Capítulo 12

3.6K 281 29
                                    

Charles sigue mis indicaciones para llegar a casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Charles sigue mis indicaciones para llegar a casa. Mi ritmo cardíaco comienza a aumentar, Charles se quedará con nosotros. Le dije que no había problema, pero ahora mismo me preocupa la reacción de mamá.

La lluvia cae con más fuerza, miro por la ventana cuando Charles frena el auto en el portón.

—No bajes —me frena cuando estoy por abrir la puerta—. No quiero que te mojes.

—Alguien tiene que abrir, ¿no? —le digo  con burla pero para él no es gracioso.

—Puedo hacerlo yo.

No estoy segura que pueda, tiene una técnica un poco complicada para abrir.

»Solo dime como se hace y lo haré.

Con un poco de desconfianza dejo que él abra el portón, lucha un poco y estoy a nada de bajarme para hacerlo yo, sin embargo se las apaña y logra abrirlo.

—Pude —me dice con orgullo.

—Vas a tener que cambiarte —señalo su ropa empapada—. No me gustaría que te enfermes.

—Mientras te tenga a ti como enfermera no me importa resfriarme.

Sonrío mientras niego con la cabeza.

Charles sacude su pelo, unas gotas tocan apenas mi cara. Pone en marcha el auto e ingresamos, se detiene para volver a salir y cerrar el portón. El caminito hasta la casa no es largo, Charles inspecciona el lugar y se queda asombrado por lo grande que es.

Estaciona cerca del porche, espero a que tome su mochila para salir del auto. Veo a Jack espiar por la ventana, cuando siente mi mirada corre la cortina con rapidez.

—¿Listo?

—La pregunta acá es: ¿Vos estás lista?

Meneo la cabeza dubitativa haciendo que él suelto una pequeña risa.

—¿Te arrepientes? —pregunta burlesco—. Debiste pensarlo bien antes de invitarme.

—Cierra la boca, Leclerc.

—Encantado de que me la cierres.

Siento el calor recorrer mis cachetes y otra vez la risa de él se escucha detrás de mí, abro la puerta antes de que suelte algo más y no pueda disimular ante mi mamá y hermano.

No hay nadie en la sala, el ambiente cálido nos recibe con los brazos abiertos. Mamá había prendido el hogar.

—Puedes dejar la mochila sobre el sofá —le indico.

—¿Gemma? —la voz de mamá suena desde la cocina—. ¿Ya llegaste?

—Sí —me quito el abrigo y lo cuelgo en el perchero.

Los pasos de ella y de Jack se escuchan por el pasillo, están cerca.

¿Debería decirle que vine con compañía o simplemente dejar que lo vea por ella misma?

Heaven || Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora