Advertencia:
El siguiente capítulo incluye escenas 18+. Situaciones sexuales explícitas, lenguaje vulgar, violencia, etc. Por lo que si vas a continuar leyendo, querido lector, será por tu propio riesgo. ¡Muchas Gracias!
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Carlos:
Los dos días que faltaban para que la semana por fin concluyera, habían transcurrido sin nigún otro evento significativo. La madrugada del sábado nos sorprendió con una horrible tormenta eléctrica y lluvias torrenciales que se extendían en gran parte del territorio.
Me había despertado accidentalmente producto al estrepitoso estruendo de un trueno, aunque también creí haber escuchado cosas cayéndose allá en la cocina. Chequeando el reloj digital de mi mesa de noche, pude ver que apenas y este marcaba las 3 :10 de la mañana. Por lo que largando un profundo bostezo me levanté apoyando las almohadillas de mis patas en el frío suelo.
-Mierda, el tiempo cada vez se está poniendo peor.
Pronuncié para mí mismo apartando hacia un lado la cortina de la ventana para ver mejor lo que estaba sucediendo en el exterior.
Al estar en un piso tan alto me daba mejor vista hacia la calle. Está de más decir que esta parecía un arroyo producto a la gran cantidad de agua que fluía por los canales y se iba a modo de remolinos por los tragantes de las alcantarillas de las aceras. Los rayos que surcaban el cielo fácilmente matarían al que estuviera andando afuera en estos momentos.
Sentí como un escalofrío recorrió mi cuerpo. La temperatura al parecer también había descendido un poco pero me daba pesar buscar algo que cubriera mi torso. Ya se me había echo costumbre dormir solamente en boxers que el mínimo echo de notar más ropa encima mío me generaba un calor insoportable. Es que ni siquiera soy de los que duermen cubiertos por la frazada.
Me alejé de la ventana buscando por lo pronto un par de pantuflas. Cuando las encontré me dirigí hacia la cocina debido al ruido que anteriormente escuché. Pero antes de ir allí, primero pasé por las habitaciones de los chicos a ver si todo estaba marchando en orden.
Con mi hermana parecía no haber nigún tipo de problema. Al abrir un poco su puerta la ví tendida como peso muerto sobre la cama. Tenía el cabello todo alborotado sobre su rostro, saliva escurriendo de su boca al colchón e incluso desde donde yo estaba logré oírla roncar. Sonreí y cerré la puerta. No me sorprende que esté tan exhausta, con lo que trabaja quién no lo estaría después de todo.
El segundo que fuí a revisar fue a Adrián. Una pregunta recorrió mi mente cuando abrí y lo rosado de las paredes del cuarto de Lía impactó en mis ojos. ¿En qué lugar dormiría el humano cuando Marco vuelva con nosotros y reclame su espacio? Porque ya el doctor confirmó que las probabilidades de que él despierte dentro de poco, son muchas.
Para ese tiempo Lía ya no podrá ocupar más aquella habitación y dudo mucho que ella acepte compartir su cama para dormir con alguien más. Sé que es algo que no le gusta hacer.
Me atreví a ir más allá de lo que inicialmente planeé. Atravesé el marco de la puerta cuidando de no hacer ruido al cerrarla detrás de mí y luego avancé silenciosamente cual depredador que era hasta la cama. Lugar donde Adrián reposaba inmóvil boca abajo, sin el mínimo conocimiento de mi presencia. Rodeé el colchón y suavemente tomé asiento en la parte derecha cerca del cuerpo del humano.
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DEPREDADOR [Gay/FurryxHumano] +18.
Romansa‼️ATENCIÓN‼️ ¡Todos los personajes que aquí aparecen son MAYORES DE EDAD! Si el lector que está leyendo es menor de 19 años, por favor pido que deje de leer el libro para no causar problemas a futuros. ¡Esta historia no está destinada a PÚBLICO MENO...