a la una de la mañana por haber estado en vela estudiando con su padre, para después levantarse a las 4 de la mañana a hacer ejercicio en ayunas e irse a la escuela, luego volvía se cambiaba y se iba a trabajar, a veces comía y a veces no, terminaba su día cenando un poco y ponerse a estudiar.

La rutina se repetía una y otra vez en la vida del mayor de los hermanos, pero la de Miguel, el menor, era un poco diferente.

Miguel tenía a su hermano en el pedestal de "todo lo que no se debe hacer", por lo que el siempre complacía a su padre, quien optó por darle como única obligación estudiar y así lo hizo, después de que su hermano escapara con su amigo a un lugar que solo lo sabía María, Armando dijo que nunca sería bienvenido de nuevo en esa casa.

- Aunque lo siguieras aceptando nunca volvera- fue la primera vez que la mujer contradijo a su marido-, por tu culpa se fue, me quitaste a mi hijo.

Y fue la última vez que lo hizo.

Armando la calló a golpes y un día se despidió de Miguel y nunca volvió a pisar la casa, se enteraron de su muerte un par de años después pero ninguno de los dos hombres quiso ir a su funeral.

Cuando Miguel se volvio esposo y padre, se formó la idea de persona que quería que fuera su hija, una muchacha inteligente, independiente, con un buen marido y sobretodo bonita, su madre, Marta Lopez Cervantes, había formado su propia versión de la hija perfecta, linda, delgada, de figura curveada, amable y que participara en concursos de belleza tal y como lo había hecho ella.

Ambos esposos juntaron sus versiones de la joven y se idealizaron como es que ella sería en un futuro,sabían que si querían que esa muchacha fuese como ellos querían debían empezar a encaminar la desde pequeña y así evitar que se desviara como alguna vez lo hizo Daniel.

Así pues, educaron a la niña para ser una "verdadera dama", le enseñaron modales de etiqueta, fluidez y educación al hablar, a cocinar, a doblar su propia ropa y teoría del color en la vestimenta, claro que la parte de los conocimientos escolares no se quedaba atrás, al entrar al kinder era la única de sus compañeros que sabía sumar, leer y escribir, no era muy sociable, al contrario, se alejaba de sus compañeros porque en sus palabras, ellos le mancharon la ropa, cuando los profesores le preguntaron porque decía eso, ella respondió:

- Me lo dijo mi mamá.

No solo la educaban para ser mejor que los demás, también lo hacían para que se sintiera superior a ellos, cosa que no lograron, ya que en la primaria actuaba como una segunda profesora para todos, por ende hizo muchos amigos, cosa que no le agradaba a sus padres del todo.

- No deberías juntarte con Clara- le dijo un día su padre.

- Pero me cae bien- respondió inocente la niña.

- Pero te va a pegar lo tonta, aprende a escoger bien tus amistades.

Sin embargo, ___ no les hizo caso y era feliz teniendo a sus amigos, al ver que podría desviarse, Miguel y Marta pidieron a los padres de los otros niños que sus hijos no se acercaran la pequeña dama, estos ofendidos, decidieron hacerlo, dejando sola a la niña, nadie quería estar cerca de ella, un recuerdo que le atormentó, ya que creyó que era culpa de ella,¿algo que dijo tal vez?, ¿quizás fue la manera en la que se vistió?,¿era molesta acaso?Estas y muchas otras dudas le persiguieron toda su niñez, pero no tuvo el tiempo para intentar responderlas.

Su mente estaba en la escuela, concursos de matemáticas y de belleza.

Todas las noches ___ se sentía agotada, se tumbaba en la cama y el peso de su cuerpo le mataba, había días en los que estaba demasiado cansada, incluso para despertar, pero sus padres le exigían hacerlo, ser fuerte y seguir adelante, ponerlo todo en los concursos, el hecho de que el que no apuesta no gana, creo con esa mentalidad en la que siempre debía de ser perfecta y arriesgarlo todo para quedar siempre en el primer lugar, su única opción era el éxito.

Poco a poco su mentalidad la fue consumiendo y tomó factura con su cuerpo, a inicios de secundaria.

Sus piernas le fallaban, se tropezaba y la fuerza de repente se le iba, sus manos tenían calambres muy seguidos de tanto escribir, su cansancio le pesaba en los hombros todos los días, pero debía seguir, si no se esforzaba, si no arriesgaba no ganaba.

Y si no obtenía la perfección del éxito del primer lugar, ¿quién era ella como persona?

Un día no pudo más y se desmayó de la nada en plena clase de educación física, se la llevaron a casa y en vez de asegurarse de que estuviera bien, empezaron a regañarla,¿cómo era posible que hubiese hecho todo ese teatro?¿no se daba cuenta de que manchaba su imagen?

Las cosas hubieran seguido así, y probablemente escalarian a peor de no ser porque ___ conoció a alguien, alguien que decía ser su tío Daniel.

Miguel hizo todo lo que pudo para tratar de alejar a su hermano de su hija pero fue imposible, este hablaba con ella en sus tiempos libres y había veces en las que ___ dejaba sus clases de modelaje para ir con el y Gustavo a dar un paseo, conocerlos le dio un alivio a su alma, saber que no todo era competir, que un primer lugar no era lo más importante en el mundo.

Esto causó problemas en la familia, las peleas entre ___ y sus padres se hacían cada vez más frecuentes, ella ya no quería modelar, lo odiaba por completo, tampoco quería que ellos le alejaran de sus compañeros de clase, exigía que la dejaran en paz, que escucharan como se sentía, pero en el ideal de la hija perfecta de ambos no entraba el que ella se revelara así.

Todo tuvo fin el día del sismo.

La dimensión equivocada// Kaleb x lectora//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora