32

888 94 15
                                    

Tuve mucho tiempo para pensar y creí haberme convencido de que la conversación que tuvimos antes de salir al escenario aquella noche habría sido el punto final de nuestra relación, pero me equivoqué.

En muchas ocasiones hablé con la almohada durante mis momentos de insomnio. Me escuchó llorar, lamentarme, maldecir al mundo entero y, finalmente, decir lo mucho que te amaba y que no quería separarme de ti. Porque sé que es evidente ahora, pero en aquel entonces yo no era consciente de lo mucho que dependía de ti para ser feliz.

Obviamente no quería terminar, pero pensé haberlo asimilado. Tu silencio lo dijo todo por ti aquel momento en el que prácticamente aseguré que ibas a dejarme. Lo recuerdo demasiado bien, tanto que si miro hacia al frente ahora, estoy segura de que me encontraré con tus ojos, igual de oscuros que en esa ocasión, tus labios fruncidos y con una expresión pálida en el rostro tras escuchar mis crueles, pero sinceras palabras.

Yo estaba tan enamorada de ella; la amaba con un ardor que inclusive los mismísimos Romeo y Julieta hubieran envidiado, pero no éramos ellos, y lo único que yo compartía con el protagonista de Shakespeare era que ambos éramos peligrosamente estúpidos y como él, con Julieta, podría llevarme a la muerte por amor. De hecho, una parte de mí había muerto ya.

No me jactaré de mi gestión emocional diciendo que no sufrí, pues lidiar con la resignación no fue para nada sencillo. En realidad, en esos momentos pensar en ella era tan desolador que me orillaba a quedarme en cama tanto tiempo como era posible sin que los demás sospecharan que todo lo que podía hacer era llorar, llorar hasta que todo lo que tenía que ver con el cuerpo me dolía. Lo único que por alguna razón me reconfortaba era saber que, incluso si Sam no estaba dispuesta a seguir luchando por nosotras, yo había tenido la oportunidad de amarla; mi madre solía decir que amar, incluso cuando dolía, siempre era maravilloso.

Lo que nunca supe cómo resolver fue nuestra convivencia dentro de Diversity después de que lo inminente sucediera. Claro que los primeros días de su distanciamiento lo último en lo que pensaba era en la banda, pero conforme fue pasando el tiempo, era un pensamiento que hacía acto de presencia con frecuencia. Pensé que podíamos ser lo suficientemente maduras y, después de darnos el suficiente espacio, ser amigas otra vez, pero entre más pensaba en esa posibilidad, menos sentido tenía.

Según mi parecer en ese entonces, podría sobrevivir solo de recuerdos de sus besos, sus sonrisas y su cuerpo; era cuestión de aprender a administrarlos con cuidado y en pequeñas cantidades, tanto para no agotarlos como para no aplicar una dosis mortal por accidente. Todo eso sin saber que todo apenas estaba comenzando y que el dolor que sentí ni siquiera se asimila al que sentí tiempo después.

Me preparé por el tiempo que yo creí suficiente, teniendo el pensamiento iluso de que me pondría de pie frente a ella, la enfrentaría y saldría al escenario aceptando la crudeza de nuestra realidad. Lo que no me esperé fue que ella me desarmaría desde el primer segundo en que nuestros ojos se encontraron.

Un malestar extraño tomó posesión de mi cuerpo; lo nombré desamor, porque me habría hecho sentir feliz antes de que todo se hundiese en la mierda. Tomé valor, le mantuve la mirada y hablé, tratando de parecer decidida. Me observó de aquella manera que parecía inquirir dentro de mis ojos hasta llegar a mi cerebro para tratar de entenderme. Abrió la boca para advertirme por el fuego que había en mis palabras, uno que estaba dispuesto a quemarlo todo a nuestro alrededor si era necesario.

Pero sus palabras extinguieron el incendio con rapidez. Se encargó de recordarme que nos encontrábamos en una situación que a ella tampoco le gustaba, pero, al mismo tiempo, no había muchas otras alternativas.

Recuerdo reír para no romper en sollozos como una idiota, reír siempre era mi salida fácil antes de romperme. No sé si Sam iba a responder o no, pues el llamado del staff para salir al escenario terminó siendo demasiado oportuno para las dos.

Extended Play - GAP The SeriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora