Cap. #59: Cambios.

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14 Años después...

...

Carlos:

-Mira nada más...Cada vez te vas poniendo más viejo, Carlos...

Mascullé en medio de un suspiro mientras escaneaba mis facciones de arriba a abajo en el reflejo del espejo y tocaba mi mentón. Sin duda los años me estaban pasado por encima sin ninguna misericordia. Ya era todo un cuarentón. Tenía cuarenta y dos años. Cielos. Nunca pensé verme a mí mismo portando una pequeña barba turca y dos obvias ojeras, que más que eso, parecían arrugas debajo de los ojos. Es que estaba tan cansado de todo que ni ganas me daban de preocuparme por estupideces como descansar lo suficiente o cuidar de mi aspecto personal. No sabría describir cómo ha sido mi vida desde aquellas nefastas vacaciones donde sucedió lo que todos sabemos. Han sido catorce años desde que Adrián nos abandonó a todos. Catorce años...de puro dolor y sufrimiento para mí.

Primeramente, gané mucha más musculatura desde entonces para acá. Y sería algo tremendamente bueno si no fuera porque empecé a ejercitarme en la casa gracias a que me despidieron hace mucho del gym de mala muerte donde estuve trabajando por más de cinco años. Tuve una fuerte discusión con el jefe del local que estuvo muy cerca de terminar en los golpes: "Lo siento, Carlos. Yo más que nadie sabe que eres un entrenador capacitado para ejercer bien tu trabajo, pero. Ya han sido varias las quejas de mis clientes respecto a tu maltrato con ellos. Te muestras agresivo, malhumorado y pierdes la paciencia con facilidad la mayor parte del tiempo. Eso los está ahuyentando y no me está generando ninguna ganancia a mí. Además, ese ojo ciego que tienes hace que muchos animales se sientan incómodos con tu presencia. ¿No te convendría mejor cubrirlo con un parche o algo? Digo. Nadie quiere gente rara a su lado."

Dijo para concluir e interpreté que se estaba burlando de mí al pensar que podría cubrirme el rostro con esa cosa como si fuera un maldito pirata. Es obvio que no le iba a rogar como un perro para que me dejara seguir trabajando en esa porquería después de semejante humillación. Sin embargo, amargamente, en algo si tenía razón mi ex-jefe. He descubierto que otros animales me miran medio extraño cuando voy al Mall o camino por la calle. Hasta he escuchado que algunos padres le han dicho a sus cachorros que no se me acerquen porque parezco peligroso y sé que lo hacen porque mi ojo ha adoptado una coloración blanquecina. Cosa que los otros asocian a un delincuente o a gente mala. Lo que no saben todos esos idiotas es que ese fue el precio que tuve que pagar por tratar de salvar a lo que más quería.

En cuanto a mi vida sexual puedo decir que se ha convertido en una mierda total. Vivir en abstinencia por la falta de sexo está haciendo que mi pobre pene pierda virilidad y todos sabemos que un tigre sin fuerzas para levantar la estaca no sirve para nada. ¡Hasta mis manos se están llenando de callosidades! Solamente de masturbación no vive un hombre, y ni tanto, pues las fotos de Adrián que ultrajaba cada noche con sucios pensamientos que me hacían llegar al orgasmo, de un momento a otro empezaron a desaparecer mágicamente de mi galería como si algo quisiera que me olvidase para siempre de él. Pero yo sé que no fue así. Ni siquiera me había dado a la tarea de conocer a alguien más. Nadie me llamaba la atención, ni provocaba el más mínimo interés en mí. Estaba destinado a vagar soltero pues no podía sacarme los recuerdos de mi humano.

-Carlos, dice tu hermano que ya todas las cosas están subidas en el auto. Que sólo faltas tú para poder irnos.

-Está bien, Samantha. Dile a Marco que enseguida bajo. Sólo...estoy despidiéndome de este lugar. Después de todo viví aquí por muchos años.

DEPREDADOR [Gay/FurryxHumano] +18.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora