Extended Play - GAP The Series

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«Siempre me gustó jugar con fuego»  fue uno de los versos más importantes de toda mi carrera. Si bien el 90% de las canciones de Diversity fueron escritas por ti, sentí una gran atracción por componer desde que empecé a observarte más de lo necesario.

Y es que nunca me cansaré de decir que eras la viva representación del fuego porque no tengo una manera más sencilla de describirte. No importaba la situación en la que nos encontráramos; tu presencia siempre me hacía sentir como si estuviera en llamas.

Sam siempre fue consciente de sus encantos y aprovechaba cada momento para utilizarlos a su favor. Era seductora y salvaje en el escenario, causando un gran furor y alimentando las fantasías más oscuras del público que nos acompañaba durante cada presentación.

Recuerdo que, durante nuestros inicios, muchas disqueras estuvieron escépticas con el concepto de la banda. Diversity buscaba romper las barreras y dejar de lado las tendencias conservadoras de Tailandia durante esos años. Es por esa razón que Sam, al igual que Jim y Kade, eran tan liberales y desinteresadas con la opinión que las personas llegasen a tener sobre ellas.

Nunca se reprimieron en ese aspecto, fueron fieles a su esencia a pesar de las fuertes críticas que recibimos al inicio, sin esperar que eso sería lo que nos llevaría a la cima con el paso del tiempo y cerrándole la boca a todos aquellos que nos negaron la oportunidad por el simple hecho de querer mantener el estúpido estigma social.

Yo, por otro lado, fui un poco tímida durante los primeros meses que estuve en Diversity. No porque me sintiera insegura o incómoda con mi aspecto físico, simplemente me costaba un poco más jugar con mi corporalidad y demostrar brutalidad sobre el escenario al igual que las demás. Tampoco me había acostumbrado del todo a la circunstancia en la que me encontraba, pues el hecho de pertenecer a una banda de rock seguía siendo un terreno inexplorado para mí.

Y creo que no me ayudaba el hecho de que estuviera casi todo el tiempo distraída viendo cómo te movías y te le insinuabas al público mientras tocabas la guitarra como si fuera la actividad más sencilla del mundo. Muchas veces los demás dijeron que debía aprender de ti, ver tu expresión corporal e interpretarla a mi manera, pero generalmente olvidaba que te observaba por esa razón.

La verdad es que a veces me sentía abrumada por el calor que llegaba a mi cuerpo cada vez que te veía al cantar. Eras tan cautivadora que, si te miraba más de la cuenta, seguramente me olvidaría de tus letras que eran casi tan tentadoras como tú.

Todo eso era nuevo para alguien como yo que nunca sintió tanta atracción hacia ninguna otra persona, así que no supe interpretarlo de inmediato. Mi gusto por ti fue disfrazado por admiración y no lo vi como algo malo hasta que empecé a sentirme incómoda por la cantidad de personas que se acercaban a ti después de cada show.

— No es justo — dijo Kirk después de darle un gran sorbo a su cerveza. De todos los integrantes de la banda él era quien más se quejaba por la cantidad de fans que tenías. Probablemente porque, al ser principalmente un grupo femenino, eran más hombres los que venían a escucharnos y no tenía muchas oportunidades de coquetear con alguien. Y las mujeres también te preferían a ti —. Sam se manosea con una persona diferente después de cada show y yo no me he acostado con nadie en meses.

Hablar sobre su vida sexual era bastante recurrente entre ellos. Eran mayores y más liberales que cualquier otra persona que hubiera conocido, así que tenía sentido que no existiera ningún tipo de vergüenza al momento de hablar sobre esos temas. Y como yo era joven e inexperta en el aspecto sexual, mis participaciones en ese tipo de conversaciones eran muy limitadas.

Las cosas que sabía sobre el sexo las había aprendido escuchándolos y viendo a Sam líandose con completos desconocidos en los rincones de los bares. Ahora entendía que la mayoría de las veces esas situaciones no eran tan mágicas y románticas como se veía en las películas, pues en algunas ocasiones la gente se enrollaba solo porque sí.