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they tell you while you're young
"girls, go out and have your fun"
then they hunt and slay the one actually do it
—nothing new, red

Sienna Westbridge

No pasó mucho tiempo luego de mi conversación con James y Selene cuando tuve que darle la razón respecto a lo que decían de ella luego presenciar una de sus famosas peleas, a las que, debo admitir, los rumores no le hacían justicia.

Sam y yo caminábamos por el patio trasero en uno de los recesos mientras hablábamos acerca del surgimiento de la música pop (hecho que a ella le desagrada profundamente), cuando una chica que iba delante de nosotras comenzó decir cosas muy groseras sobre Christopher que prefiero no repetir, y, en cosa de segundos, Sam la tumbó de un golpe.

Yo me había quedado paralizada del asombro y no fui capaz de volver en mí hasta que vi a Sam jalando el cabello a la chica cuando esta intentó salir corriendo, percatandose también que yacíamos rodeadas de una multitud de estudiantes que veían la pelea y gritaban cosas que no alcanza a entender.

Me llevé las manos a las orejas para poder tapar un poco el ruido y me encogí en mi misma al sentir los empujones de la gente.

No sabía dónde ni cómo Sam había aprendido a pelear, pero se notaba que tenía experiencia, porque había tirado a la chica al piso con bastante facilidad y, aunque ella intentó defenderse, Sam le inmovilizó de prisa, tomándola por las muñecas y poniendo un brazo a cada lado, todo para después subirsele encima y aplastarle los codos con las rodillas.

Aparte la vista de la escena cuando vi que comenzó a salir sangre de algún lado después de que Sam le pegara un puñetazo en la cara, que de seguro iba a dejar una marca notoria, y me encontré con James, Augustine y Christopher, quienes miraban la pelea a mi lado.

—¡Haz algo! —escuché que Augustine le decía a Christopher —. ¡Dile que se detenga!

—No es mi problema —respondió él, y se dio media vuelta, marchándose.

Augustine soltó un bufido y James suspiró.

Pronto vi a mi hermano meterse en medio del círculo y tomar a Sam de los brazos para que dejara de golpear a la otra chica, y luego la tiró hacia atrás, pero tuvo que agarrarla de la cintura al instante para que no se lanzara contra ella otra vez.

—¡Corre, cobarde, corre, te voy a encontrar igual! —le gritó Sam a la chica, quien había salido huyendo entre la multitud apenas pudo —. ¡Y tú ya suéltame!

—Por amor a Dios, solo quédate quieta —murmuró James.

—Me tienes que estar jodiendo, ¿eres tú, Westbridge?

—¿Qué está pasando?

James soltó a Sam cuando el director y los consejeros escolares aparecieron y ella cayó al piso. Yo me acerqué para ayudarla, pero no fue necesario, porque se puso de pie sola. Ahí la pude ver mejor; había salido mucho más ilesa que su contrincante, pero de todas maneras tenía un poco de sangre en la nariz y un rasguño en el pómulo derecho.

—¿Qué pasó? —preguntó el director.

Sam iba a responder, pero la otra chica, quien venía escoltada de una maestra que había impedido que se escabullera entre los demás alumnos que estaban siendo guiados a sus salones, habló antes.

—¡Yo solo iba caminando y ella me golpeó!

—¡Mentirosa! —se defendió Sam —. ¡Estabas hablando mal de mi hermano, lo estabas calumniando, yo te escuche!

El diario de Sienna Westbridge Donde viven las historias. Descúbrelo ahora