Estaba trabajando en el escritorio cuando Juliana se pasó por mi oficina para hacerme una visita.
Entró en mi despacho y se dejó caer en la silla que había frente a mi mesa. Fue directa al motivo de su visita y empezó a hablar de negocios.
Oficialmente no compartíamos la propiedad de ninguna de nuestras
empresas, pero aun así trabajábamos juntas para conseguir que nuestros activos tuvieran el mayor éxito posible. Si íbamos a combinar nuestras propiedades, queríamos aportar todo lo que pudiéramos.Juliana deslizaba el dedo por la pantalla del móvil mientras me iba recitando una serie de números con rapidez.
Grabé lo que me dijo y luego nos pusimos a hablar de Stratosphere. Al principio habíamos tardado en ponerla en marcha, pero María José y yo habíamos empezado a ver resultados de inmediato.
Bruce Carol era arrogante y había pensado que podría ir tirando sin
ningún esfuerzo, haciendo el mínimo indispensable. Aquella había sido su perdición, junto con su rotunda estupidez.―Bueno, ¿tú qué novedades tienes? ―En cuanto nos quitamos de en medio los temas de trabajo, Juliana se puso cómoda y me contempló con
sus ojos profundos. Inclinó ligeramente la cabeza, despojada ya de su aura de implacabilidad cuando
estábamos las dos solas.―Ninguna.
―¿Ninguna? ―preguntó con incredulidad―. ¿Ni una sola cosa?
―Bueno… Tengo una alfombra nueva en el salón.
―Para ser la mujer más rica del mundo, habría esperado que tuvieras una vida más interesante.
Esa había sido exactamente mi impresión hasta que me había visto atrapada en aquella complicada situación con María José. Nunca me
había costado poner fin a mis anteriores acuerdos. El sexo era increíble, pero para cuando el acuerdo llegaba a su fin yo ya estaba
preparada para pasar página. Si algún persona había querido seguir
adelante, en ningún momento había expresado sus deseos, probablemente porque todos sabían que diría que no.Pero ahora mi futuro se presentaba turbio. Había estado perfectamente planificado hacía unas semanas, pero ahora estaba sin rumbo.
Era difícil llevar una vida interesante cuando estaba atascada en aquel bache del camino. Podía quedarme con Juliana y echar de menos a María José. O podía escoger a María José y ser feliz, pero luego arrepentirme de ello más adelante.
Juliana era la persona a la que recurría cuando necesitaba consejos, pero en esta ocasión no podía hacerlo.
Juliana seguía mirándome fijamente con ojos fríos y penetrantes.Tenía un modo particular de examinarme, contemplándome como
si pudiera ver a través de mí. Tenía algo que ver con la forma en que echaba las cejas hacia delante.―Calle, tengo la sensación de que hay algo que no me estás contando. Sé
que no es muy probable porque me lo cuentas todo… pero desde luego esa es la impresión que da.Pues sí, podía ver a través de mí.
―¿De qué se trata? ―insistió―. Estás hablando conmigo, no lo olvides.
―Bueno… Es que todo esto de Garzón es complicado.
―¿A qué te refieres?
―Le he contado que nos vamos a comprometer dentro de poco… y me ha dicho que no lo haga. Me ha pedido que me quede con ella.
La expresión de Juliana no cambió, melancólica y fría como siempre. Normalmente sus pensamientos eran transparentes y sus expresiones tan fáciles de leer como un libro abierto. Me abría su alma porque no tenía
nada que ocultar después de todo lo que habíamos pasado juntas.
ESTÁS LEYENDO
Las Jefas- (Adaptación Cache) Terminada.
FanfictionTodos los derechos a su autor, esto es solo una adaptación. No estaba acostumbrada a oír la palabra «no». No estaba acostumbrada a tener una contrincante que tuviera la misma seguridad que yo, la misma inteligencia. No estaba acostumbrada a que otra...