Cap. #8: El accidente.

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Adrián:

La pregunta, o mejor dicho, la afirmación, dejó al total descubierto mis radicales planes contra él. Por lo que al ver que fallé miserablemente en el intento, de un rápido y ágil movimiento logré ponerme de pié. Sin embargo no pude llegar a rodear al tigre ya que antes de que pudiera salir a correr a la calle. Este tiró la botella a un lado y me atrapó agarrándome en un brutal abrazo. Donde me hizo quedar atrapado entre esos gigantescos brazos y su pecho. Estaba ejerciendo tanta fuerza entre mi espalda que no pude evitar soltar un doloroso quejido e hincar mis uñas en sus hombros para tratar de soltarme.

-¡A-Argh! ¡Suéltame, me estás haciendo daño! ¡Déjame ir, horrible monstruo...!

-Por supuesto que no voy a hacer eso, ya entendí que eres demasiado peligroso como para andar suelto.

Comentó así de simple.

-Además no sé a quién le llamas "horrible monstruo" cuando tú eres la criatura más extraña y fea que he visto en mi vida. Por no decir que también quisiste matarme con esa botella. Así que no sé de qué hablas.

-¡Cállate y déjame ir ya! ¡Me estás lastimando la espalda!

-¿Qué te deje ir? ¿Estás loco? Te llevaré a mi casa, mis hermanos van a alucinar cuando vean que llegué con extraterrestre. ¡Por fin Carlos va a dejar de pensar que soy un inepto! Ven, vamos. ¡Mauro, ya atrapé al bicho !

-¡NO! ¡Déjame en paz! ¡No me lleves!

Gritaba con todas mis fuerzas y me removía como si fuera un salmón fuera del agua. Claramente no iba a ir a ningún lugar con esta cosa. Prefiero que me asesine aquí mismo antes de que me lleve a su guarida con otros más de su especie y me coman entre todos como un delicioso filete de carne. Resistía tanto que aunque el tigre poseía un cuerpo y altura más grande que el mío, le estaba dando trabajo para caminar. Otra idea radical vino a mi mente y no esperé mucho para cometerla. Con todas mis fuerzas le lancé una cachetada que fue directamente hacia su rosado hocico, haciendo que este, adolorido, rugiera y me soltara para llevarse las manos a la zona lastimada.

-¡¿Cómo demonios te atreves, pequeña basura?! ¡VEN AQUÍ!

Otra vez iba a correr pero no pude llegar a avanzar mucho porque este tomó una de mis piernas y tiró de ella hacia atrás. El golpe de cara en el suelo no se hizo esperar y grité cuando sentí la piel de mis labios romperse con el asfalto, el sabor metálico de la sangre inundó mi paladar al instante. Luego el inmenso gato volvió a arrastrarme hacía él pero esta vez no se lo puse tan fácil, puesto que agarré una barra de hierro que afortunadamente había encontrado cerca de nosotros y, girándome sobre la espalda, le pegué un fuerte golpe que aterrizó directo al lado derecho de su cabeza. La escena sucedió tan lenta que, quizás fue por eso que pude ver lo que ocurrió con lujo de detalles.

Y puedo decir que el sentimiento que aquello me provocó fue tan indescriptible que mi corazón empezó a latir rápidamente. Mi mente no dejaba de repetir que en algún momento me iba a arrepentir de haberle pegado allí. Pues en el momento en que el hierro impactó con la cabeza del tigre, un chorro de sangre salió disparado rápidamente. Él abrió la boca como si fuera a gritar fuertemente, pero no fue así. El dolor debió de ser lo suficientemente fuerte como para evitar que lo hiciera. Lo que hizo fue llevar la punta de sus dedos al lugar del golpe y cuando los vió cubiertos por la roja sangre, su rostro de horror incrementó mucho más.

DEPREDADOR [Gay/FurryxHumano] +18.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora