Gemma es una chica que suele pasar desapercibida muchas veces por el paddock. Muy pocos son los que saben que es hija de Susie Wolff.
El año 2022 comienza a trabajar con los pilotos de F2 y F3, haciendo un buen trabajo como periodista y darle un po...
Este capítulo tendrá contenido +18. Leer bajo tu propia responsabilidad.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
24 de diciembre de 2022.
Un gemido escapa involuntariamente de mis labios. Me dejo llevar por las sensaciones que abarcan mi cuerpo. No es la primera vez que despierto de esta manera, con la cabeza de Charles entre mis piernas.
—Ah...
—Despertaste, principessa —su rostro se asoma entre las sábanas.
Está colorado y una gota de sudor cae por su frente.
—Cómo no estarlo —suelto mirándolo a los ojos.
Charles sube para quedar a mi altura. Mis labios chocan con los suyos de manera calmada y tierna, en un beso sin apuro. Me gusta ver que dentro de todo ese ser salvaje que es durante el sexo, él sigue siendo pura dulzura.
Sus labios caen a mi cuello y sus besos empiezan a ser desprolijos a como había sido hace unos instantes. Su boca sigue bajando hasta llegar a mis pechos, repitiendo lo mismo de anoche, dándole atención con su boca y con su mano.
—Charles —me quejo cuando siento como muerde levemente uno de mis pezones.
A modo respuesta, él deja un suave beso en la zona afectada para continuar deslizando sus labios sobre mi piel, sin poder dejar de suspirar cada vez que lo siento sobre mí.
Unos golpes suaves caen sobre la puerta de mi habitación. Mi cuerpo se pone rígido ante la persona que se encuentra golpeando a esta hora. Charles se detiene. No aparta su vista de mí a la vez que yo no puedo dejar de mirar la puerta.
Un dedo escurridizo hace presión en mi zona de abajo. Muerdo mis labios para contener otro gemido.
Estoy por decirle a Charles que no haga eso cuando otro golpe se hace presente.
—¿Gemma, hija?
¡ES PAPÁ!
» ¿Estás despierta?
El miedo empieza a recorrer mi cuerpo. No sabe nadie que Charles se queda en mi cuarto desde que llegamos, después de que él me lo preguntara. No pude decirle que no y es por eso que ahora estamos en esta situación.
Charles no hace otra cosa más que dejar un beso en la parte inferior de mi muslo y luego besar mi clitoris. Me contengo para no hacer ningún ruido, por lo general no suelo contenerme cuando estamos de esta forma, con Charles lamiendo mi intimidad pero ahora no puedo disfrutarlo por completo.
—¿Qué estás haciendo —susurro a la vez que lo tomo de los hombros para alejarlo.