CAPITULO 39

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Estaba en medio del autobús en movimiento, el libro de forro de seda flotaba frente a él, sus hojas en blanco, miro su cuerpo, tenía puesto el uniforme de la preparatoria, no se sentía en su cuerpo, era como si fuese una intrusa para su carne y huesos.

Has comprado tu libertad, Kaleb.

El vehículo se movió de un lado a otro, como si lo zarandearan, ___ miró su mano y no pudo creer lo que vio, estaba volviéndose polvo, polvo que tomaba forma de letras con los tonos de su piel y se impregnaban en las hojas en blanco del libro maldito.

Y acepto el sacrificio que ofreces para tomar tu lugar.

La chica solo podía ver como su cuerpo desaparecía de apoco y quedaba encerrada en el libro.

___ despertó sintiendo un temblor por todo su cuerpo, casi de inmediato le atormentó un dolor de cabeza horrible que le hizo sobarse, al voltear para tratar de acomodarse encontro algo que le hizo sonrojar.

Kaleb estaba durmiendo a su lado con la misma ropa con la cual habían salido esa noche de fiesta, su rostro estaba tranquilo y su cabello estaba todo revuelto, su respiración era serena y soltaba pequeños ronquidos de vez en cuando.

"¿Que diablos hice anoche?"

Se sentó en la cama con cuidado de no despertar a su acompañante, hizo un recuento de la noche anterior y afortunadamente no estaba tan ebria como para no recordarlo.

Lo malo era que no estaba lo suficientemente ebria como para no recordarlo.

El beso que le dio a Kaleb, ese tierno gesto con un sabor placentero que quería volver a probarlo, ¿el lo recordaría?, era una pregunta estupida, obviamente lo recordaria el no se estaba callendo de borracho, ¿qué se supone que haría ahora?,¿como debía actuar?, esas y más preguntas solo le aumentaron más el dolor de cabeza.

Como si de un alivio divino se tratase, cuando sintió como alguien le tomaba la mano el malestar disminuyó significativamente y al ver que quien se trataba se sonrojó, era Kaleb quien le miraba tiernamente entre sus mechones desordenados de cabello castaño.

- Buenos días cucarachita- dijo.

-Y...yo- muy pocas veces estaba sin palabras.

- No te preocupes por eso ahora- el también se sentó en la cama mientras seguía acariciando su mano-, después hablamos de esto, lo importante ahora es que regrese a mi cuarto, si alguien nos encuentra así me matan.

___ río un poco y asintió con dolor.

Kaleb se levantó de la cama, tomó sus zapatos y salio del cuarto, claro no sin antes ser descubierto por Sam que había subido al baño, se quedó muy quieta al verlo pero hizo el gesto de "Tengo la boca sellada", y se metió.

La joven se quedó sola en el cuarto, miró por la habitación y en el suelo encontró no solo su vestido si no también su sosten, ___ se sonrojó y se tumbó a la cama, arrepintiéndose después por el horrible dolor de cabeza que esto le provocó, se había desvestido casi por completo frente a Kaleb  no recordaba si él había visto algo o no, esperaba que no.

- No vuelvo a tomar en mi vida- murmuró avergonzada.

Ahí estaban uno frente al otro en la habitación de ___, ninguno sabía que decir, pero tampoco querían hacerlo.

Sin embargo el que no arriesga no gana, y en esta ocasión, Jimenez quería ganar, después de tanto tiempo quería hacerlo.

- Kaleb, se lo que te dije anoche- miro aquellos ojos negros tan valientes-, y no era una mentira, yo te amo.

El agente suspiró y se acercó a ella, sentándose a su lado, disfrutando del olor a naranjas de su perfume.

- Yo también te amo- dijo en un murmullo-, pero...no es correcto que estemos juntos.

Esas palabras fueron como si le atravesarán el corazón con una espada a ___, bajo la mirada a sus pies.

- No es que yo no quiera estar contigo, ___- Kaleb le tomo la mano y dirigio su barbilla para que lo mirase de nuevo-... estar junto a ti es mi mayor deseo ahora, pero es peligroso, Black Hat me preocupa...¿qué pasara si se entera?¿Que te pasaría a ti?...si ese monstruo te hiciera algo por mi culpa- hizo una pausa, recordó esa horrible pesadilla-...nunca podría perdonarme.

Se quedaron callados un buen rato, mirandose, el agente se recostó en el hombro de la dama, no quería perder la oportunidad de estar con ella, de que el fuera la causa de su sonrisa y sus sonrojos, ser aquella persona en la que pensara día y noche, pero si eso implicaba la posibilidad de dañarla, prefería mantenerla a salvo.

Por fin, ___ habló:

-¿Solo por eso?

-¿Pues porque más quieres?¿Tu seguridad no es suficiente razón?

- No no es por eso- empezó a acariciar el cabello del castaño-, pero piénsalo Kaleb, estoy en contacto con uno de sus subordinados, literalmente he acosado a su organización, mi mejor amiga es un agente de PB y en mi casa está un fugitivo de su libro.

El chico no entendía a qué quería llegar por lo que la miró con confusión.

- A lo que voy es que si ese cucaracho me hace algo, que esperemos no suceda- alzo el rostro del joven-, no será tu culpa, y amarte tampoco hará que me mat...

Kaleb la cayó con un beso suave y fugaz, no quería ni siquiera escucharlo, pensar en qué podría morir, que ya no la vería nunca más, le rompía el corazón.

Cuando se separaron, ___ acarició los labios de su amado, haciéndolo sonrojar, ella soltó una risilla, amaba provocar esas reacciones en el joven.

- Aún asi- alejo su mano del rostro ajeno-, si tu no te sientes seguro está bien, lo respeto y no te obligaré a nada...pero...voy a extrañarte mucho cuando vuelvas a tu dimensión.

Era cierto, el debía volver, no podía quedarse ahí por siempre, tenía que estar con sus compañeros y apoyarlos en su misión, había dejado pendientes tantas cosas,¿y si podía volver pero no veía nunca más a ___? Sus días serían aún más solitarios que nunca, ¿perdería la oportunidad de amar libremente a aquella chica por miedo?, otra vez, una difícil decisión, ¿sacrificaría la seguridad de ella por pasar unos...?¿Que?¿Días?¿Meses de noviazgo?, ella era capaz de cuidarse sola lo sabia muy bien, pero, ¿y si no era suficiente?

La mirada de la joven se apagó al no recibir una afirmativa del chico, por lo que se levantó y se dirigió a la puerta, pero antes de abrirla la voz de Kaleb le detuvo:

-___, ¿quieres...quieres ser mi novia?- una decisión arriesgada.

La chica sintió cosquillas en el estómago y una sensación de calor en el pecho, volteó a ver a Kaleb y asintió con la cabeza mientras una sonrisa se formaba en sus labios.

- Si, si, si y mil veces si- la chica abrazó al joven fuertemente.

"Te voy a proteger, no dejaré que nadie te ponga un dedo encima".

La dimensión equivocada// Kaleb x lectora//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora