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El incidente que sucedió con Ruben asustó por completo al azabache. Este no pudo dormir en toda la noche mientras seguía escuchando pasos afuera de su habitación. Fue en algún momento durante el amanecer que logró por fin dormir un poco.

Al despertar y bajar a desayunar, notó que había una carpeta en la mesa. Recordo que Willy y Cristina iban a asistir a una reunión temprano en la mañana. Y también Alex e Iván ya se habían ido a la escuela. Eso significaba que estaba solo en casa con Ruben.
Samuel trato de no pensar en ello. Pues estar a solas con Ruben podría ser un poco estresante, ya que tendría que estar mirando constantemente por encima de su hombro.

Samuel se sirvió un vaso de jugo de naranja y agarró dos rebanadas de pan tostado, mientras se sentaba en uno de los taburetes y leía la carpeta. Esta tenía reglas de lo que se podía y no se podía hacer, lo que le gustaba y lo que no le gustaba a Ruben y lo que esperaban de Sam como niñero. Algunas líneas resaltadas le llamaron la atención al azabache. Estas mencionaban que a Ruben no se le permitía salir libremente de la casa sin vigilancia. Tampoco se le permitía comer sin supervisión y por lo que pudo entender Samuel de este documento, era el hecho de que se suponía que el fuese el perro guardián de Ruben y no su niñero. Viéndolo así, la vida de Ruben parecía más sombría y triste.

Samuel se hizo una nota mental para conocer mejor al chico, independientemente de lo inquietante y espeluznante que este parecía, decidió convertirse al menos en su amigo. Además su hermano le pagaba bien, era natural que se tomase este trabajo muy en serio.
Leyendo toda la carpeta, Samuel no pudo evitar pensar en las niñeras que contrataron antes que el. Y el por qué las despidieron?

-Buenos días, Señorito Samuel. Veo que se ha levantado temprano-le saludo Dulce la cocinera. Esta entró en la cocina con una brillante sonrisa plasmada en su rostro-Espero que hayas dormido bien. Verdad que si?

Samuel se preguntó si era una especie de pregunta capciosa. Por qué lo decía así? Quizás Dulce sabía que Ruben merodeaba por las noches.
Cuanto más intentaba analizarla, Samuel más se daba cuenta de que se estaba imaginando todo. La pregunta fue casual, sin duda.

-Buenos días, Dulce, por favor llámame Sam como todos los demás.

Dulce era una chica delgada, con una sonrisa encantadora y vibra maternal. Ademas que su nombre le hacia recordar al azabache, el dulce de leche. Algo tan  dulce como su nombre.

-Pues dormí de maravilla-mintio Samuel.

La chica le sirvió un apetitoso gofre cubierto con crema batida y fresas. Samuel le dio las gracias y supo que esta era su oportunidad de investigar un poco.

-Dulce, está bien si te pregunto algo sobre Ruben?

-Sobre el Señor Rubius?-pregunto sirviéndole una taza de café con leche al azabache-Claro, no hay problema.

-Ruben normalmente se queda despierto hasta la medianoche?

El humor alegre de Dulce, de repente se volvió sombrío, como perdiéndose en un recuerdo lejano.

-A el le gusta merodear libremente la mayor parte del tiempo, así que lo dejan. El Sr. Guillermo cree que no hay problema en que lo haga. Hubo un tiempo en que solían encerrarlo en su habitación por la noche, porque la niñera que estaba a cargo antes que usted, sugirió eso y ella...-los ojos de Dulce de repente se humedecieron y tomó algunos pañuelos mientras comenzaba a llorar-Lastimó mucho al Señor Rubius. Ella lo ataba, lo golpeaba y encerraba. Solo se podían escuchar los gritos de pobre golpeando la puerta queriendo salir. Aquella era una mujer repugnante y vil. Las niñeras que vinieron antes que ella no eran mejores. A menudo encontré heridas en el cuerpo del Señor Rubius infligidas por ellas.

The Boy & The Bear ❈RubegettaAU❈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora