❈19❈

445 84 16
                                    

No era la primera vez que Ruben exigía algo.

Aunque por lo general, era tímido, nunca dudaba si quería algo.
La última tampoco fue una petición sutil. Hasta había un brillo posesivo en sus ojos cuando tomó la mano de Samuel y le pidió que fueran a su habitación.
Samuel solo le siguió como un buen esposo obediente.

Una chispa de excitación y nerviosismo corría por la sangre del azabache, mientras se preguntaba qué pasaría esa noche. Por dentro moria de anticipación.
Alguien como el nunca hubiera soñado jamás, con casarse con un hombre como Ruben. Y aunque tenía sentimientos por el que eran profundos, no estaba seguro de si Ruben sentía lo mismo. Incluso con un matrimonio era posible que nunca le amase.

Ruben le deseaba, Samuel lo sabía, pero asumía que era por el amor y atención que le daba. Podría ser pura atracción sexual o lo que fuese. El más alto lo tomaría. Pero Samuel esperaba que algún día, Ruben aprendiera a amarle.

Una vez dentro de la habitación, Ruben giró la cerradura, mientras la mirada amatista recorría del gran cuarto. Samuel había pasado la mayor parte del tiempo allí con Ruben, como su niñero, pero nunca pensó que compartirían habitación. Esta no estaba decorada como una suite de luna de miel, no había rosas, ni velas perfumadas, nada romántico y eso le hizo preguntarse al azabache, si era porque la familia asumió que Ruben no era capaz de comprender lo que realmente sucedía en la noche de bodas.
Al voltear a verlo, la mirada en los ojos esmeralda claramente decía que tal vez no entendiera lo que sucedía, pero que iba a aprender rápido.

Ruben estaba de pie en la puerta, en total silencio, pero su postura era depredadora. Sus ojos brillaban mientras recorrían el cuerpo de Samuel desde abajo y hacia arriba, deteniéndose brevemente para mirar sus grandes pechos.
Samuel mordió su labio. Esto se estaba volviendo un poco incómodo para el.

-Rub, tú... Sabes lo que sucede en una noche de bodas?

-Follamos?-preguntó con una cara seria el más alto.

Samuel soltó una risita, pero Ruben no encontraba nada gracioso.

-Hacemos el amor, ese es un término mejor. No crees?-le dijo Samuel.

A Ruben no le importaba el término siempre que se desnudaran y lo hicieran. Samuel podía leer eso en su rostro.
Entonses el más alto se quitó el saco y lo arrojó sobre una lujosa silla.

-Quítate eso-exigió Ruben con brusquedad.

Samuel no tuvo más remedio que cumplir, así que alcanzó el nudo de su bata y se la quito. Eso le dejó solo usando la lencería. Los ojos esmeralda, todavía estaban sobre el con sus finas pestañas.

El corazón del azabache latía fuertemente contra su pecho cuando dio un paso hacia el más alto  y comenzó a desabotonar su pantalón. Ruben se quedó allí en silencio, mirándole desnudarlo.
Samuel sintío los dedos contrarios sobre su cintura, deslizándose hacia abajo y acariciando su trasero. Luego le atrajeron más al cuerpo contrario. Podia sentir la erección de Ruben a través de sus pantalones.
Paso sus manos por el pecho y brazos del más alto. Ruben era tan fuerte, que le hacía sentir aun más pequeño en comparación al azabache.

Ruben estaba respirando con dificultad, cuando levantó su mano sosteniendo el rostro de Samuel y capturando su boca en un delicioso beso. Sus labios se volvieron más atrevidos cuando se besaron más profundamente y gimió en su boca, con sus dedos hundiéndose en su cabello azabache.
Su lengua se hundió en la boca del más bajo y si no fuera por sus manos sosteniéndole firmemente, Samuel se habría hundido en el suelo.
Ruben frotó sus dedos sobre la ropa interior del azabache, mirándole de una manera acalorada.
Ahora estában casados, así que no tenían por que esconderse más.

-Quítate esto también-ordeno suavemente Ruben. Samuel comenzaba a notar que a Ruben le gustaba dominar un poco cuando estaban así.

Samuel estaba casi desnudo frente al contrario, excepto por la ropa interior de encaje.
Los ojos esmeralda se llenaron de deseo mientras las manos del azabache se deslizaban hacia abajo, hasta quitar la fina prenda, quedando totalmente desnudo.
Ruben tomó al azabache en sus brazos y le llevó a la cama, donde se arrodilló en el colchón con el todavía aferrado a su cuerpo y le volvió a besar. Sus manos cubrieron los pechos de Samuel, mientras apretaba y jalaba con fuerza, uno de los pezones rosados del azabache.
Samuel comenzó a llorar tanto de placer como de dolor.

-Te gusta?-murmuro con voz ronca Ruben-Dime cuánto quieres que te folle?

El azabache se preguntó si estaba escuchando bien.
Su dulce e inocente Ruben estaba diciendo eso?

Antes de que pudiera procesarlo, Ruben se quito los bóxers y le dio la vuelta para que su cara quedase enterrada en la almohada. Con su fuerte mano le sujetó y Samuel podía sentir el cuerpo musculoso detrás suyo.
Trato de soltarse del agarre del más alto, para ponerse en una posición diferente. Una en la que no estuviese tirado así en el colchón, pero no era rival para la fuerza de Ruben.

Trato de decirse a sí mismo que esto no estaba sucediendo. Quiso protestar, pero su voz era amortiguada por la almohada en la que su cara estaba siendo aplastada.
Las manos de Ruben todavía le sujetában con fuerza, con su virilidad alineada detrás del azabache, lista para entrar.

A Samuel le dieron náuseas.

Tuvo breves destellos de aquellos desconocidos haciéndole esto, mientras su padre miraba todo desde el umbral de la puerta y no podía imaginar que Ruben le haría lo mismo.
Las lágrimas nublaron su visión. Estaba temblando, paralizado por el miedo. Se suponía que esa noche iba a ser especial y hermosa. Pero fue todo menos eso.
Solo sentía náuseas.

-No, Rub...-susurró-Por favor...

El agarre del más alto se aflojó un poco y Sam aprovechó la oportunidad para sentarse. Vio la mirada confusa que cruzó el rostro de Ruben, cuando se tambaleó fuera de la cama y se alejó de él. El azabache zollozaba de alivio por estar fuera de su agarre. Comenzó a recoger su bata mientras Ruben todavía estaba desnudo en la cama, mirándole desconcertado.
Este extendió su mano para agarrar a Samuel de nuevo, pero el azabache se alejó, quedándose fuera de su alcance.

-Samu...-le llamó suavemente Ruben-Por qué lloras?

-Lo siento... Yo no puedo...-le respondió Samuel con lágrimas callendo por su rostro-No puedo hacer esto...

-Samu vamos a follar-le dijo el contrario con voz frustrada, cerrando la mano alrededor de su grueso y largo miembro.

Samuel hizo un nudo con la bata alrededor de su cuerpo, sintiendo que el contenido de su estómago, subía por su garganta. Simplemente no miro a Ruben mientras abría la puerta y salía de la habitación.
Podía escucharlo llamándole, primero con calma y ​​luego su voz se elevaba a cada paso que daba el azabache.
Este solo corrió hacia su antiguo dormitorio, lo abrio y puso la cerradura inmediatamente. Luego se acostó en su vieja cama y las lágrimas comenzaron a fluir silenciosamente otra vez de sus ojos.
No quería pensar en ello, pero estuvo tan cerca de ser violado por su esposo.

Escuchó un golpe en la puerta y luego un llamado.

-Samu...

Ruben estaba afuera.

-Samu, por favor abre la puerta... Yo, puedo explicarte...

The Boy & The Bear ❈RubegettaAU❈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora