Camilo:
Me crucé de brazos y chisté una vez más viendo con molestia la patética escena de Máximo llorando cual señorita desvirginada frente al cadáver muerto de su novia. A pesar de haberle dicho que se fuera, aún el menso permanecía ahí y la verdad es que ya me estaba artando su estúpida gritería. A mí no me duele que ella esté muerta, así que no es necesario que aguante sus mariconerías innecesarias.
Para calmarme y no partirle la madre a él también, se me antojó buscar ente mi bolsillo una barra de chicle que, casualmente, había comprado esta mañana de camino hacia acá y me eché una completita en la boca. El sabor amentado del mismo abrigó toda mi cavidad bucal mientras me le acercaba al tigre por la espalda.
—Vamos, hazte a un lado, inútil.
Ordené despóticamente literalmente empujando al tigre para quitarlo de en medio, lo que hice sin obtener objeción o resistencia por parte de él mismo. Entonces ocupé su lugar colocándome agachado en las puntas de mis pies frente a la pálida y muerta Bibiana que ya empezaba a ponerse dura como un trozo de pan viejo por la falta de eso tan esencial a lo que llamamos vida.
Fijé mis ojos especialmente en la hermosa herida que le había propinado con mi arma y al instante aquella morbosa y, a la vez, excitante sensación de saber que le había arrebatado lo más preciado que pudo tener en su asquerosa existencia, dibujó en mis labios una sonrisa de felicidad. Aaah. Se sentía incluso mucho mejor que como lo recordaba desde la última vez.
—Tsk. Mierda.
Emití ese quejido cuando introduje el dedo índice por el mismo hueco de la lesión, en la que procedí a hurgar con la ayuda de mi garra en un intento por recuperar la bala que había desperdiciado en ella. Pero que la muy maldita no quería aparecer por nigún lugar. Incluso para alguien con el corazón tan podrido como yo, la sensación de humedad que rodeaba mi dedo comenzaba a asquearme.
Milagrosamente logré encontrarla y cuando la saqué del interior del cadáver, la herida volvió a lastimarse haciendo que un fino chorrito de sangre maloliente saliera disparado desde esta hasta manchar mi entrecejo, hocico y boca de rojo. Ni me inmuté por ese detalle y sostuve la bala con el dedo índice en la punta y el pulgar en el cañón mientras la levantaba a la altura de mis ojos.
—Vaya. Es una lástima que no pude acertar en la frente como quería, eso hubiera sido un asesinato perfecto. Pero, ñeh. ¿Qué importa en el lugar que haya sido? Lo importante es que está bien muerta la perra.
—T-Tú...la mataste. ¿C-Cómo puedes hablar así...?
—¿Disculpa? ¿Qué dijiste?
Me levanté tan pronto lo oí mascullar, haciéndolo a propósito para divertirme con el sobresalto que dió Máximo. Me coloqué una mano en la cintura y me le quedé mirando fijamente con una sonrisilla de medio lado mientras masticaba el chicle. A quién piensa que quiere asustar con esa pose defensiva si lo que le quedan son fracciones de segundos para que se haga pis en los pantalones. Él me tiene miedo y lo sabe.
—¿Dijiste "maté" o fue mi imaginación? Porque yo jamás cometí tal acto, al menos no solo. Deberías decir, "matamos". En plural. Tú también participaste.
—¡Escoria! ¡¿Cómo osas decir que yo maté a mi propia novia?!
Alegó este en medio de un exagerado grito. El desespero que desprendían, tanto su cara como las pupilas en sus ojos, era casi palpable. Así que reí con ganas al ver como el pobre cobarde se me tiraba encima mientras me sostenía por la tela del cuello de mi chaqueta.
![](https://img.wattpad.com/cover/318596777-288-k570689.jpg)
ESTÁS LEYENDO
DEPREDADOR [Gay/FurryxHumano] +18.
Romance‼️ATENCIÓN‼️ ¡Todos los personajes que aquí aparecen son MAYORES DE EDAD! Si el lector que está leyendo es menor de 19 años, por favor pido que deje de leer el libro para no causar problemas a futuros. ¡Esta historia no está destinada a PÚBLICO MENO...