Gemma es una chica que suele pasar desapercibida muchas veces por el paddock. Muy pocos son los que saben que es hija de Susie Wolff.
El año 2022 comienza a trabajar con los pilotos de F2 y F3, haciendo un buen trabajo como periodista y darle un po...
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No veo a Gemma después de verla partir de mi habitación. Andrea me regaño por haberme dormido tarde por culpa de la televisión, eso fue lo que le hice creer. Tengo la confianza suficiente con él para contarle todo, incluso fue uno de los primeros en saber que mi relación con Charlotte ya no daba para más.
Andrea no solo es mi preparador físico, es mi amigo de hace muchos años. Me vio crecer hasta convertirme en el hombre que soy ahora. No quería que él supiera de Gemma por el momento.
Ninguno de mis amigos, a excepción de Pierre y Carlos, saben que estuve con ella. Ni hablar de Arthur, me mataría y estoy casi seguro que le llevaría el chisme a Toto Wolff para poder unirse y acabar con mi vida de forma prematura.
La ronda de prensa da por finalizado, todo es igual que siempre. Las mismas preguntas una y otra vez. Me puedo ir al hotel cuando pueda ir a cambiarme. Camino al garaje de Ferrari para asegurarme que ya no necesitan de mi presencia, en el trayecto le escribo a Gemma por Instagram, ya me desbloqueo en mi cuenta principal. No tengo su número de celular, y lo poco que conseguí junto a ella, como haberla invitado a cenar, fue porque ambos coincidimos en el mismo lugar y no pude evitar usarlo a mi favor.
—Hey, Charles —giro un poco para ver a Pierre caminar con pasos apresurados—. ¿Cómo te fue ayer?
Los recuerdos de la noche golpean mi mente. Las sonrisas que me regaló durante la cena y después de eso. El momento en que la volví a besar, sus labios saben a fresa. Sus ojos azules conectando con los míos, sus gemidos, sus suspiros de placer, su cabello anaranjado esparcido por la almohada.
Había despertado con uno de los llamados de su amiga. Gemma estaba tan dormida que no había escuchado hasta dos tonos más. Las pecas de su cuerpo, todo ella era preciosa.
Sonrío porque me ha sido fácil quererla, porque ha logrado más de lo que yo esperaba.
—Ya atraparon a mi amigo nuevamente.
Vuelvo a la realidad cuando escucho las palabras y risa de Pierre.
—¿De qué hablas?
—De la chica misteriosa que te tiene hechizado.
Hechizado es poco.
—Por favor, Pierre —sigo caminando haciendo que él venga conmigo—. Deja de decir tonterías.
—La negación es el primer paso —Pierre no se cansa de insistir—. Yo me encontraba igual con Kika, no admitía que estaba loco por esa mujer. Un día desperté antes que ella, la admiré mientras dormia y fue ahí cuando acepte lo que sentía.
Francisca, su novia. Una chica divina, la conocí hace poco antes de terminar mi relación con Charlotte. No hubo mucho trato entre ambas chicas, y teniendo en cuenta que mi ahora ex novia tuvo que acompañarme por obligación porque tampoco tiene relación con Pierre, según mi amigo era ella quien mandaba en la relación, y también la que interfería en los planes que el francés tenía para hacer conmigo.
