21

79 12 10
                                    

I pull at every thread, trying to solve the puzzles in his head
live my life scared to death, he'll decide to leave instead
—forever winter, red

Sienna Westbridge

El atardecer dorado que adornaba el cielo tras el montón de casas que conformaban el vecindario, junto a la risa de los niños que jugaban a unos metros de nosotras, creaba un contraste que a mí me daba dolor de estómago. Ese era un barrio tan acogedor, tan tranquilo, tan familiar... y, sin embargo, la casa a mis espaldas, con su jardín perfecto y el bien cuidado Mercedes estacionado a un lado, parecía estar terriblemente embrujada.

Sam y yo estábamos en la calle, justo frente a su casa, sentadas en el borde de la acera. Nos habíamos quedado en silencio luego de que ella hubiera terminado de contarme todo lo que había pasado su familia. Yo no sabía que decir, ni siquiera era capaz de procesar lo que estaba pasando. Me sentía como si hubiera estado viviendo mucho tiempo dentro de un sueño y que, de pronto y sin esperarlo, despertara en un mundo diferente y muy oscuro.

Yo sabía que lo que Sam me había contado era un realidad para muchas familias alrededor del mundo, pero para mí, alguien que había crecido, tal como ella dijo, como en un cuento de hadas, esa era la clase de cosas que, en el fondo, piensas que no pasa, que es una de esas cosas de las que te cuentan, pero que jamás presencias, es algo que crees que nunca tendrás que ver demasiado cerca. 

Sam era mi mejor amiga. Chris era el chico del que yo estaba enamorada. Esa realidad que toda la vida me había parecido tan lejana que hasta podía serle indiferente, estaba justo a mi lado y se sentía tan personal como si yo hubiera pasado por eso también.

Me daban ganas de vomitar. No podía entenderlo. Quería llorar. Una pequeña y muy interna parte de mi incluso deseo nunca haberlo sabido.

—Es raro contar todo esto, ¿sabes? —me dijo —. Ni siquiera con Chris hablo al respecto.

Miré a Sam, ella iba ya por el quinto cigarrillo. Pensé en decirle algo, pero no sabía que.

—No puedo imaginar cómo empezó todo —continuó—. Me cuesta creer que alguna vez se hayan amado de verdad como Chris solía contarme cuando éramos niños.

Sam soltó una risa y el humo salía entre sus labios, pero yo no supe que le causaba gracia.

—Creo que jamás me había detenido a pensarlo, en realidad —dijo —. Toda mi vida he visto a papá vestido de traje, oliendo a perfume caro y yendo a la oficina en su Mercedes. Se me hace imposible imaginarlo de joven como un hippie de los 60's, yendo a protestas y vistiéndose como un Beatle.

Para mí también era imposible imaginarlo, tanto como a un joven hippie como al padre amoroso que se supone que fue en un principio.

—Ella no cambió tanto, hasta donde yo sé, al menos —prosiguió, y su expresión se volvió un poco más sombría —. Hasta el momento en el que se fue, siempre actúo igual. Se la pasaba repitiendo cosas sobre el amor y la paz y el medioambiente, cantando y bailando, vistiéndose con sus vestidos de flores... Si veo las cosas como están ahora, es irreal pensar que mi padre anduvo con una mujer como ella, para luego terminar casándose con...

—¿La abuela de Barbie?

Sam soltó una risa, fue pequeña y casi inaudible, pero me reconforto mucho oírla.

—Supongo que por más que no me guste admitirlo, Karen es realmente el tipo de mujer que mi padre necesita. Al menos ella entendía muy bien que la mayor preocupación de papá fuera el dinero, o sea, por algo le habrá puesto una demanda millonaria a su ex esposo —dijo luego de tomar aire —. Quiero decir, a papá nunca le gusto vivir en la miseria, mucho menos después de que Chris y yo naciéramos. Sé que es difícil de creer, pero... papá siempre quiso lo mejor para nosotros. Estuvo dispuesto a dejar su felicidad de lado con tal de conseguir un trabajo que de verdad pagará para darnos lo mejor. Ella... mi madre, no estaba dispuesta a sacrificar eso, y tampoco entendía que papá quisiera hacerlo. Ella creía que vivir con libertad y pasión iba a ser suficiente.

El diario de Sienna Westbridge Donde viven las historias. Descúbrelo ahora