Extended Play - GAP The Series

6

Septiembre fue decisivo para nuestra historia. Y no solo porque se nos presentaría nuestra primera gran oportunidad como grupo, pues también fue una época llena de aprendizaje y autoconocimiento, una en la que me dejé llevar por las corrientes violentas que venían con mi nuevo estilo de vida junto a ustedes.

Porque estar en el escenario con Diversity era algo completamente diferente a todo lo que experimenté con anterioridad. Ya no estaba atada a la calma y el control que debía mantener en los restaurantes con horario familiar, de hecho, desde que me uní a la banda descubrí el auténtico y alocado ambiente nocturno de la ciudad.

Muchas veces llegué a sentir que yo no encajaba con el concepto de los bares en los que solíamos presentarnos. Quizá porque seguía siendo demasiado joven como para atreverme a explorar todo lo que conllevaba estar en un lugar como esos, uno repleto de adultos que solo iban para emborracharse y parrandear. Era tan extraño para mí que empecé a comparar el efecto Diversity con practicar algún deporte extremo. Porque estar en medio de aquel hechizo feroz cada que cantaba con ustedes me hacía sentir que cada célula de mi cuerpo vibrara en perfecta armonía.

Era una adrenalina inhumana, una excitación de pensar que era imparable en el mundo y podía vivir por siempre. Un pensamiento bastante inocente e infantil, pues en aquel entonces jamás pensé en las consecuencias que el éxito podría traerme, porque nadie llega al final de su carrera sin un par de huesos rotos.

Probablemente no había pensado en lo que el futuro nos depararía porque ni siquiera lo imaginé. Mi mente no era tan creativa como para descifrar lo que vendría después y estoy segura de que al resto le pasó lo mismo. Siempre supimos que teníamos buenas posibilidades de triunfar, sin embargo, ninguno de nosotros esperó el éxito que conseguimos.

Hasta la fecha sigue sorprendiéndome la suerte que tuvimos, pues en el mundo de la música no solo se necesitaba ser talentoso, atractivo o influyente; la fama también dependía de que el mundo estuviera a tu favor.

Y creo que el mundo realmente estuvo a nuestro favor esa noche, pues fue la primera vez que interpretamos una de las composiciones más importantes de toda tu carrera.

Días antes de la gran noche habíamos estado en la sala de ensayos al igual que todas las tardes. El recuerdo sigue tan presente en mi memoria que aún puedo aspirar el humo del cigarro de Kirk, quien fumaba desinteresadamente mientras golpeteaba el suelo con uno de sus pies mientras Kade afinaba su bajo y Jim charlaba contigo sobre algo que había sucedido el fin de semana anterior.

Yo, por otro lado, estaba recostada en el sofá de cuero de la sala mientras observaba el techo, pensando una y otra vez en mi atracción por ti. Porque yo no había dejado de pensar en el acercamiento que tuvimos el momento en que me confesaste tu atracción hacia las mujeres y tu coqueteo descarado hacia mí.

Cada uno de nosotros estaba en su propio mundo; habíamos terminado de ensayar hace unos minutos y últimamente nos costaba un poco más mantenernos relajados. Quizá porque todos estábamos desesperados para que se nos presentara esa oportunidad que tanto anhelábamos. Tee se había estado moviendo por toda la ciudad en busca de alguna disquera que sintiera interés por nosotros, pero las respuestas siempre eran las mismas. En ese entonces Tailandia era bastante conservadora, así que nos acostumbramos a que nos cerraran las puertas; el mundo no estaba preparado para algo tan revolucionario como nosotros.

Solté un suspiro antes de girar la cabeza para observar al resto, pero ellos seguían igual de distraídos que antes. La única iluminación emanaba de una bombilla que irradiaba luz azul marino y del televisor, que estaba atascado en un canal de rock inglés.

— ¿Estás cansada? — Preguntaste una vez que te acercaste al sofá. No supe en qué momento dejaste de charlar con Jim, quien ahora estaba fumando junto a Kirk. Me enderecé un poco cuando moviste mis piernas con la intención de tener el espacio suficiente para sentarte.