don't call kid, don't call me baby, look at this idiot fool that you made me
you taught me a secret language I can't speak with anyone else
and you know damn well, for you, I would ruin myself a million little times
—illicit affairs, folkloreSienna Westbridge
Algunos años atrás, Albert Einstein dijo que el tiempo era relativo, que este podía ser percibido de diferente forma dependiendo del lugar en el que estés. Yo sentía que el tiempo se movía cada vez más lento desde que había visto aquella escena en la casa de los Taylor, y que me había quedado atrapada en un bucle luego de intentar hablar con Christopher.
Llegó un punto en donde me sentí tan colapsada por la situación que se me hizo imposible siquiera intentar ocultar que algo no estaba bien. Leon lo notó y me obligó a confesar. Yo quise decirle la verdad; Leon era mayor, había estudiado en Oxford y le gustaba dárselas de psicólogo, él debía tener la respuesta, debía haberme dicho que hacer, como poder ayudarlos, pero luego pensé en Sam y en Chris, pensé en todo lo que pasaría si yo habría la boca, en cómo podría empeorar aún más la situación, porque si, Leon era mayor, pero eso no le daba ningún poder. Él tampoco podía hacer algo por ellos. Nadie podía.
Al final, sabiendo que no iba a dejarme ir sin que le diera una respuesta, le dije que el chico con el que estaba saliendo y yo habíamos terminado y dejó de molestarme, pero era una excusa tan ridícula que hasta me dio pesar mentir de esa forma.
Eso no era simplemente una ruptura, suponiendo que podía llamarla así. No me hubiera dolido tanto si ese hubiera sido el caso. Yo no me sentía mal solo porque ya no estaba cerca de Christopher, tampoco me sentía mal por las cosas que dijo, me sentía mal porque él estaba sufriendo y no podía hacer nada, y era una tortura por la que pasaba todos los días.
Por las mañanas, cuando llegaba a la escuela y lo miraba, todo volvía a mi mente con tanta nitidez como si lo viviera de nuevo, como si fuera un agujero negro del yo, ni nadie no podía escapar, llevándose todo a su paso, sin dejar rastros; la luz, la energía, la vida.
Y por la noche me quedaba despierta hasta muy entrada la madrugada, recordando a mi propio padre y a la infancia que compartí con mis hermanos, pensando en que, sin importar cómo se hubiera tornado luego la historia, mi padre siempre cumplió muy bien su papel, como nos abrazaba al llegar del trabajo, como nos enseñó a andar en bicicleta, como elogiaba hasta nuestros más mínimos logros, como le enseño a afeitarse a James o cómo consoló a Selene la primera vez que le rompieron el corazón... Y luego aparecía el señor Taylor, sus botellas de whisky y su obsesión con aparentar ser perfecto, el resentimiento que le guardaba a su esposa y como desechaba la ira de sus errores en sus hijos, marcándoles la piel como si les pusiera un metal caliente.
Comenzaba a llorar cuando pensaba en Christopher siendo niño, igual como se veía en esa foto que estaba en su auto. Inocente y con miedo, bajo las garras de un monstruo, sin saber donde esconderse, sin saber a quién más acudir. Pensaba en cómo tuvo que crecer demasiado rápido, en cómo tuvo que renunciar a todo a lo que alguna vez soñó, si es que tuvo la oportunidad de hacerlo alguna vez. Recordaba todas las veces que lo había mirado a los ojos y su mirada me había parecido tan triste. Recordaba todas las veces que tache su indiferencia como arrogancia. Recordaba todos los rumores que escuchaba sobre él cuando llegaba un lunes con la cara morada.
Había perdido la cuenta de las veces en las que había intentado hablar con él luego de nuestra discusión, pero no importara cuanto lo buscara y tratara hacer que me escuchara, seguía evitandome a toda costa.
Intenté conseguir la ayuda de Sam, pero ella se rehusaba a hablar de eso también, y solo me murmuraba que no le insistiera a Chris con eso si no quería arrepentirme luego. Dijo que él no era la clase de persona que hablara de esas cosas, que no iba a conseguir nada presionando. Yo solo pude preguntarme si él realmente no era la clase de persona que no hablaba de eso, o si solo no había tenido la oportunidad de hacerlo.
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El diario de Sienna Westbridge
RomanceSer una chica en los 80's no era algo fácil, pero serlo en una ciudad nueva, teniendo trastorno del espectro autista y siete hermanos sobre protectores lo eran aún menos. Sienna Westbridge prefería la tranquilidad de su cuarto y quería permanecer e...