71- Poche

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Tenía un plan para que Calle y Juliana hicieran las paces, pero sabía que Calle no querría tomar parte en él.

De hecho, se enojaría.

Pero yo quería que fuese feliz, que ambas formáramos parte de su vida. Las tragedias eran lo único que unía a la gente y aquello era lo único que lograría que a Juliana se le pasase el
enfado y acudiese corriendo.

Todavía seguía dándole vueltas cuando la voz de Natalie surgió
del intercomunicador.

―Tengo al señor Juan Carlos Garzón al teléfono. ―Aquella vez no temblaba de miedo, lo cual era buena señal.

―Te dije que no cogieras más sus llamadas. ―No quería tener nada que ver con mi padre. El único motivo por el que me llamaba era para amenazarme con filtrar las fotos. Sabía que Calle y yo le habíamos ganado por la mano al poner fin a su
relación con Juliana y no estaba nada contento de que hubiera sido más lista que él... otra vez.

―Ha insistido mucho.

―Me da igual.

―Y me ha dicho que si no le paso se limitaría a presentarse aquí...

Una llamada de teléfono era sin duda preferible a una visita en persona.

―La cogeré.

―Línea uno.

Tomé el auricular y estampé el dedo en el botón.

―¿Qué? ―No pensaba seguir siendo diplomática, en cambio gritaría y sería un maleducada. Mi padre llevaba acosándome demasiado tiempo y ya no iba a seguir soportándolo. Calle y yo estábamos juntas y ahora ya no tenía nada con lo que manipularme―. ¿Qué quieres?

Mi padre no se dejó provocar por mi enfado.

―¿Estás teniendo un mal día?

Arqueé las cejas ante su actitud relajada.

―Estaba siendo fantástico hasta que has llamado tú.

―Siento haberte aguado la tarde. Seré breve.

―Sí, por favor.

―No voy a enviar las fotos en las que salen tú y Calle.

Lo había escuchado, pero esperé a que continuara. Con él siempre había una continuación, algún tipo de trampa.

―¿A cambio de que haga qué?

―No hace falta que hagas nada, María José. Sólo te estoy informando de que no voy a usar esas fotos en tu contra.

Entonces se intensificó mi suspicacia.

―¿Por qué no?

Mi padre hizo una larga pausa.

―Porque no quiero.

―No lo entiendo. ―Lo único que le importaba a mi padre era sabotearme... ¿y ahora no quería hacerlo?

―Las he destruido. Las tenía en un disco duro que te acabo de enviar por correo. Las copias físicas han sido trituradas. Sólo pensé que saberlo te tranquilizaría.

Normalmente así sería, pero en lo referente al psicótico de mi padre, sólo me ponía más nerviosa.

―No me tranquiliza para nada. ¿Esperas que me crea que estás pidiendo una tregua, cuando todo lo que has hecho ha sido sabotearme la vida?

Mi padre se quedó callado.

―Perdona que me muestre un poco recelosa.

Siguió en silencio.

Las Jefas- (Adaptación Cache) Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora