❈Epílogo❈

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Habia pasado mucho tiempo ya desde la muerte de Guillermo y Cristina. Desde entonces Ruben había recuperado la mayoría de sus recuerdos. Decir que fue un viaje salvaje era quedarse corto.

En este momento, tenia todo por lo que había trabajado duro, la riqueza, el apellido, incluido un hermoso esposo y un hijo de un año, Brayan, que ahora estaba sentado en su regazo, mirándole con sus ojos heterocromaticos, uno identico a los suyos y el otro a los de Samuel. El niño le dio una sonrisa traviesa que Ruben correspondió.
Para lograr todo esto, hizo muchos sacrificios en la vida y se ensucio las manos, pero todo había válido la pena. Si deseaba algo, no podía permitir que valores como el bien y el mal se interpusiesen en su camino. Necesitaba ser dueño de todo y eso fue lo que hizo.

Todo el mundo tiene cadáveres ocultos en su interior. Algunos los mantienen escondidos debajo de sus camas, en el closet o cuatro metros bajo tierra. Ruben también tenía los suyos. Los guardo encerrados en un cofre y el cofre estaba enterrado en algún lugar profundo donde nadie más podía encontrarlos.

Su hijo y el estaban sentados en el cine privado de la mansión, viendo una de las viejas cintas de la familia Doblas. Brayan no entendía mucho lo que estaba pasando, pero señaló con el dedo a su abuelo Karl, que aun era joven en la cinta.

-Abulo!-dijo apuntando a la pantalla y Ruben se rió.

-Si, mi niño. Ese es tu difunto abuelo-dijo Ruben y le mostró a su yo de diez años-Y ese soy yo.

Samuel no había visto estas cintas y Ruben no se las había mostrado por una muy buena razón. No estaban destinadas para mostrárselas a su esposo.

La canción de cumpleaños se reprodujo en la cinta de video, en la pantalla panorámica gigante. Un pequeño Guillermo estaba en el centro cortando un gran pastel, con un elegante traje de diseñador enviado desde Francia. Cristina estaba a su lado, se reían y sus amigos aplaudían con ellos.
Ruben estaba parado del otro lado con ropa holgada y vieja. En aquel entonces estaba un poco delgado. Alex estaba justo a su lado, mirando con ojos vidriosos el altísimo pastel y la lujosa fiesta de cumpleaños.
Esa fue la primera vez que Alma Doblas se fijó y apiadó de ellos.

Alex y Ruben. Habian nacido de Clara y Karl, pero por supuesto, Alma no lo sabía. Al principio pensó que eran niños de una madre soltera.
Mientras Guillermo y Cristina eran los herederos de aquel conglomerado de miles de billones de dólares.

Ruben no era un Doblas. Robó el apellido. Lo cual solo fue posible gracias a años de paciencia, planificación y perseverancia.
Su padre amaba a dos mujeres. Ese era su crimen. Eligió a la mujer rica antes que a la madre de Ruben, a pesar de que estaba casado primero con ella. 
Alma alimentó a Alex y a Ruben, los vistió y les dio un techo sobre sus cabezas, hasta que finalmente fueron adoptados.

Los diarios eran falsos. No hubo diarios escritos por Alma Doblas. Alex los escribió con una letra similar para poner a Samuel de su lado y al final lo había logrado. Se las había arreglado para tejer una nueva historia, donde él y Ruben eran nacidos en la familia Doblas.
Los hechos eran los mismos, solo que algunas cosas eran diferentes.

Alma era la destructora de hogares. Ella destruyó a la familia de Ruben, así que él le quitó todo, incluida su mansión y su riqueza.
Karl y Clara estaban trabajando en la propiedad cuando Alma Doblas sedujo al padre de Ruben a propósito y se lo robó a la pequeña familia. Karl se volvió a casar con ella con la condición de que Ruben y Alex fueran incluidos en la familia y tuviesen el apellido. Alma los aceptó con los brazos abiertos a pesar de la aversión que Guillermo y Cristina mostraron al principio. Luego Alma comenzó a sentir celos de Clara, porque Karl siempre encontraba la manera de ir con ella.

El contenido del diario no era exactamente mentira, pero todo estaba escrito y presentado de una manera que no era real.
La madre de Ruben y Alex les dejó siendo muy pequeños, exactamente lo que estaba escrito en el diario, solo que no era Alma, era Clara. Y Ruben se negó a creer que ella se había ido así sin más, abandonandoles.

The Boy & The Bear ❈RubegettaAU❈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora