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tall, dark and beautiful,
he's complicated, he's irrational
—superman, speak now



Sienna Westbridge 

La semana entrante, Sam no fue a clases ni el lunes, ni el martes.

Supuse que, tal como Christopher le había advertido, había terminado pillando un resfriado y se había enfermado, porque ni ella ni Chris faltaban a clases normalmente. Esperaba que si ese fuese el caso, se estuviera recuperando, guardando reposo quieta en su cama (cosa que veo muy difícil), y que no se atrase tanto con las clases, aunque dudaba que eso le importara mucho.

A Sam le traía sin cuidado si reprobaba un examen, si perdía una clase, si la mandaban a detención o incluso si la expulsan. Para ella, la escuela no definía nada, porque no te enseñaban nada que te sirviera en la verdadera vida real. Además, ella sabía que jamás terminaría trabajando tras un escritorio, por lo que, según ella, nada de eso le servía mucho.

Admiraba esa capacidad de libertad que tenía Sam. Yo jamás podría ser así de segura, aunque estuviera convencida de lo mismo, cosa que no es el caso.

Volviendo al tema, creo que me había acostumbrado mucho a estar con Sam, porque extrañé mucho sus abrazos, sus escenas dramáticas y sus episodios de frustración en la clase de física y matemática. Y debo confesar que la clase de deportes se volvió un infierno total sin ella, y considerando que soy asmática y que tengo peor coordinación motriz que un niño recién nacido, era mucho, mucho decir.

Al menos tener tiempo a solas me sirvió para poner en orden mis ideas y pensar un poco en todo el tema de Christopher, que no dejaba de dar vueltas por mi cabeza.

Christopher era diferente a los otros temas de interés que alguna vez había tenido, porque todas las veces en las que me había interesado por algo antes eran películas, el espacio exterior o algún actor al que jamás conocería. Christopher no era nada de eso, era una persona, era un chico que iba en mi escuela, alguien común y corriente, con él no podía simplemente con ir a la biblioteca y pedir libros para saber todo lo que quisiera al respecto, y eso solo conseguía que me ensimismara mas en querer obtener respuestas pronto.

Lo peor de todo era que yo casi no sabía nada de él, y lo que sabía había llegado a mis oídos de lugares de dudosa procedencia. En el baño de chicas, por ejemplo, describían a Christopher como uno de esos chicos de las películas de romance, un galán de ensueño que se comporta muy mal, pero que lo perdonan de todas formas solo porque es el protagonista. Decían que detestaba las relaciones serias, que debían ser muy afortunadas si conseguían que las invitara a una cita formal y que era muy bueno haciendo... ciertas cosas.

Selene, James y sus amigos de último año (liderados por Inez Ibbot), pintaban a Christopher más bien como una especie de delincuente juvenil que no tenía vergüenza de nada. Era una mezcla muy extraña entre James Dean y alguno de los chicos de The Outsiders. Rumoreaban que estaba en una pandilla, a pesar de que habían pasado de moda hace décadas, y que corría carreras ilegales de autos a las afueras de las ciudad, incluso lo más osados decían que era asesino a sueldo.

Sam, por su lado, decía que era 'una patada en el trasero' y que compadeciera mucho a la mujer que alguna vez llegara a ser su cuñada, pero que era un buen hermano y un buen tipo fuera de eso, y, por lo que yo misma había podido ver de su relación, parecía ser verdad. Christopher cuidaba mucho a Sam, a su forma, pero lo hacía.

Yo personalmente me había dado cuenta de que no parecía estar muy contento con la vida, ni parecía disfrutar mucho nada en particular, aunque le gustaba mucho su auto y lo presumía cada que tenía oportunidad. Sabía que no vivía con su madre, trabajaba en el taller mecánico del centro, fumaba mucho (enserio mucho), le gustaba el rock, estaba a la moda y era bastante guapo según los cánones de belleza de esos años.

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