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El azabache no dejaba de mirar perplejo, el rastreador en la tobillera de Alex que era similar al suyo.

-Por qué llevas eso? Dijiste que solo lo usa el personal de la casa-le señalo.

-Supongo que soy una excepción-contesto el adolescente, mirando de nuevo la puerta, asegurándose de que estuviese cerrada-Digamos que soy un poco rebelde.

Por supuesto. Rebelde, parecía ser el segundo nombre de Alex.

-Me metí en problemas porque traté de sacar a la luz los secretos de la familia y terminé siendo aprisionado por mi propio hermano-explicó Alex con simplesa-La única diferencia es que si intento escapar, no terminaré muerto. En cuanto al personal, no puedo decir lo mismo. También puedo ir a la escuela y hacer lo mío.

-Eso significa que quien intente salir de aquí, muere?-pregunto Samuel creyendo que había escuchado mal.

-Si. Pero no escuchaste eso de mí-se rió el contrario.

-... No escuché nada.

-Samuel, piensa en esto como un juego de ajedrez. Guillermo, Cristina y Rubius son las piezas principales. El resto de nosotros somos peones-hizo una pequeña pausa-Hay cosas de las que no puedo hablar contigo, cosas que Rubius no puede recordar debido a su accidente. Así que te sugiero, que mejor no te involucres en este lío. Cuanto menos sepas, más seguro estarás, créeme.

-Acabas de admitir que la gente muere en esta casa, porque quieren salir. Cómo se supone que voy a confiar en alguien después de eso?-susurró Samuel-Y por qué debería confiar en ti?

-Bueno, no te estoy pidiendo que lo hagas, pero no te voy a mentir, Samuel. No soy Guillermo. Al parecer has pasado por bastante y lo menos que puedo hacer es avisarte que mi familia esta loca-contesto Alex simplemente, jugando con su teléfono.

-Esto es un secuestro!-grito el azabache quitando la manta de su cuerpo y tratando de salir de la cama, pero una sacudida de dolor insoportable le detuvo.

-Sí, los Doblas podrían tener antecedentes penales si los policías de aquí no fueran tan jodidamente corruptos y realmente hicieran su trabajo.

-Espera, la policía lo sabe?-pregunto Samuel estupefacto.

Alex le dio una lenta sonrisa en respuesta. Su forma de mirar era similar a la de Ruben, aunque si bien este tenía un aspecto serio la mayor parte del tiempo, la conducta de Alex era mas traviesa.

-La policía lo saben todo pero elige mirar para otro lado. No quieren perder sus trabajos y también les pagan mucho por mantener la boca cerrada. No somos la familia más poderosa del país por nada-concluyó el adolescente sin apartar la vista del juego que estaba jugando.

-Entonces, qué quieres que haga? Quedarme aquí en cautiverio y no hacer nada?

Samuel se sentía alterado, frustrado e impotente por aquella situación. Todo lo que quería era alejarse de su padre, conseguir un buen trabajo y empezar de nuevo. Pero el resultado fue como de salir de la sartén, al fuego directo.

-Eso te mantendría vivo al menos. Quiero decir, eso es algo, verdad?-quizo reconfortante de alguna manera Alex.

-Sí, claro. Mantenerme vivo con una pierna que no puedo mover es lo mejor-le dijo con sarcasmo el azabache.

-Podría haber sido peor-le recordó el contrario.

-Ruben no usa una de estas tobilleras-señaló Samuel-Por que?

-Porque el no lo permitiría. Puede que no recuerde nada de su pasado, pero todavía tiene esa actitud de "No importarle una mierda nada" y si te soy sincero, creo que Guillermo está un poco intimidado por el-le dijo con total sinceridad-Escucha, tengo que irme. Pero fue agradable charlar contigo y todo eso.

El adolescente se puso de pie y algo terminó cayendo al piso alfombrado. Era un papel escrito.

-Oye, Alex, creo que dejaste caer esto-el azabache recogió el papel.

Samuel inspeccionó la caligrafía de la nota. Era igual a la que había recibido antes.

-Fuiste tú... Tu me dejaste esa nota para que la encontrara, diciéndome que fue Cristina quien hirió a Ruben.

Se podía decir por las expresiones de Alex que había sido descubierto.

-Tengo que irme!-dijo corriendo y saliendo por la puerta, antes que Samuel pudiese llamarlo otra vez.

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Samuel paso toda una semana tratando de hacer que su pierna se moviera y al final de dos semanas, pudo caminar a pesar de que cojeaba levemente. El doctor de la familia después de verlo, dijo que estaría bien en unos días más.

Durante el tiempo que estuvo confinado en su habitación, las sirvientas le habían cuidado bien y habiéndole dado comida adecuada, principalmente Dulce. Al menos de hambre, no iba a morir allí.

Si solo pudiese sacar este rastreador de su pierna, el único problema sería encontrar una manera de escapar de esa propiedad. Pero sabiendo que eso era casi imposible, comenzó a idear un plan.
Primero debia hacer lo que Alex le había dicho. Hacer todo lo posible para estar del lado bueno de Guillermo. Aunque tomara un día a la vez, debia hacer que confiaran en el, hasta encontrar una salida. 

Durante los días que se había estado recuperando, notó cómo Ruben iba a su habitación a altas horas de la noche y se quedaba fuera de la puerta durante mucho tiempo antes de irse otra vez.
El corazón de Samuel latía contra su pecho cuando esto pasaba. No era como que estuviese aterrorizado de Ruben, pero tampoco podía dormir.

Esa noche, la familia se iba a una fiesta de la alta sociedad y no llevarían a Ruben con ellos, así que Samuel iba a estar a solas con el en casa.
Fue después de la cena que perdió de vista al de cabello blanco. Comenzó a buscar en todas las habitaciones en que pensó que estaría, pero no daba con el. Sería un verdadero problema si Ruben saliera de la mansión, Guillermo le mataría y le daría de comer sus restos a Ricardo.

No había forma de que pudiese buscar en todas las habitaciones de esa gran mansión. Sabia que tendría que pasar toda la noche buscando y sin embargo, allí estaba abriendo puerta tras puerta y llamándolo.
Cuando subió al cuarto piso ya estaba casi sin energía. Se detuvo frente a una habitación donde escucho sonidos de susurros provenientes del interior y la puerta estaba parcialmente abierta. Samuel sabía que escuchar a escondidas no era bueno, pero no pudo evitar echar un vistazo.

Un anciano estaba sentado en una silla de ruedas y Ruben estaba arrodillado junto a él. Ese debía ser el abuelo, Merlon Doblas. Había visto sus fotografías en blanco y negro de cuando era joven y parecíendo una versión muy mayor de Ruben.
Merlon tosió y luego dijo algo.

-Te ha vuelto a causar problemas?

-En realidad no, señor-respondió Ruben en voz baja.

-Si te está molestando, ven a verme muchacho-le dijo el anciano con voz autoritaria.

-Claro que sí.

Esto fue lo más rápido que Samuel había visto a Ruben responder jamás. Por lo general, se tomaba su tiempo para responder, pero con su abuelo, parecía estar respondiendo con entusiasmo, lo cual era raro.

-Dile a esa esposa tuya que no es bienvenida en esta casa, entiendes?-Merlon escupió sus palabras con brusquedad

-Entiendo-respindio Ruben.

Samuel estaba sorprendido y desconcertado ante esta revelación.
Ruben estaba casado? Desde cuando? Porque que Guillermo también le ocultó ese detalle en particular?
La idea de que Ruben tuviera una esposa que no recordaba todavía, ponía enfermo al azabache por alguna razón. 

El abuelo no parecía estar hablando tonterías como lo harían algunos viejos. Pero lo que dijo Ruben a continuación le sorprendió más.

-Te lo prometo, abuelo. Ella no volverá a esta casa.

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Espero que disfruten este capítulo. Aunque tal vez les estoy dejando más preguntas que respuestas.
Quiero saber qué les ha parecido hasta ahora y sus teorías de todo lo que está pasandoヾ(✧ω✧*)ゞ

The Boy & The Bear ❈RubegettaAU❈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora