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A pocos segundos de la declaración más grande de mi vida lo que me empieza a hacer falta hasta la desesperación son las manos de Sam, las mejillas por las que pasaba el dorso de mi mano cuando la veía triste, sus labios que besé tantas veces cuando estábamos juntas, su piel ligeramente bronceada por el sol. Su singularidad. Su modo de reír, de caminar, de vestirse. Su olor. Una idea absurda me persigue entonces; jamás el mundo producirá otra Sam.

Las personas que me conocen me han dicho que no debería cerrarme ante la posibilidad de volver a amar a alguien. Alguien que no sea Sam. Que definitivamente siempre habrá un amor que nos quede en la memoria y que ese amor vivirá siempre dentro de nosotros, aunque no termine como nos hubiera gustado. Que me consuele con los recuerdos felices que vivimos juntas, que los abrace cuando me haga falta y siga con mi vida.

¿Pero cómo puedo amar a otra persona cuando todo lo que sé sobre el amor lo aprendí gracias a ti?

¿Qué intentas decir con eso, Mon? — Sunny pregunta una vez que se da cuenta de mi silencio. De la ausencia de cualquier tipo de sonido en general, pues no solo yo me he quedado callada; el público que teníamos frente a nosotros también.

No es algo que me sorprenda porque siempre supe que la gran confesión haría que todos se sintieran sorprendidos. Durante nuestro momento de gloria nos convertimos en los ídolos de muchas personas que, a partir de ahora, empezarían a vernos diferente.

Es lo que a mí siempre me molestó de haberme enamorado de ti, pues cuando la gente se enteraba, dejaba de lado todo lo que éramos para concentrarse únicamente en ese hecho. Porque, si bien la homofobia ha estado disminuyendo con el pasar de los años, sigue siendo uno de los temas más delicados a tratar en el continente asiático.

El que yo me hubiese enamorado de ti y no en cualquier otra celebridad masculina lo hacía todo tan importante. De pronto dejaba de ser Kornkamon, antigua vocalista del grupo más exitoso de la historia, y me convertía en una más de las millones de personas que eran rechazadas en la sociedad por el simple hecho de amar.

¿Estás dando a entender que tú y Sam tuvieron una relación? — Pregunta nuevamente, casi forzándome a salir de mi trance.

Sí, la tuvimos.

Mi voz se escuchó temblorosa. Sunny me miró con asombro, incapaz de creer que en serio acababa de confesar algo tan importante en su programa. Por mi parte me paralicé, creo que todo en ese momento se detuvo y dejé de pensar. Él tomó un poco de aire antes de hablar, la preocupación en su rostro era indudable.

Y no sé si era parte del miedo que me invadió en ese momento, pero sentí que empezaron a señalar, algunos susurraban cosas, las risas no faltaron y mucho menos las miradas incómodas. Vivir en Tailandia era lidiar con el hecho de que aún no estaban bien vistas las relaciones entre personas del mismo sexo. Sé perfectamente que esto era todo lo que tenía que esperar una vez que hablara, sin embargo, además de burla, decepción y rechazo, también me encontré con la comprensión y el orgullo.

Entonces entendí que yo ya no tenía nada que temer. Todo esto lo hacía con el propósito de recuperar a mi más grande amor, así que estaba dispuesta a enfrentarme con todo lo que se me pusiera enfrente. Además, al ser una persona con influencia en la sociedad, inspiraría a más personas a hacer lo mismo.

Estaba dispuesta a ser una portavoz, un hombro en el que apoyarse y una amiga con quien llorar. Recordé todos esos momentos en los que las personas que nos controlaban nos limitaron por el simple hecho de amar y me enfurecí.

No quería que nadie más tuviera que pasar por eso porque no debía existir ninguna restricción en el amor.

Bueno, creo que hablo por todos en este estudio al decir que esta información es totalmente inesperada.

Extended Play - GAP The SeriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora