Con el corazón martilleando, me vuelvo para mirar a Hyunjin. Me está observando con la misma diversión inquietante, y de repente me siento como un ratón con el que juega un hermoso gato grande.
Quién puede estar en la mafia.
—Entonces —empiezo incómodo—, probablemente debería... —Dame las llaves de tu auto. —Avanza hacia mí—. Haré que suban tus cosas.
—Está bien. Puedo hacerlo yo. Solo... —Cierro mi boca porque extiende la palma de su mano hacia arriba, su expresión intransigente. Buscando en mi bolsillo a tientas, saco las llaves y las dejo caer en su palma amplia.
—Aquí tienes.
—Gracias. —Guarda las llaves en su bolsillo—. Instálate y ponte cómodo. Mark traerá tus maletas en un minuto.
—Solo hay una, una maleta pequeña en el maletero —digo, pero él ya se está yendo.
Colapsé en la cama, exhalando un suspiro que no me di cuenta que estaba conteniendo. Ahora que la entrevista ha terminado, la adrenalina que me sustentaba está cayendo, y me siento exhausto, tan completamente agotado que todo lo que puedo hacer es quedarme ahí y mirar al techo alto fijamente. Después de un tiempo, me recupero lo suficiente como para registrar el hecho de que la colcha blanca debajo de mí está hecha de un suave material afelpado, y extiendo mis palmas sobre ella, acariciándola como si fuera una mascota. Un golpe en la puerta me saca de mi estado semi-catatónico.
—¡Adelante! —llamo, sentándome.
Entra un hombre llevando mi maleta, que parece más un bolso de mano en su mano enorme. Tatuajes corren por los lados de su cuello grueso, y su cara curtida me recuerda a un ladrillo: duro, rubicundo e intransigentemente cuadrado. Su cabello corto de estilo militar es de un tono indeterminado de castaño y sus duros ojos grises me recuerdan a balas derretidas.
—Hola —saludo, esbozando una sonrisa a medida que me pongo de pie —. Debes ser Mark.
Él asiente, su expresión no ha cambiado.
—¿Dónde quieres esto? —pregunta con un profundo gruñido acentuado densamente.
—Aquí está bien, gracias. Puedo con eso. —Me acerco para quitarle la maleta y, cuando me acerco, me doy cuenta de que debe ser el hombre más grande que he conocido alguna vez, tanto en términos de altura como de ancho. Más tatuajes decoran el dorso de sus manos y se asoman por el cuello en V del suéter que se extiende sobre sus pectorales prominentes.
Intentando no tragar nerviosamente, me detengo frente a él y agarro el asa de la maleta que acaba de dejar en el suelo.
—Gracias. —Sonrío aún más radiante, alzando la vista. Muy arriba que, de hecho, me duele el cuello por lo mucho que tengo que doblarlo hacia atrás.
Él asiente nuevamente, su mandíbula gruesa rígida, luego se gira y sale. Está bien, de acuerdo. Demasiado para hacerme amigo de otros miembros del personal. De todos modos, ¿cuál será el trabajo por aquí del hombre-oso? ¿Guardaespaldas?
Tal vez, ¿ejecutor de la mafia?
Alejo el pensamiento. A pesar de que el tipo encaja con el estereotipo de cabo a rabo, me niego a insistir en esta posibilidad. ¿Cuál sería el punto? Incluso si mis empleadores nuevos son mafiosos, estoy más seguro aquí que afuera.
Espero.
Cerrando la puerta detrás de Mark, deshago la maleta (un proceso que lleva diez minutos) y miro la cama con nostalgia, hacia su manta blanca y esponjosa. Estoy exhausto y no solo por la entrevista. Entre las pesadillas que me atormentan por la noche y la preocupación constante durante el día, no he dormido más de cuatro horas en semanas. Pero no puedo dormir toda la tarde.
Me contrataron para hacer un trabajo, y tengo la intención de hacerlo. Me doy una ducha rápida en el baño enorme para animarme, y me pongo una camiseta nueva, la última. Tengo que preguntar dónde puedo lavar la ropa lo antes posible, pero lo primero es lo primero.
Es hora de conocer a mi joven estudiante.
...
La puerta de la habitación de Hyunsoo está abierta cuando me acerco, y veo a Hyesook adentro, hablando con el chico en un coreano melodioso. Al escuchar mis pasos, me echa un vistazo y arquea las cejas de una manera que me recuerda a su esposo.
—¿Ansioso por empezar?
Le sonrío.
—Si no te importa, estaba pensando que Hyunsoo y yo podríamos conocernos esta tarde. —Atrapo la mirada del niño y le guiño un ojo, ganándome una gran sonrisa.
La expresión de Hyesook se conmueve ante la reacción de su hijo. —Por supuesto que no me importa. Solo le estaba explicando que vivirás aquí y le enseñarás. Está muy emocionado con la idea.
—También yo. —Me agacho frente al chico—. Nos lo pasaremos genial, ¿verdad, Hyunsoo?
Claramente no entiende lo que estoy diciendo, pero sonríe a pesar de todo y recita algo en coreano.
—Está preguntando si te gustan los castillos —dice Hyesook. —Sí, lo hago —le digo a Hyunsoo—. Muéstrame lo que tienes allí. ¿Esta es tu fortaleza? —Hago un gesto hacia el proyecto de Lego parcialmente construido.
El niño se ríe y se deja caer entre las piezas de Lego. Toma dos, las une a las paredes del castillo, y lo ayudo colocando dos más. Solo que aparentemente lo hice mal porque él niega con la cabeza y me quita las piezas, luego las coloca justo al lado de donde las adjunté.
—Oh, ya veo. Estás dejando espacio para las ventanas. Ventanas, ¿verdad? —Señalo la ventana gigante de su habitación.
Asiente entusiasta.
—Si, ventanas. Ventanas grandes.—Agarrando mi muñeca, coloca otra pieza en mi palma y guía mi mano al lugar apropiado en la pared—. Necesito ayuda.
—Entiendo. —Sonriendo, adjunto la siguiente pieza—. Así,¿verdad? —Si—dice emocionado y agarra más piezas. Procedemos en esa línea, con él guiándome en el ensamblaje del castillo hasta que Hyesook se aclara la garganta.
—Parece que ustedes dos están en la misma página, así que los dejo— dice cuando levanto la mirada—. Tienes media hora antes de la merienda de Hyunsoo. Por cierto, ¿tienes hambre, Felix?
Mi estómago responde antes de que pueda, emitiendo un gruñido fuerte, y Hyesook se ríe, sus ojos verdes iluminándose con diversión. —Supongo que es un sí. ¿Alguna preferencia alimentaria o alergias? —Estoy bien con cualquier cosa —respondo, agradecido de que mi tono de piel más oscuro oculte mi rubor avergonzado. No puedo imaginarme el elegante cuerpo de miembros largos de Hyesook emitiendo un ruido tan indiscreto, aunque, si es humana, debe hacerlo en alguna ocasión. Por supuesto, el jurado aún está deliberando sobre la parte humana. Con esos tacones altos y ese vestido deslumbrante, la esposa de Hyunjin parece demasiado glamorosa para ser real.
Parte de mi vergüenza debe mostrarse porque su diversión se profundiza, sus labios curvándose de una manera que me recuerda una vez más desconcertantemente a su esposo.
—Qué complaciente de tu parte. Se lo haré saber a Mark.
¿Mark? ¿El hombre oso es su cocinero o algo así? Antes de que pueda preguntar, Hyesook se vuelve hacia su hijo y le dice algo en coreano, después sale, dejándome solo con mi encargo.
...
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¹Guarida del diablo || Hyunlix✔
RandomNo soy el único que tiene secretos. Mi refugio seguro podría ser la guarida del diablo, y una vez que me haya reclamado, será demasiado tarde para huir. -Adaptacion. -Hyunlix.