72-Calle

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La madre de Juliana volvió a llamarme.

No había llegado a escuchar su mensaje de voz, así que no tenía ni idea de lo que había dicho. Tenía que estar furiosa conmigo, hasta si en apariencia era Juliana la que me había dejado a mí. Evitar los conflictos no estaba en mi naturaleza porque yo siempre me enfrentaba a los problemas de frente. Aquello no era propio de mí para nada. Además,
respetaba a Liv porque había sido como una madre para mí; no quería cortar mi relación con ella de aquella manera, sin darle una explicación que sin duda se merecía.

Sin saber qué esperar, contesté.

―Hola, Liv.

―¿Calle? ―Su voz sonaba extremadamente emotiva. No estaba llorando, pero era evidente que estaba alterada―. Te llamé hace una semana.

―Siento no haberte llamado. ―No puse ninguna excusa por haberla evitado. Era obvio que estaba intentando no hablar con ella, y eso lo sabíamos ambas.

―No entiendo qué es lo que está pasando. La última vez que las vi todo parecía ir estupendamente. Y entonces escucho en las noticias la historia de que Juliana te ha dejado
por una fulana cualquiera… No entiendo nada.

―¿Has hablado con Juliana?

―No me coge el teléfono.

Sabía que estaba evitándola porque no quería escuchar la decepción en su voz. Desde luego era una niña de mamá, siempre lo había sido: era una de las razones por las que le quería. Pero aunque tratara bien a su madre, sabía ponerse firme si ella se pasaba de la raya. Se las había arreglado para reclamar su espacio de un modo respetuoso.

―Esto ha sido duro para ambas, ahora sólo necesita que le des un poco de espacio. Te llamará cuando esté preparada para hablar.

―Ayúdame a entenderla, Calle. ¿Por qué iba a hacerte mi hija una cosa así?

Cerré la mano sobre el reposabrazos de mi silla y sentí una gigantesca oleada de culpabilidad. Todo aquello era culpa mía… Liv pensaba que su hija era una idiota infiel, algo que no podía ser menos cierto. ¿Cómo podía permitir que siguiera pensando aquello?

―Es un poco más complicado que eso. Sé que Juliana parece la mala de esta película, pero no lo es.

―Pues desde luego lo parece. Y yo he educado mejor a mi hija.

Otro bofetón de culpabilidad.

―Liv, has educado a la mejor hija del mundo.

―¿Cómo puedes hablar tan bien de ella después de que te dejara tirada de esa manera?

Quería contarle la verdad, pero sabía que a Juliana aquello no le gustaría.

―Hemos tenido más problemas de los que se aprecian a simple vista. No juzgues a Juliana por lo sucedido, porque yo soy la responsable de gran parte de las dificultades. No quiero
que pienses mal de ella, porque no se lo merece.

―Pero tú eres como una hija para mí, Calle…

No había esperado que las lágrimas afloraran a mis ojos con tanta rapidez. Sentía debilidad por aquella familia, siempre había sido así. Me hicieron sentirme bienvenida cuando estaba sola en el mundo. Habían convertido cada festividad en una ocasión
especial. Me habían aceptado como miembro de su familia desde el momento en que me conocieron.

―Tú has sido como una madre para mí, Liv. Pero, por favor, concede a Juliana el beneficio de la duda. La quiero muchísimo. Siempre lo he hecho y siempre lo haré.

* * *

Estuve debatiéndome con mi decisión todo el día. Decidía una cosa y luego la
contraria, me armaba de valor y a continuación me acobardaba. Quería llamar a Juliana, pero sospechaba que no me contestaría. Me rechazaría, como había prometido que iba a
hacer.

Las Jefas- (Adaptación Cache) Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora