Capítulo 13

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A la mañana siguiente, Charles me está esperando junto a mi madre y mi hermano para desayunar, al parecer el día no piensa mejorar

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A la mañana siguiente, Charles me está esperando junto a mi madre y mi hermano para desayunar, al parecer el día no piensa mejorar.

Me habría quedado en la cama de no ser porque Charles se encuentra en casa. Mamá dijo que Toto llamó anoche, por suerte Jack ya se encontraba durmiendo pero hoy llamaría más temprano para poder hablar con nosotros.

Mi hermano volvió a tener una conversación con el piloto, era una conversación entre ellos dos que no nos daba lugar a que mamá y yo metieramos palabra alguna, no estábamos invitadas a participar.

Después del desayuno, mamá llevó a Jack al colegio. El monegasco le prometió a mi hermanito que estaría cuando él regresara, y así pasar un rato antes de despedirce.

—¿Te vas? —pregunto cuando nos quedamos solos.

—Me llamaron antes de bajar —dice mientras me ayuda a ordenar un poco la casa—. Tengo que estar para mañana en la tarde, Carlos llegará en la mañana a Maranello.

Hago una mueca de disgusto, no quiero que se vaya. Ayer entendí que no lo quiero lejos de mi vida, Charles apareció de repente pero fue de una forma tan natural que al principio me asusto, sin embargo, entendí que las cosas se dieron así por una razón.

—Ven —me pide con los brazos abiertos.

Me dejo abrazar por él. 

Charles acaricia mi espalda y deja besos sobre mi cabeza.

—No quiero que te vayas —estoy siendo egoísta, él tiene responsabilidades.

—No quiero irme pero tengo que ver algunos detalles antes de la próxima carrera.

Suelto un bufido.

—Al menos nos veremos para el cierre de temporada.

Me separo para verlo porque se ha quedado en silencio por un rato. Me mira y pasa la mano por detrás de la nuca.

—Ehh, sí —deposita un beso en mi frente—. Nos veremos ahí pero estaremos en contacto todos los días.

—¿Te gustaría ir a ver una película conmigo en mi habitación?

Por los labios de Charles se asoma una sonrisa juguetona, esas que van cargadas con otras intenciones.

—¿En verdad miraremos la película o es una invitación para meterme en tu cuarto?

—No seas tonto —le doy un suave golpe en su hombro, haciendo que él se eche a reír—. ¿Quieres o no?

—Sí, principessa.

Subimos hasta la habitación, corro a mi cama que aún se encuentra destendida. Me saco las zapatillas y me tapo con el acolchado. Le hago un espacio para que se meta conmigo.

—¿Segura que es una invitación para ver una película?

—¡CHARLES! —se carcajea—. Estamos en casa de mis padres.

Heaven || Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora